Espacios. Vol. 15 (1) 1994

La capacidad tecnologica y la competitividad de la industria manufacturera venezolana 2/7

H. Viana - M. A. Cervilla - I. Avalos - A. Balaguer


El estudio de la capacidad tecnológica de las empresas manufactureras venezolanas

Como ya fue mencionado, la presente investigación sobre la capacidad tecnológica de las empresas manufactureras venezolanas surge con el fin de superar el conocimiento muy parcial de los casos de estudios relacionados con lo que ha sido el proceso de creación de capacidades tecnológicas en la industria venezolana.

El punto de partida de la investigación fue la revisión del estado del arte de la teoría de innovación. Es así como se llegó a la consideración de analizar las características que explican el éxito en el proceso de innovación, así como las características del cambio técnico en empresas de países en desarrollo. De esta manera se llegó a la necesidad de estudiar el siguiente conjunto de capacidades tecnológicas:

a) La capacidad de adquisición de tecnologías: en general, a la hora de evaluar la capacidad de innovación de una empresa o sector se tiende a dejar de lado la capacidad tecnológica de adquisición, a pesar de que ésta juega un papel central dentro de la actividad de innovación de países subdesarrollados. Dentro de la capacidad de adquisición se consideraron: la capacidad de selección y evaluación de tecnologías y la capacidad de negociación de tecnologías.

b) La capacidad de uso de las tecnologías: estas capacidades representan un cierto nivel de capacidad de innovación, denominado en la literatura “innovaciones menores” (3). Las innovaciones de procesos y productos descritas en los procesos de asimilación, adaptación y mejora se caracterizan por un conjunto de cambios incrementales. Dentro de las capacidades de uso se consideran: la capacidad de asimilar, la capacidad de adaptar y la capacidad de mejorar la tecnología.

c) La capacidad de generación de tecnología o de innovaciones tecnológicas: estas capacidades representan el nivel de innovación que ha recibido mayor atención en la literatura llamada innovaciones mayores, generalmente de producto. Es la actividad de innovación por excelencia dentro de una economía de mercado. Dentro de las capacidades de generación de tecnología se consideran: la capacidad de generación de productos y la capacidad de generación de procesos.

d) La capacidad para cambiar y evolucionar (“innovaciones comerciales y organizacionales”): ante la aparición del nuevo paradigma tecno-económico, se consideró de suma importancia medir la capacidad para cambiar y evolucionar de la empresa venezolana, hacia el logro de un nuevo patrón de eficiencia, a través de innovaciones o cambios organizacionales.

Ahora bien, estas capacidades tecnológicas, que se crean y desarrollan en la empresa, tienen importante complementaridades con las otras capacidades existentes en el entorno. En este sentido los avances registrados en el campo de la teoría de la innovación y del cambio técnico, así como la experiencia exitosa de otros países, arrojan evidencia sobre dos puntos centrales al propósito de esta investigación (Freeman 1992, Lundvall 1992, Porter 1990, Pérez 1993):

i) La empresa individual no es, exclusivamente, la fuente de innovación y cambio técnico. El cambio técnico es más bien generado a través de la compleja estructura de interacciones entre las empresas, y algunas veces entre las empresas y las instituciones de infraestructura de apoyo.

ii) Esas instituciones de apoyo rara vez generan cambio técnico para la industria sin una significativa actividad de innovación por parte de las propias empresas.

De aquí ha nacido la idea de “sistema nacional de innovación” (SNI) (4). El concepto de SNI denota a un conjunto de dispositivos organizativos y de mecanismos de funcionamiento que posibilitan la vinculación efectiva entre ciencia, tecnología, producción y mercado y, a partir de allí, la puesta en marcha de los procesos de generación, difusión y utilización de innovaciones. En otras palabras, el concepto de SNI permite englobar a todos los actores y todos los espacioes relacionados con el progreso técnico. Teniendo esto en mente, la investigación incorporó el estudio de las vinculaciones o relaciones externas de las empresas venezolanas con los más diversos agentes del SNI, tales como: los centros de I&D estatal, los proveedores de insumos, los proveedores de bienes de capital, los clientes, etc. (5).

Adquisición y negociación de tecnología

La capacidad de adquisición de tecnología es una de importancia vital para empresas en países subdesarrollados; en la mayoría de los casos. Es la única vía de la cual pueden valerse para establecer su capacidad de producción, así como para crear y desarrollar su capacidad tecnológica. Ahora bien, cuando se habla de adquirir tecnología se está haciendo alusión a distintos tipos de conocimientos. Se adquieren conocimientos relacionados con los productos, los procesos y métodos de producción, las maquinarias y los equipos, los materiales, los métodos de organización de la empresa y las aplicaciones y los usos de los productos.

El estudio de la capacidad de adquisición de tecnologías de las empresas venezolanas, se centra principalmente en las maquinarias y los equipos, y, en segundo lugar, en la asistencia técnica.

La investigación mostró que un porcentaje muy pequeño de empresas busca información de manera sistemática, constituyendo la adquisición de revistas técnicas la actividad desarrollada de manera sistemática por el mayor número de empresas.

La fuente de información más utilizada por las empresas venezolanas para la adquisición de maquinaria y equipos, son los proveedores con los cuales han tenido alguna experiencia previa, pudiendo considerarse ésta la fuente más directa o inmediata. La segunda fuente de información, en importancia, son los catálogos.

En lo que respecta a información técnica especializada, muy pocas empresas mostrron tener un sistema organizado de consultas. El 73 por ciento de las empresas no tiene centros de información y documentación interna, sólo un 6 por ciento consulta servicios externos, y los nexos con laboratorio científico son muy esporádicos y escasos. Llama la atención el escaso número de compañías que se ocupan, sistemáticamente, de buscar información acerca de su competencia, ya que ello debería ser considerado un aspecto de vital importancia para competir bajo condiciones de apertura.

Para las empresas venezolanas, los atributos físicos de eficiencia son considerados las variables principales para la adquisición de maquinarias y equipos; mientras que los criterios menos importantes son los relacionados con los recursos humanos. Mientras un 73 por ciento de las empresas expresó que la capacidad de producción era el principal criterio de evaluación en la adquisición de maquinaria y equipo, sólo el 22 por ciento señaló las posibilidades de entrenamiento del personal como criterio de evaluación.

Estos resultados sugieren que el enfoque de adquisición de “tecnologìa, por parte de la mayoría de las empresas pone mayor énfasis en la valorización de los elementos de capacidad de producción -”tangibles”- que en aquellos elementos relacionados con la capacidad tecnológica del recurs humano -”intangibles”-. Sin embargo, estos fueron los problemas que se mencionaron con mayor frecuencia en relación con la adquisición de maquinarias y equipos. La propia práctica en relación con los problemas encontrados a la hora de adquirir maquinaria y equipos reitera la importancia de los factores asociados a la adquisición de la capacidad tecnológica del recurso humano, por supuesto, sin restarle la debida importancia que tienen los atributos físicos de la capacidad de producción.

En relación con la asistencia técnica, resalta el hecho de que una gran parte de ella se presta a corto plazo, dando la impresión de que se trata de servicios puntuales, probablemente suministrados al momento de la compra y en el momento en que la empresa confronte un problema. No pareciera haber una visión estratégica de largo plazo, en función de la cual la asistencia técnica se visualiza como un instrumento orientado hacia el mejoramiento continuo de la capacidad tecnológica de la empresa.

El proceso de negociación debería conducir a la adquisición de capacidades tecnológicas que permitan a la empresa tanto utilizar en forma adecuada, como modificar y mejorar su capacidad de producción. Del lado del comprador ello supone elaborar junto con el proveedor los criterios generales de diseño del sistema de producción -es decir, el paquete integrado de maquinarias, equipos e informaciones- que va a adquirir.

Al indagar sobre este aspecto, el 76 por ciento de las empresas entrevistadas señaló no haber tenido ninguna experiencia relacionada con la negociación de tecnología. Este 76 por ciento está constituido en su gran mayoría por empresas pequeñas y medianas (el 85 por ciento de todas las pequeñas y el 72 por ciento de todas las medianas). Además, el 31 por ciento de las empresas grandes declaró no tener experiencia en relación con “negociación de tecnología”.

De las empresas que señalaron tener experiencia en la negociación de tencología, las actividades que se realizaron más frecuentemente como parte del proceso de negociación fueron la búsqueda de alternativas tecnológicas (más del 60 por ciento) y la búsqueda de asesoramiento en el país (más del 50 por ciento). Llama la atención, igualmente, que apenas un tercio de las mismas afirmó haber realizado una negociación “desempaquetada”, ésto es, separando los diferentes elementos tecnológicos que se deseaba adquirir y discutiendo por separado las condiciones de su transferencia, lo cual presupone, en el sentido de lo indicado en párrafos anteriores, una capacidad tecnológica interna de cierta significación.

En relación con este último aspecto se observaron algunas diferencias entre los distintos sectores, ya que el 17 por ciento de las empresas tradicionales con experiencia en negociación de tecnología hace negociación “desempaquetada”, mientras que el 52 por ciento de las empresas del sector mecánico dice realizar esta actividad.

La adquisición efectiva de capacidad tecnológica requiere de recursos que van más allá de aquellos previstos para llevar a cabo el proceso de negociación. La existencia de términos formales en un contrato de tecnología no garantiza nada. Por ejemplo, el logro de un buen contrato de entrenamiento debe ir acompañado de una buena supervisión y control del mismo, y esto supone el dominio de elementos puramente técnicos por parte de la empresa receptora y no únicamente de la inclusión de tal o cual cláusula, lo cual es ciertamente importante, pero no suficiente.

A los fines del presente estudio, se trató de determinar cómo adquirían las empresas venezolanas las tecnologías, cómo se llevaba a cabo ese proceso y cuáles eran los principales aspectos que se tomaban en cuenta. Vistos en su conjunto, los datos obtenidos en las entrevistas realizadas indican que gran parte de las empresas venezolanas centra toda su atención en la compra de maquinarias y equipos -tecnología “incorporada”- y le da una importancia relativamente menor a la adquisición de tecnología “desincorporada”.

En este sentido, los datos de la encuesta, referentes a la adquisición de tecnología, así como otros aspectos de la investigación, tienden a confirmar la impresión de que, en general, en el medio empresarial venezolano ha dominado el criterio de que la vía fundamental y casi exclusiva de introducir cambios técnicos en la empresa es a través de nuevas inversiones en instalaciones físicas, sobre todo en maquinarias y equipos. De esta manera, la tecnología termina siendo casi una “caja negra”, a partir de la cual se logran combinar determinados insumos y convertirlos en productos que se venden en el mercado. La adquisición de “intangibles” (conocimientos, informaciones) es tenida como menos importante y con ello se compromete la mejora constante del desempeño productivo de la empresa a través de una estrategia de dominio tecnológico.

Como parte de este hecho se observa, en consecuencia, que la adquisición de tecnología no es percibida como un proceso largo y complejo, orientado en función del dominio tecnológico por parte de la empresa y el cual implica, entre otras cosas, la negociación con el proveedor a fin de lograr un acuerdo dentro del que este último propósito pueda ser alcanzado en la mayor medida posible. Al contrario de lo señalado, pareciera entenderse que la adquisición de tecnología, fundamentalmente, supone un acto que reviste de las mismas características de aquel mediante el cual se compra una mercancía, similar a cualquier otra.

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