Polanco Loaiza Delia, Igor Arias Monrroy
El cuadro 2, muestra lo opuesto que aparecen las visiones agrícolas convencionales y las que tratan de desarrollarse actualmente. Para adelantar una nueva agricultura se requieren cambios importantes en la cultura de los actores, el recurso humano. Una nueva visión tendrá que aparecer en los formadores de profesionales que tendrán la tarea de activar los necesarios mecanismos del cambio.
Cuadro 2.
Tendencias de la agricultura actual
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Aspecto | Anterior | Actual | Fuente |
Agricultura | Productivista Extractiva | Sustentable, desarrollo rural, bienestar social del hombre. | |
Visión | Producción primaria | Sistema agroalimentario | Abreu y Ablan (1996); González (1997); MAC (1997); Morales (1997), Otero (1996). |
Estrategia | ¿Cuánto producir? (Oferta) | ¿A quien vender ? ¿A que destino? (Demanda). | Arias (1997); MAC (1997); Micheo (1997); Otero (1996) |
Tierra | Qué puedo exigirle ? | Qué puede dar ? | Vasella (1979) |
Productor | Analfabeta | Experto en logística. Empresario generador de bienes intermedios para la industria (valor agregado) | |
Factores producción | Tierra, capital, trabajo | Recurso humano: mente creativa, innovadora | Covey (1996); Micheo (1997); Linares (1997) |
Competitividad | Activos duros (maquinarias, edificios, infraestructura) | Activos blandos (recurso humano, información, organización, relaciones, mercado) | Arias (1997); MAC/DGS (1997); Linares (1997a), Otero (1996) |
Espacio rural | Dependiente de la evolución de la agricultura | Dependiente de la generación de empleo agrícola y no agrícola | Otero (1996) |
Fuente: Elaboración propia
El desarrollo rural lo entendemos como un cambio progresivo de estructura y función, construido colectivamente y cuyos principales nutrimentos son el conocimiento, la organización, la comunicación, la participación y el compromiso.
Las facultades de agronomía como un todo, y su expresión el ingeniero agrónomo deben ser capaces de interpretar esas realidades, y sobre todo constituirse en vanguardia del necesario desarrollo agrícola y rural.
Es perentorio cambios profundos en la investigación y la enseñanza, de manera de hacerlas mas vinculadas y comprometidas con las realidades rurales. Es necesario la formación de un agrónomo con capacidad para interpretar, y facilitar orientaciones, estímulos, innovaciones para que el hombre rural se constituya en motor de su propio desarrollo. Es por ello que conocimientos o herramientas sobre comunicación, información, organización, liderazgo, gerencia deben ser incorporados.
Debe destacarse, a la agricultura como un medio para lograr el desarrollo y elevar la calidad de vida del productor agrícola y su familia. El sujeto, es la familia en la comunidad rural! El factor de producción y beneficiario más importante es el hombre, de allí la importancia de la educación y/o capacitación de estos grupos. Covey (1996), al respecto señala: la seguridad económica no reside en el empleo que tenemos; reside en nuestra propia capacidad para producir, pensar, aprender, crear, adaptarnos. Esa es la verdadera independencia económica. No consiste en tener riquezas sino en el poder para producirlas. Es intrínseca.
Al realizar una revisión de las diferentes definiciones de agricultura sostenible, se encontraron una gama de enfoques, que van desde los puramente ecológicos, refiriendo ésta, como una agricultura sin deterioro del ambiente, hasta las puramente económicas, donde señalan que un sistema sostenible es aquel sin tendencias negativas en las medidas de su producto. Algunas consideraciones fundamentales para una agricultura sostenible se presentan seguidamente:
Tal vez, lo más importante de este paradigma de sustentabilidad, es la búsqueda en la agricultura de un uso racional de todos los recursos: humanos, ecológicos, insumos, servicios, tecnología, etc., y desarrollar en el agricultor capacidades para comprender y relacionarse efectivamente con su entorno. Ello marcará el camino para una racionalidad diferente, mas adaptada a las nuevas realidades.
El enfoque sistémico de la agricultura, que le proporciona el circuito o sistema alimentario (Figura 1) es fundamental. La visión de un sector primario agrícola aislado, no le permite a la agricultura insertarse efectivamente en la economía nacional. Bajo un modelo de este tipo se continuará con una economía desarticulada, parcelada y de baja respuesta. Es necesario entender que en este mundo globalizado, abierto, la agricultura deja de ser una operación intrafinca, para convertirse en cadenas enlazadoras de complejas actividades que llevan hasta el consumo final.
En este sentido, el termino agroalimentario explica mucho mas apropiadamente la significación y el alcance que tiene la agricultura en nuestros días, ya que amplía los limites del sistema, permitiéndole una dimensión y posición mas ajustada en el ámbito económico social (Arias-Monroy, 1998). Esto ultimo debe ser tomado muy en cuenta a la hora de definir el perfil de los egresados y diseñar los consecuentes curricula.
La figura 1, ilustra el por qué la política agroalimentaria, es de carácter multisectorial y compleja, y debe tomar en cuenta las relaciones entre los componentes (Abreu y Ablan, 1996; González, 1997). Es importante, destacar que el sector externo y el primario, son los únicos componentes que abastecen al sistema. El componente externo ha sido un fuerte abastecedor, gracias a las divisas generadas por el petróleo. No obstante, hoy día, cuando disminuye el precio del barril de petróleo (Precio promedio de $15,5 a $10), nos preguntamos: ¿Cómo ese 9% de población rural que sustenta ese componente primario, reducido y deficiente4 , abastecerá al 91% de la población urbana?
Figura 1
Sistema alimentario. Sombreados los componentes abastecedores del sistema.
Consumo
Externo
Comercialización
Transporte
AlmacenamientoIndustrial
Primario
Fuente: (González, 1997)
Independientemente del gobierno de turno, no se podrá retroceder en lo que se refiere a reforma de la política comercial, dado que Venezuela tiene firmados convenios internacionales, que además, constituyen Leyes de la República. El Gobierno del Dr. Caldera que se encargó en 1994, opuesto a las reformas que se habían introducido en 1989, no pudo volver atrás, pese a la incoherencia que esto generaba con la política de controles. Tuvo que mantener los cumplimientos, aunque con ciertas restricciones, de sus compromisos de libre comercio en el marco de la integración regional (sobre todo con Colombia)( Gutiérrez, 1997).
Es evidente que si lo anterior identifica el rumbo comercial del país en el marco de la globalización, la agricultura difícilmente subsistirá tomando uno opuesto. Igualmente no subsistirá una universidad poco adecuada y un egresado formado para realidades diferentes.