Gustavo Peña A.
La generación de inteligencia puede ser vista como un proceso (Figura 1) que se inicia con la DETERMINACIÓN DE NECESIDADES de información de la empresa, para lo cual se requiere adelantar una auditoría de información. Esta es una etapa crítica pues además de conocer las necesidades de información, se evalúan otros aspectos tales como: hasta qué punto los recursos internos de información satisfacen las necesidades detectadas, cuáles son las prácticas y las actitudes de la gerencia y del personal en relación a las fuentes, el procesamiento y la diseminación de la información en la empresa y cuáles son los canales de comunicación más utilizados.
Según Gilad y Gilad (1988), la auditoría de inteligencia debe responder las siguientes preguntas:
Figura 1
La inteligencia como proceso
Es importante señalar que el análisis de los resultados de la auditoría de la información constituye el plano detallado según el cual se construirá el Programa de Inteligencia. La Tabla No. 2 nos muestra, en forma resumida, las necesidades de información más comunes de una empresa.
TABLA No. 2
NECESIDADES DE INFORMACIÓN MÁS COMUNES DE UNA EMPRESA
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Una vez que han sido conocidas las necesidades de inteligencia de la empresa, se hace indispensable establecer cuál o cuáles de ellas deben ser satisfechas primero, es decir se deben establecer prioridades. Según Lagerstam (1989), algunos de los criterios utilizados para jerarquizar las necesidades de inteligencia incluyen:
El establecimiento de los objetivos es una de las actividades cruciales para el éxito de cualquier tarea de inteligencia. Existen tres tipos de objetivos: ofensivos, defensivos y de reconocimiento y ellos van a caracterizar los proyectos de generación de inteligencia.
Los proyectos ofensivos son aquellos que se adelantan cuando se desea evaluar las fortalezas, las debilidades y las posibles respuestas de los competidores que pueden incidir en el éxito o fracaso de un movimiento táctico o estratégico de nuestra empresa.
Los proyectos defensivos son aquellos que tienen como propósito anticipar o por lo menos comprender, los movimientos de los competidores que pueden de una u otra forma amenazar la posición competitiva de la empresa, y a la vez, desarrollar repuestas que neutralicen esas amenazas.
Los proyectos de reconocimiento son aquellos que tienen como propósito conocer mejor el sector o la actividades que desarrollan los competidores. Los resultados de este tipo de proyecto pueden conducir a acciones ofensivas o defensivas.