Vol. 41 (Nº 06) Año 2020. Pág. 3
ORELLANA, Víctor J. 1; PINOS, Briggith K. 2; APOLO, Diego E. 3 & ZAMBRANO, Xavier W. 4
Recibido: 18/09/2019 • Aprobado: 11/02/2020 • Publicado: 27/02/2020
RESUMEN: La educación juega un rol trascendental en la erradicación de la pobreza. Este texto presenta resultados de un estudio que a partir de un abordaje cualitativo empleando análisis bibliográfico, logró identificar propuestas que han aportado a la superación de la pobreza desde el ámbito educativo y otros que desarrollan iniciativas desde diferentes sectores, pero que inciden en la educación. Para concluir hace un llamado a que gobiernos articulen programas, proyectos o planes integrales desde la inclusión de varias entidades para lograr una transformación educativa y social. |
ABSTRACT: Education plays a transcendental role in the eradication of poverty. This article presents the results from a qualitative approach, where a bibliographic analysis of studies was carried out and as a result, articles linked to overcoming poverty from the educational field are identified as well as other articles that address poverty from other areas, but that influence education. To conclude, challenges and prospects are proposed from the inclusion and educational quality to achieve a social transformation. |
La pobreza es un fenómeno que aqueja a la humanidad, tal es el caso que Pérez (2016), menciona que América Latina es la región con mayor desigualdad en el planeta. Lo que permite pensar que la pobreza es una cuestión de oportunidades que unas personas sí tienen, mientras que otras no gozan de ellas.
Así, la Organización de Naciones Unidas - ONU (2015) propuso, en acuerdo de sus países miembros, los Objetivos de Desarrollo Sostenible - ODS y a partir de ello el primero se articula hacia la erradicación de la pobreza. En este sentido, Yaschine (2015) y Acosta de Mavárez (2016), coinciden en que la educación puede ser el elemento clave para contrarrestarla; sin embargo, ésta debe ser pensada en función de generar ciudadanos dispuestos a contribuir al bien común y provocar que las brechas de oportunidades se reduzcan desde diferentes factores.
Varios autores hacen referencia a la importancia de la educación como el medio de erradicación de pobreza. Tal es el caso que Fernández (1996), plantea que en la medida en que los estudiantes sean partícipes de su propio desarrollo podrán actuar de manera autónoma cuando ya no exista apoyo externo. En este sentido, para la superación de la pobreza se debe tomar en cuenta los diferentes contextos y necesidades de las comunidades con el fin de construir objetivos conjuntos que aborden diferentes factores. Para ello, es muy importante que “la participación pueda concebirse como un mecanismo para que las personas se involucren en los procesos de toma de decisiones e implementación de acciones” (p. 16); es decir, para que la comunidad acceda a los programas debe conocer de qué tratan estos y sentir motivación para movilizarse, con el fin de que el mismo no fracase por la desinformación y la falta de herramientas participativas.
Además, Perinat y Tarabay (2007) refieren que para los padres de estudiantes que viven en situación de pobreza es muy difícil acceder a la educación; por tanto, es complejo pensar en cuán lejos podrán llegar sus hijos en el ámbito educativo, pero existen padres que ven a los programas que fomentan ámbitos educativos como una oportunidad de crecimiento, superación para sus hijos, encaminándoles a salir adelante. En tal sentido, se demuestra como el acceso a la educación no debe depender de la situación económica. De esta manera los autores afirman que “en el tema escolar la colaboración de los padres es decisiva, hasta tal punto que se ha sugerido que todo programa de ayuda escolar a niños desfavorecidos debe ´extender sus ramificaciones´ hasta alcanzar a los padres” (p. 707).
Por otra parte, Amar, Tirado y Barreneche (2007) realizaron un estudio en Colombia de los Programas de Bienestar Familiar para conocer su impacto en el ámbito físico, cognitivo y personal-social con beneficiarios por tres años. En los resultados se obtuvo que los niños y niñas de familias de escasos recursos que fueron beneficiarios de estos programas pudieron tener un desarrollo integral que les permitió estar a la par con los resultados de entidades privadas.
Es así como, se considera que una aproximación desde el análisis bibliográfico hacia la construcción del estado de la cuestión sobre este tema, permitirá presentar aportes desde una mirada multidimensional a la pobreza, entendida desde los aportes de Poza y Fernández (2011) como la confluencia de cinco dimensiones: 1) falta de medios básicos concerniente a salud, vivienda y educación; 2) inmigración; 3) precariedad de la situación laboral; 4) falta de relaciones sociales; 5) características sociodemográficas. En diálogo con lo anterior Martínez (2015) brinda una aproximación conceptual donde se evidencian varios factores que no se centran en la pobreza monetaria; dando cabida a aspectos como vivienda adecuada, salud, educación, acceso a servicios públicos, vestimenta y esparcimiento con el propósito de fortalecer el bienestar social.
Es necesario recalcar que Ecuador ha desarrollado políticas públicas desde un enfoque multidimensional, lo cual permite observar un impacto desde éstas relacionadas al ámbito educativo y al económico. Es así como por ejemplo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe - CEPAL anunció que:
Ecuador es uno de los países que más ha crecido en los últimos años y lo ha hecho equitativamente, es decir, que Ecuador es el país en América Latina que más está reduciendo la desigualdad y estamos caminando a construir una sociedad equitativa, lo que posibilita ampliar la cobertura en educación (Ministerio de Educación de Ecuador, 2014. párr. 8).
Se observa así cómo, los ciudadanos de las zonas más vulnerables han tenido un avance considerable en cuanto al acceso a diferentes necesidades básicas, pese a ello aún existen amplias brechas. Inclusive desde los análisis de Burgos y Cando (2016), se identificó que durante el periodo 2008-2015 la brecha de desigualdad social, con base en la metodología de medición de pobreza multidimensional de Alkire y Foster, destaca a grupos sociales de zonas rurales y afrodescendientes como los mayores beneficiarios.
A partir de estos antecedentes, este artículo tiene como objetivo brindar aproximaciones desde la revisión de diferentes fuentes bibliográficas que han tomado como factor determinante acciones desarrolladas directa e indirectamente desde la educación para combatir la pobreza como un enfoque multidimensional. De esta manera se espera que al presentar estrategias que han tenido mayor impacto en la sociedad y las políticas públicas aplicadas para erradicar la pobreza desde la educación se establezcan aportes hacia los retos para futuros estudios que aborden estos temas.
Este estudio parte de un enfoque cualitativo de alcance descriptivo exploratorio a partir de la revisión de literatura de artículos en español en bases de datos: Redalyc y Scielo permitiendo de esta manera brindar un estado de la cuestión de entre el 2011 - 2018. Para ello las líneas de indagación corresponden a los estudios que reportan resultados de acciones directas en el ámbito educativo y desde otros factores, pero contribuyen indirectamente a la erradicación de la pobreza multidimensional incidiendo en la educación.
Con base en los artículos recopilados se clasificaron los aportes desde líneas que responden a:
Figura 1
Categoría incidencia directa en la educación
Fuente: Elaboración propia
Al momento de establecer la búsqueda y análisis sobre la manera en que incide el proceso educativo en la superación de la pobreza, se identificó que un factor relevante tiene que ver con la participación de las comunidades en sus procesos de enseñanza-aprendizaje. Para ello, cuando se desarrolla un programa para la erradicación de la pobreza se debe tener en cuenta algunos aspectos, ante lo cual Ramírez y Cossio (2015) creen oportuno aludir que “la educación es una variable fundamental a tener en cuenta en los procesos de intervención de las familias en extrema pobreza” (p. 317); de aquí que, una de las claves para ello es un sistema que articule procesos integrales desde varias perspectivas que trascienden el espacio educativo.
Otro aspecto relevante corresponde al acceso a la educación superior. Es así como Brunner y Ferrada (2011) mencionan a Ecuador como el país con la mayor tasa de participación del quintil más pobre en educación superior en el 2009 en América Latina, alcanzando el 27,2%, lo que evidencia el impacto de la política pública en el marco del principio de igualdad de oportunidades, que permita y garantice la educación como un derecho y bien público social, para una formación de calidad e integral para los ciudadanos históricamente vulnerables y excluidos.
En cuanto a la inclusión se ha tomado como punto general la estratificación social debido a que impide el desarrollo de las minorías hacia lo específico, ello podría ser el entendido como: el acceso a la educación, la calidad de esta, la igualdad de oportunidades y su potencialización.
De esta manera, en primera instancia se enuncia que las brechas producidas por la estratificación social no permiten que exista una igualdad de oportunidades entre las personas que se encuentran en situaciones vulnerables en comparación con quienes tienen un nivel socioeconómico favorable. Esto se puede observar desde las investigaciones de Redon, Angulo y Vallejos (2015) y Machado y Grinberg (2017) quienes, a través de entrevistas y grupos focales aplicados a personas desfavorecidas económicamente, captaron la impotencia que experimentan estos grupos sociales en sus anhelos de superación.
Para Machado y Grinberg (2017) la educación para ese grupo de personas es considerada como un medio de escape de la situación de pobreza, tanto para los jóvenes como para las familias que depositan su confianza en ellos. Una de las razones por las que estos jóvenes van a la escuela es para tener mejores ingresos económicos en un futuro, además de concebir a la educación como un espacio para aprender a defenderse en la vida.
Esto es lo que Redon, Angulo y Vallejos (2015) enfatizan indicando que una sociedad que marca diferencias entre sus miembros por su nivel económico evita que la meritocracia se desarrolle. Incluso, desde la perspectiva de los estudiantes, son los mismos docentes quienes reproducen acciones excluyentes y no se muestran interesados en el aprendizaje del educando y que ello podría ser uno de los detonantes sobre los imaginarios que consideran que la educación en las instituciones públicas es de mala calidad. Ello va de la mano con las percepciones de estudiantes quienes consideran que su formación no les permitirá llegar a estudios superiores.
Una propuesta que cabe tomar en cuenta es la de Cucoing (2018) quien reflexiona sobre la relevancia que tiene la política de asistencia obligatoria a centros educativos. En el caso de México se estableció la obligatoriedad en educación primaria y secundaria consiguiendo que en menos de 25 años la asistencia escolar aumentara un 56,83%. Se estableció que la educación obligatoria sea de 15 años para niños, niñas y adolescentes en este país. A pesar de esto, se tiene en cuenta que las minorías requieren mayor atención. Además, se menciona que para combatir la pobreza y favorecer la inserción laboral del estudiantado es necesario desarrollar capacidades y habilidades mínimas que permitan la aplicación de los conocimientos fundamentales. Es así como se recomienda que los docentes mejor capacitados y los mejores recursos financieros estén destinados para el beneficio de los sectores sociales vulnerables.
Por tanto, no basta con garantizar la asistencia escolar si no existe un esfuerzo docente por conseguir aprendizajes de todos los estudiantes. Inclusive, existen estudios como los propuestos por Julio et al. (2016) quienes mediante la realización de entrevistas y grupos focales en escuelas identificaron que el profesorado se centra en impartir conocimientos y se desentiende de otros aspectos que podrían contribuir al desarrollo integral del estudiante. De igual manera se enuncia una percepción desfavorable que los docentes tienen en relación con los estudiantes prioritarios considerándolos aprendices carentes, imposibilitados de aprender por sus condiciones económicas. Indicando que esto sucede debido a que los docentes argumentan que los estudiantes no se muestran dispuestos a aprender y que no reciben apoyo de sus familiares.
En cuanto a la igualdad de oportunidades Paz (2016) y García y Romero (2018) realizaron diferentes análisis a las pruebas SERCE de la UNESCO aplicadas a niños de varios países de América Latina y el Caribe. En este sentido, se destaca que el acceso a la educación es el primer paso para igualar oportunidades, no obstante, en este estudio se buscó conocer si los estudiantes pobres logran convertir esas oportunidades -dotaciones- en resultados -calificaciones- al igual que los no pobres. Como un primer resultado se obtuvo que existe una brecha entre los estudiantes pobres con los no pobres de 34 puntos en Lengua y Literatura, y Matemáticas. Los estudiantes repitientes en su mayoría provienen de hogares pobres. La educación materna y el hablar un idioma indígena influye en los resultados.
Las instituciones educativas que reciben a estudiantes pobres muestran que sus docentes no tienen estabilidad laboral ni buen nivel educativo. Además, se identificó que afecta la sobreedad en el rendimiento académico de estudiantes de sexto grado. También se encuentra que si se dota a los estudiantes con las mismas oportunidades la brecha entre los pobres y no pobres en Lengua y Literatura disminuiría de 34 a 21 puntos SERCE, pero esta brecha no se eliminaría. Por último, se recomienda que para igualar las oportunidades se debe trabajar en la disminución de repitencia, en mejorar la educación materna, garantizar la estabilidad docente, además de mejorar su nivel educativo. Cabe comentar que hacer estudios referentes a la medición de la igualdad de oportunidades permite la construcción de programas que beneficien la inclusión en la región.
Con respecto al ámbito universitario Silva y Rodríguez (2012) hacen referencia a la dificultad que tienen los estudiantes de primer ciclo en su inserción tanto a lo académico como a lo social en dos universidades específicas. También se indica que no existe una transición adecuada, para estudiantes provenientes de condiciones de pobreza, entre la exigencia académica de la universidad y sus estudios pasados, no obstante, no se les otorga mayor atención. Por eso, con base en este estudio se recomienda que se apueste por las “tutorías, las asesorías académicas, los cursos remediales, la orientación psicológica y las asociaciones de estudiantes# (p. 161), porque son condiciones que permiten la permanencia de los estudiantes, aumentan el aprovechamiento y la eficiencia terminal. Es así como estas autoras tambien mencionan que:
Entre dichos programas destacan la tutoría (un maestro acompaña al alumno y da seguimiento a sus procesos), asesorías académicas para resolver dificultades en las materias, cursos propedéuticos (para entrar a la universidad), cursos remediales (sesiones de nivelación o recuperación de los objetivos de aprendizaje no alcanzados), orientación psicológica, asociaciones estudiantiles. Reconociendo la importancia de estos servicios, exploramos su incidencia en las instituciones que nos ocupan (p. 26).
Esta propuesta es corroborada por Franco et al. (2016) quienes establecen que para los estudiantes provenientes de familias de recursos escasos es más complicado mantenerse estudiando y llegar a graduarse. Con base en la literatura se conoce que los estudiantes de escuela superior y de primer ciclo de universidad requieren del apoyo y dirección de alguien, incluso, si es un mentor en investigación, quien los ayuda, contribuye a motivar al estudiantado. En este sentido, se recomienda orientar a los estudiantes con respecto a su vida universitaria y al manejo de su tiempo, e informar acerca de investigaciones y tutorías. Además, consideran conveniente indagar en el por qué entran a la universidad y por qué se quedan.
Continuando con los análisis, se puede observar que en la actualidad se desarrollan esfuerzos constantes para que las personas tengan acceso a la educación y poder reducir brechas de desigualdad de oportunidades. Pero, es sustancial comentar que para ello se requiere de procesos que articulen aportes hacia la calidad educativa. Por ejemplo, en México García, Ramírez y Priego (2014) proponen que la educación “debe reformarse y transitar hacia una perspectiva multidimensional y compleja en el estudio de los problemas generados por el modo de producción asumido por la sociedad” (p. 2); es decir, que la educación responde a la formación de humanos capaces de desarrollar un pensamiento crítico y enfrentar problemas de la sociedad, evitando que se conviertan en estudiantes pasivos.
Continuando con los aportes desde las categorías anteriores, Gómez et al. (2014), indican desde la normativa chilena que es deber del Estado proveer una educación gratuita y de calidad, permitiendo el acceso a la población. Sin embargo, los estudiantes que pertenecen a sectores vulnerables obtienen calificaciones inferiores que los demás, “de este modo el fracaso escolar se convirtió en sinónimo de pobreza” (p.174). Así la educación de calidad no únicamente implica contenido; sino, más bien un acompañamiento integral que vincule diferentes aspectos.
Tomando en cuenta la propuesta anterior, Taboada (2018) realizó un análisis en los materiales curriculares usados en las unidades educativas de Argentina, mencionando que es importante que al momento de abordar las clases se ponga atención en los elementos que se implementan en las realidades de los estudiantes para que estos despierten su interés. Además, mencionan que es fundamental que “los libros de texto deben estar pensados en solventar las diversidades que se presentan en una unidad educativa” (p. 17) permitiendo así que la calidad educativa aporte hacia la reflexión de propuestas contextualizadas.
Es así como, Gómez (2017) menciona en relación con lo anterior que el fracaso escolar en Chile proviene en alta medida de niveles socioeconómicos bajos. Una de las causas se enmarca en que la calidad debe relacionarse con todos los actores del proceso educativo, en este caso los “profesores que no están lo suficientemente preparados para enseñar a los estudiantes de sectores vulnerables” (p.3) reproducen imaginarios y condiciones que afirman exclusiones.
Otro de los factores relevantes en la actualidad es comprender que los docentes también se enfrentan a la penetración de tecnología en todos los ámbitos y desde luego en lo educativo. A partir de ello, Armella (2016) menciona que el docente tiene una preocupación por hacer que sus clases sean más atractivas. Así, la tecnología juega un papel muy importante en la educación; ya que, si se usa de manera adecuada desde aportes reflexivos más que artefactuales se puede ofrecer una educación de calidad complementándola con recursos físicos.
Por otro lado, Gutiérrez y Ruiz (2018) mencionan que la calidad educativa debe desarrollarse desde los estudiantes que están en la primera etapa de formación académica, donde adquieren habilidades y hábitos. Es por eso que consideran que las condiciones de vida desempeñan un “papel fundamental en el desarrollo de funciones cerebrales, desarrollo sensorial y de lenguaje” (p.35); es decir, que los centros educativos infantiles deben garantizar la estimulación temprana propiciando oportunidades para los estudiantes sin importar su condición económica.
Ruelas (2017) menciona que en la Educación Intercultural Bilingüe - EIB, existe una gran parte de la población que sufre de exclusión social, es así como los pueblos indígenas son uno de los grupos más desfavorecidos y vulnerables. Por ejemplo, en Perú la educación nacional es considerada como un espíritu colonizador. La escuela Rural de Utawilaya ubicada en la provincia de Puno del sur peruano, fue una de las precursoras de la educación rural indígena. En la unidad educativa se enseñaba procesos de cultivo, atención médica y castellano. Ello ha permitido respetar, rescatar y valorar saberes que aporten con humanos capaces “de pensar y no permitir que se conviertan en esclavos” (p.77). De esta manera, se puede hacer énfasis en la relevancia del aporte de enfoques interculturales en los procesos educativos dialógicos, lo que permitiría mediante la educación conseguir la liberación y reivindicación de nacionalidades que han sido destinadas a la exclusión y la pobreza.
En Ecuador también han existido aportes hacia la EIB, Rodríguez (2017) hace énfasis en que ésta tiene prioridad en el sistema educativo, brindando un aporte relevante debido a que “existen escuelas en zonas específicas del país donde predomina la lengua materna” (p.43). Cabe mencionar que con la implementación de Unidades Educativas del Milenio, centradas en agrupar diferentes escuelas uni y bidocente bajo una lógica de calidad en cuanto a la dotación de infraestructura y equipos, se afectó las relaciones y contextos de pueblos originarios debido a que se cerraron escuelas de educación intercultural bilingüe. Además, esto ha obligado a muchos estudiantes a abandonar la escuela ya sea por la distancia o porque esta no se ajustaba a sus necesidades. Si bien se pensó en una estrategia para superar la pobreza no se tomó en cuenta las necesidades y contextos de los estudiantes. Cabe resaltar que las políticas públicas son claves al momento de incidir en la EIB, así lo mencionan Rodríguez, Aguilar y Apolo (2018) quienes presentan reflexiones en cuanto al Buen Vivir y la relevancia de su vinculación a la formación docente como eje para la transformación y mejora de la calidad educativa.
En este apartado se recogen los resultados de algunos programas llevados a cabo en países de América Latina. Estos programas estuvieron enfocados en la generación de igualdad de oportunidades para erradicar la pobreza a través de: transferencias monetarias condicionadas, comunidades de aprendizaje y acceso a la educación para personas privadas de libertad.
Yaschine (2015) considera que la desigualdad y la pobreza en México se transmite de manera intergeneracional. En tal sentido este autor menciona que una de las políticas públicas encargadas de contrarrestar este fenómeno fue el Programa Oportunidades. Este consistió en brindar transferencias monetarias a las familias de niños y niñas en condición de pobreza extrema con la finalidad de equilibrar las oportunidades de la sociedad. Para ello, se realizó un análisis del proceso de estratificación ocupacional de 3.949 jóvenes, provenientes de situaciones de pobreza extrema, que fueron beneficiarios del programa por hasta 10 años en el ámbito rural. Los resultados demostraron que “sólo 6% de ellos están involucrados en trabajos no manuales” (p. 388). El factor que más influyó en la ocupación de los jóvenes es el nivel escolar al que llegaron. Mientras que el segundo factor que influye es el estatus ocupacional del padre.
Continuando con los aportes de la autora, en lo que respecta a la influencia de la madre, cada año escolar aumenta 0.69 puntos. A pesar de todo lo invertido en estos sectores vulnerables la escolaridad recibida no alcanza para que compitan por puestos de trabajo con jóvenes de estratos altos. Por lo que se concluye que un programa como Oportunidades podría tener mejores beneficios si se aumentara la escolaridad y la calidad de aprendizaje de sus participantes.
Diuk et al. (2017) propusieron en su investigación medir el potencial de aprendizaje de estudiantes provenientes de contextos de pobreza con nivel alfabético bajo, que a pesar de haber asistido a la escuela entre dos y cinco años no habían aprendido a escribir. A estos estudiantes se les incorporó en el Proyecto ´ ¡DALE!’, para luego analizar sus respuestas a la intervención pedagógica. Los estudiantes que participaron de esta investigación al comenzar escribieron en promedio menos de una palabra y al finalizar escribieron en promedio 18 palabras. Se encontró que mediante las oportunidades educativas adecuadas los estudiantes pudieron aprender. También, se evidenció que la cantidad de sesiones de acompañamiento influyó en sus aprendizajes. Con base en lo mencionado, se concluye que es posible promover la escritura en estudiantes que aparentemente carecen de aprendizaje por su condición de pobreza si se proponen espacios de acompañamiento.
En lo correspondiente a comunidades de aprendizaje, Santos (2015) menciona que estas han sido llevadas a cabo en Brasil promoviendo el éxito educativo mediante programas que han conseguido aportes hacia la transformación educativa y la inclusión social. Es así como se identificaron 55 centros que se han convertido en comunidades de aprendizaje abriendo oportunidades para todos sus actores educativos, lo que ha favorecido a la erradicación de la pobreza y la mejora de la calidad educativa. De manera que, las comunidades de aprendizaje están contribuyendo a cumplir con los retos que tiene Brasil para la erradicación de la pobreza y exclusión social. Otra manera de combatir la exclusión social y dotar de las mismas oportunidades a los miembros de una sociedad sería que todos tengan acceso a educación de calidad.
En el caso de los aportes de Iturralde (2018) menciona que, pese a que en Ecuador las personas privadas de libertad - PPL tuvieron acceso a 435 becas en distintos centros de rehabilitación social del país, no se ha dotado de manera eficiente de materiales didácticos necesarios para el desarrollo de este tipo de programas. Además, Martínez (2012) analizó los impactos de este tipo de programas en México donde el apoyo de asistencia escolar y becas contribuye al desarrollo escolar y familiar.
De acuerdo con los artículos analizados para esta sección se clasificaron sus aportes desde líneas que contribuyen a la erradicación de la pobreza e influyen de manera indirecta en la educación, se han identificado dos líneas que inciden indirectamente en educación y que son base para superar la pobreza, ello dialoga con aportes de Muñetón y Gutiérrez (2017) quienes realizaron un estudio en Colombia, que buscaba conocer las perspectivas de las personas en situación de pobreza acerca de sus necesidades mediante entrevistas semiestructuradas a 23 familias del programa de superación de pobreza extrema. En los resultados se obtiene que el anhelo más grande que se observa es el de crecimiento económico para adquirir una vivienda, mejoramiento a la oferta de salud y educación.
Figura 2
Categorías incidencia indirecta en la educación
Fuente: elaboración propia
Mediante un estudio realizado por Colacce y Tenenbaum (2017) desarrollado en Uruguay se buscó construir un indicador de pobreza multidimensional para el análisis de datos de niños, niñas y adolescentes entre los años 2006-2014. Estos nueve años son significativos para la investigación debido a que tuvieron un gran aumento económico en el país, lo que permitió conocer la influencia del avance económico en la erradicación de la pobreza multidimensional. Entre los resultados se obtuvo que existió un gran avance en el acceso a la información pasando de 14% en 2006 a 64% en 2014. Mientras que los adolescentes son los más afectados por la pobreza multidimensional mostrando mayor rezago e inasistencia educativa. Hasta el 2010 se aprecia que el confort tenía mayor relevancia; sin embargo, desde ese año la educación se constituyó como más importante debido a que las mejoras educativas requieren mayor tiempo que la adquisición de bienes que satisfagan el confort.
Es así como se pueden mencionar también aportes de Torres et al. (2013) quienes mencionan que el avance económico por sí solo no puede satisfacer las necesidades de la sociedad si este avance no se invierte en políticas educativas que mejoren el aprendizaje de los estudiantes; ya que, no es suficiente con tener colegios si no contribuyen a cerrar las brechas socioeconómicas. La educación no está ligada solamente al ámbito educativo; sino también, depende de otros factores y en este caso se plantea la influencia que tiene la violencia en la educación escolar.
Salama (2012), menciona que el nivel de violencia en los países de Latinoamérica es mucho más alto que en los países desarrollados, pues esta acción está netamente ligada a la corrupción, lo cual afecta al aumento de la pobreza. En algunos países como Honduras, Salvador, México y Guatemala ha existido un incremento considerable de violencia y “los estados han creado estrategias para que este nivel de violencia se reduzca, pero en su mayoría estas fracasan y no se han obtenido buenos resultados” (p.8). Esta situación afecta directamente a los estudiantes que son rechazados del sistema escolar y también a los que prosiguen sus estudios debido a que la educación aporta hacia la reducción de violencia.
En relación con lo mencionado se evidencia que los alumnos que obtienen ingresos medios son los que tienen mayor probabilidad de no cometer actos violentos independientemente de su contexto, pero los que se enfrentan a una situación de pobreza extrema y no asisten a las escuelas lo más probable es que sean parte de pandillas y realicen actos de violencia como salida a su situación económica.
En cuanto a temas de salud, es un derecho básico que el estado debe garantizar, así como la educación, estos factores se encuentran netamente ligadas. De esta manera se hace referencia a los aportes de Saco y Zavala (2017) quienes mencionan que según datos de la Organización Panamericana de la Salud - OPS en Perú, se concluyó que “no se tratará solamente de formar profesionales; sino, formar estudiantes que puedan afrontar los problemas de la vida diaria” (p. 309). Por ejemplo, en Perú se desarrolló la Integración Docente Asistencial - IDA en estudiantes de medicina, definiéndolo “como el proceso de articulación entre instituciones de servicios de salud e instituciones de educación, para contribuir a mejorar las condiciones de vida de la colectividad” (p. 310); es decir, que esta estrategia sirvió para aportar con una visión integral que dialoga entre los conocimientos y el ser humano. En tal sentido la vinculación en cuanto a la formación en temas educativos a diferentes profesionales permite fortalecer su compromiso y apoyo a las comunidades vulnerables.
Por otra parte, un aspecto que involucra a la educación en el ámbito de la salud son los temas relacionados a educación sexual que reciben los estudiantes en las unidades educativas. De esta manera Pinzón et al. (2018) mencionan que “en el estado de Colombia, existe una tasa de maternidad muy alta por parte de los y las adolescentes, y este conlleva varias consecuencias, una de las más frecuentes es el abandono escolar” (p.487); es decir, que resulta sumamente importante construir estrategias de educomunicación cercanas a los actores del proceso educativo desde la relación salud-educación. Esto dialoga con las estadísticas donde se evidencia que la deserción en poblaciones vulnerables es alta con base en embarazos adolescentes.
Por otro lado, Molina, Aguilar y Amozurrutia (2018) reflexionan sobre el papel que juega la salud en las personas de bajos recursos; esto debido a que, pese a los esfuerzos de los estados para desarrollar programas de asistencia educativa obligatoria, al no acceder a una buena atención médica influye en posibles casos de abandono escolar y retraso académico.
Como retos se puede enunciar la relevancia que toma la preparación pedagógica de los docentes y que estos a su vez puedan crear espacios de diálogo con el fin de beneficiar al aprendizaje de todos sus estudiantes sin importar sus contextos o condiciones de vulnerabilidad. En cuanto al ámbito educativo, se debe brindar apoyo al estudiantado generando vinculación con el entorno académico con el fin de evitar la deserción o el fracaso escolar por ejemplo con el desarrollo de Programas de Acción Tutorial que fortalezcan el acompañamiento desde varios espacios.
Por tanto, es necesario también conocer cuáles son las percepciones que tienen los docentes sobre las capacidades de los estudiantes en condición vulnerable; debido a que se debe generar procesos de acompañamiento hacia la inclusión educativa que permitan construir comunidades de aprendizaje en lugar de reforzar estereotipos o prejuicios. Se deberían realizar con mayor profundidad intervenciones mediante proyectos específicos que motiven a estudiantes para la permanencia en espacios escolares mejorando la calidad educativa, además de fomentar políticas públicas que incluyan a la interculturalidad y diversidad como ejes para la convivencia.
Es así, necesario destacar que se requieren perspectivas que emprendan estudios en el contexto de analizar las políticas públicas y su urgente coordinación desde diferentes entidades de gobierno. Como se ha evidenciado, un programa económico de fortalecimiento a los ciudadanos puede ser la base para la superación de la pobreza desde el desarrollo económico, lo cual influye en la educación. Además, se deben articular planes transversales que vinculen a la salud en relación con la asistencia escolar tanto de estudiantes como docentes.
Para concluir, se hace un llamado a gobiernos que fortalezcan una visión de futuro, que permita la integración y articulación de los actores y sectores educativos, esto como una respuesta urgente que requiere atención desde la política pública con el fin de aunar esfuerzos e impactos en la transformación de las sociedades hacia la superación de la pobreza desde proyectos, planes y programas de alto impacto social.
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Este artículo ha sido desarrollado gracias al financiamiento de Universidad Nacional de Educación, Ecuador bajo el proyecto de investigación VIP-UNAE-2017-5 “Educación y pobreza en ecuador: factores, retos y propuestas para la transformación educativa y el desarrollo sostenible”
1. Universidad Nacional de Educación, Ecuador. Estudiante de Educación Básica. vjorellana@unae.edu.ec
2. Universidad Nacional de Educación, Ecuador. Estudiante de Educación Básica. bkpinos@unae.edu.ec
3. Docente-Investigador en la Universidad Nacional de Educación, Ecuador. Doctor en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina. diego.apolo@unae.edu.ec
4. Universidad Técnica del Norte. Máster en Planificación y Dirección Estratégica. Ingeniero en Estadística e Informática. wxzambrano@utn.edu.ec
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