Vol. 40 (Nº 19) Año 2019. Pág. 3
DURÁN, Claudia M. 1; ROSADO, Alveiro A. 2 y QUINTERO, Carmen L. 3
Recibido: 23/01/2019 • Aprobado: 19/05/2019 • Publicado 10/06/2019
RESUMEN: La investigación determinó el estado de la cultura de emprendimiento en los programas académicos de la Universidad Francisco de Paula Santander, Ocaña (Colombia). La metodología utilizada fue la investigación exploratoria, la cual permitió combinar la revisión documental y la entrevista para profundizar en el tema. Los resultados indican que en los programas de la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, se concibe el emprendimiento como una forma de generación de negocio o de empresa y no como una forma para desarrollar la creatividad, la innovación y la resolución de problemas. |
ABSTRACT: This paper determined the state of the Entrepreneurship culture in the academic programs of the Universidad Francisco de Paula Santander, Ocaña (Colombia). The methodology used was exploratory research, which allowed to combine the documentary review and the interview to deepen in the subject. The results indicate that the institution is conceived as a form of business or company generation and not as a way to develop creativity, innovation and problem solving. |
El emprendimiento es uno de los tópicos a fomentar durante la formación de cualquier profesional, independientemente del programa académico cursado; en tal sentido, el emprendimiento busca generar en los individuos competencias para solucionar problemáticas a través de la creatividad y la gestión creando propuestas que den lugar a nuevos escenarios de innovación (Jaramillo, 2008).
En tal sentido, al hablar de emprendimiento se abordan aspectos que van desde lo personal hasta la exposición de ideas que afecten de forma positiva la calidad de vida de los individuos, lo que adiciona un carácter social y humano.
Stevenson (2000), menciona que el emprendimiento está relacionado con perseguir la oportunidad por encima de los recursos con los que se cuenten, esto se complementa con lo manifestado por Herrera y Montoya (2013) quienes indican que el emprendedor es un individuo con la destreza para crear, generar ideas, bienes y servicios; de asumir riesgos y enfrentar problemas que en el contexto se generan; de tal manera, debe ser una persona capaz de analizar su entorno y descubrir en él oportunidades de mejora; el emprendedor tiene iniciativas propias, establece redes de comunicación y gestiona sus ideas, así mismo, es capaz de proponer algo nuevo o dar un uso distinto a lo ya existente. El emprendedor, pues debe caracterizarse por poseer autoestima alta lo que lo lleva a confiar en sí mismo y en los demás, se exige y piensa distinto, pero acepta y respeta las ideas de los otros, tiene una visión a futuro prepara el camino para conseguir lo que se propone, lo que tiene en mente.
El emprendedor según Moriano, Trejo y Palacio (2001) es una persona que se adapta fácilmente a cualquier contexto, es autónomo, confía en sí mismo y en sus decisiones, fija objetivos y los tiene claros, busca siempre el éxito, pero tiene claro que depende de él; es perseverante, se anticipa a los problemas que se le pueden presentar y busca soluciones, es tolerante.
En lo que respecta a la cultura de emprendimiento, el Ministerio de Educación Nacional (2012) la define como un conjunto de normas, valores, hábitos, costumbres e ideologías que dentro de una organización son compartidas por sus individuos y tiene su origen en la interrelación entre estos, produciendo identidad, lo cual la diferencia de otras organizaciones.
Adicionalmente el Ministerio de Educación Nacional (MEN), insta a las instituciones privadas o públicas a incentivar la cultura de emprendimiento como una manera eficaz de generar ideas, proyectos, situaciones en las cuales los profesionales abran espacios importantes en sus vidas y por su puesto tengan espíritu emprendedor, entendiendo este según Aragón (2014), como la capacidad de innovar, es decir, desarrollar la capacidad de probar cosas nuevas o hacerlas de manera distinta; es valioso aclarar, que no se puede confundir el espíritu emprendedor con el espíritu de empresa, pues tal y como se ha venido desarrollando este tema, el espíritu de empresa se caracteriza por identificar o descubrir oportunidades de negocio y lograr generar un bien y servicio, mientras que el espíritu emprendedor se refiere a una actitud que permite ver las posibilidades existentes en distintas áreas del conocimiento.
Desde las perspectivas anteriores, la presente propuesta investigativa se fundamentó en la necesidad que tienen los programas académicos de la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña (UFPSO) de lograr cambiar la percepción que se tiene del emprendimiento y promulgar la importancia de desarrollar un espíritu emprendedor, aclarando especialmente que el desarrollo de este no es una idea de negocio o generación de empresa, que es lo que suele pensarse, sino que el emprendimiento es un tema de gran relevancia para cualquier disciplina de estudio, logrando así que a partir de ello el estudiante cualifique aptitudes y cualidades, lo que Gardner (2005) establece como la necesidad de despertar en los individuos el desarrollo de competencias que les permitan desenvolverse personal y profesionalmente dentro de un contexto globalizado y que a su vez, sean capaces de adaptarse a las exigencias que se puedan generar en el futuro.
Este estudio sugiere la idea que el emprendimiento no solo es inherente a los profesionales en ciencias administrativas y económicas; es decir, dio lugar a entender que el emprendimiento y los emprendedores son transversales a todas las disciplinas y por tanto debe abordarse en cualquiera de las ciencias, ya sea humana, social o exacta. Soporte de esta apreciación es lo manifestado por Pérez & Gámez, (2013) los cuales determinan algunos tipos de emprendedores: el intraemprendedor que se caracteriza por convertir ideas en organizaciones, el social que busca nuevas oportunidades, es innovador y es responsable socialmente, el creador de empresa privada que emprende por vocación o necesidad, el público que estimula la innovación institucional, el rural que potencia el desarrollo del campo y el e-Entrepreneurship que crea empresa en internet.
Con estas apreciaciones, se hace necesario poderlas incluir en los currículos, entendidos estos, tal y como lo expresa Escudero (1999) como el medio por el cual se esboza las tendencias innovadoras de la disciplina de estudio en el cual se refleja la filosofía educativa, los métodos, las metodologías, los sistemas de evaluación y retroalimentación del área del saber; por otro lado Zorob (2007) indica que el proceso curricular debe partir de las necesidades sociales y empresariales del contexto, lo cual da lugar a proyectar lo que desde los programas académicos desean de sus profesionales a partir de las necesidades contextuales. Bajo esa mirada, se puede afirmar que la sociedad demanda personas emprendedoras, capaces de gestionar proyectos sostenibles y de impacto socioeconómico; es así que la educación superior se convierte en un camino para enfrentar el mundo moderno a través de la formación de profesionales emprendedores en distintas áreas del conocimiento.
Con los argumentos que expuestos, se evidencia la necesidad que los modelos curriculares de los programas den razón al diseño de estrategias pedagógicas docentes que involucren el desarrollo del espíritu emprendedor de los estudiantes, lo cual requiere de la participación activa y el engranaje de las diferentes áreas de conocimiento propuestas dentro de un plan de estudios, vinculado a las distintas unidades curriculares del programa académico por medio de la integración de acciones coherentes que aseguren el cumplimiento del propósito emprendedor de los profesionales.
Para abordar el estudio se acudió a la investigación con enfoque cualitativo exploratoria, toda vez que este enfoque, analiza la realidad tal y como es; al respecto, Delgado y Rodríguez (2012) indican que el investigador es la fuente de información, hace parte activa del estudio, convirtiéndose en parte fundamental, pues es quien interpreta la realidad de los sujetos; al respecto Rodríguez y García (1999) mencionan que en este tipo de investigación el investigador tiene la capacidad de interpretar la realidad de su contexto partiendo del significado que le proporcionan las personas implicadas.
Así mismo, la propuesta se amparó en el paradigma interpretativo documental; dado que se comprendió y se explicó la situación problema dentro del contexto social en los que se interactuó, en este caso, con los currículos de los programas, haciendo una lectura interpretativa del estado del emprendimiento como eje transversal en los programas académicos de la UFPSO. De tal forma, se acudió a la revisión de los planes de estudio o mallas curriculares de los programas académicos, para reconocer en primera medida, las asignaturas ofrecidas en el área administrativa o de gestión y a partir de esos datos realizar una revisión en cuanto a los contenidos microcurruculares de cada una de ellas y establecer de qué manera se enfoca al emprendimiento en su contenido micro curricular; además, se realizaron entrevistas a docentes encargados del área para establecer cómo se desarrolla el emprendimiento en la asignatura, para tal efecto se realizaron preguntas relacionadas con concepto de emprendimiento, actividades realizadas dentro y fuera del aula que generen emprendimiento, innovación y creatividad como forma de emprendimiento.
La recolección de información permitió cotejar información en cuanto a la generación de emprendimiento de los estudiantes y los proyectos que se realizan dentro y fuera del aula de clase que fomenten la cultura del emprendimiento. La interpretación de información se realizó a través del análisis cualitativo explicativo de datos lo cual permitió establecer el estado de la cultura de emprendimiento en los programas ofertados por la UFPSO.
La UFPSO, cuenta con nueve (9) programas distribuidos de la siguiente manera: Derecho, Comunicación Social, Contaduría pública, Administración de empresas , Zootecnia, Ingeniería Ambiental, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Mecánica e Ingeniería Civil, en tal sentido, con la revisión documental que se realizó a partir de las mallas curriculares de cada programa académico se logró evidenciar que en el programa de administración de empresas hay tres asignaturas que están estrechamente relacionadas con emprendimiento: liderazgo, competitividad y emprendimiento; en dichas asignaturas se tiene como propósito generar espíritu empresarial en sus estudiantes a través de la realización de distintas actividades inherentes al emprendimiento; en lo que respecta a los contenidos micro curriculares de las asignaturas se halló que los contenidos abordan temas que de una u otra manera estimulan el emprendimiento, pero los objetivos y competencias a desarrollar están enfocadas a la generación de ideas de negocio o de empresa y no en despertar actitudes, modos de pensar, identidad social, capacidad de análisis y de solución de problemas con los mínimos recursos que se pueda, pero que den respuesta y solución a largo, mediano o corto plazo a los mismos.
Así mismo, el programa de Administración de Empresas cuenta con el Centro de Proyección Empresarial (2018), el cual busca la formación de personas líderes, creadoras, con pensamiento crítico, con ideas de negocio y que de una u otra manera deseen producir ideas de negocio. Como se puede percibir, el programa concibe el emprendimiento como una forma de creación de empresa, de negocio y que esto a su vez beneficie a la región produciendo trabajo y que por supuesto sea económica y socialmente sostenible en el tiempo.
Para los demás programas: ingeniería mecánica, ingeniería civil e ingeniería de sistemas hay una materia denominada emprendimiento, cuyo propósito es la generación de empresa y de proyectos productivos; pero en ingeniería mecánica e ingeniería civil, se dan como electivas del programa, lo que lleva a que en algunas ocasiones el número de estudiantes sea reducido y los que se matriculan, no desarrollan realmente ideas emprendedoras porque terminan es elaborando productos que muchas veces se quedan en el ejercicio de clase. Los demás planes de estudio: comunicación social, derecho, zootecnia e ingeniería ambiental y contaduría, no tienen asignaturas específicas en cuanto a emprendimiento y el tema de emprendimiento queda relegado y olvidado.
En cuanto a la misión y visión institucional, no se contempla el emprendimiento como eje de formación, esto se justifica en la medida que las universidades son autónomas en hacerlo y en encaminar la formación profesional de sus estudiantes hacia la cultura del emprendimiento en las distintas áreas del saber y en las distintas profesiones. Para el caso de la UFPSO, aunque el emprendimiento no se contemple dentro de la misión y visión institucional, en el programa de Administración de Empresas, el tema del emprendimiento sí ha sido tomado como eje importante dentro de su desarrollo curricular.
En lo que respecta a los docentes, y partiendo de la concepción de enseñanza, la mejor manera de generar emprendimiento es por medio de un aprendizaje activo; al respecto Kickul (2007) indica que la enseñanza del emprendimiento debe darse combinando teoría y práctica y el docente debe ser facilitador del proceso de aprendizaje; así mismo, Crissien citado por Ortiz (2013) asevera que pedagógicamente el docente universitario debe desarrollar la cultura de emprendimiento a través de la enseñanza basada en la educación para la libertad, el constructivismo, el aprendizaje experiencial y el aprendizaje autónomo; por lo tanto, éste, se debe caracterizar por ser un individuo competente en el saber y en el saber hacer, lo cual permita desarrollar en los estudiantes competencias emprendedoras creativas e innovadoras.
Desde la perspectiva anterior y a partir de las entrevistas realizadas a los tres docentes de encargados de las asignaturas: liderazgo, competitividad y emprendimiento, se logró evidenciar que en el caso de la asignatura de emprendimiento, el docente manifiesta que es necesario que la universidad y el plan de estudio de Administración de Empresas atiendan las necesidades de los contextos regionales, en tal sentido consideran que a través del emprendimiento se puede generar sinergias con la sociedad, por medio de ejercicios de creación productiva lo cual exige una correlación entre investigación y extensión; esto demanda que la universidad y los docentes formen estudiantes emprendedores, generadores de ideas de empresa y que pongan a disposición de la sociedad los conocimientos que adquiere en su formación profesional, siempre pensando en la interacción con la sociedad y el beneficio de la región.
En este sentido, se puede inferir que los docentes siguen viendo el emprendimiento como una forma de generación de empresa y de negocio, muy contrario a lo que realmente es el emprendimiento, pues aunque esta mirada no se debe deslegitimizar, debe ser más amplio en el concepto teniendo en cuenta que establece una forma de vida y de pensamiento; en tal sentido la formación emprendedora debe ofrecer a los estudiantes los conocimientos necesarios para desarrollar capacidades y habilidades innovadoras y capaces de dar solución a las distintas problemáticas a las que se enfrentan en la vida diaria.
En cuanto a las apreciaciones de los docentes de liderazgo y competitividad, se estableció que pese a que realizan distintas actividades encaminadas a la generación de emprendimiento como por ejemplo: ferias, asesorías para la creación de empresas, creación de productos, estudios de mercado y estudios financieros para la creación de nuevas empresas y otras actividades, no se tiene claro el concepto de emprendimiento, pues se sigue confundiendo con creación de empresa y se deja de lado la importancia de incentivar la creatividad y la resolución de problemas sociales, regionales y contextuales a través de ideas innovadoras que mejoren la calidad de vida de los individuos.
En tal sentido, los autores del artículo, a partir de las entrevista realizadas a los tres docentes, y a partir de la revisión de las mallas curriculares de los programas académicos en estudio, consideran que las instituciones de educación superior, a través de sus docentes deben ser facilitadores y mediadores del conocimiento y de las experiencias de sus estudiantes; esto requiere mayor compromiso de las instituciones en lo referente a acciones pedagógicas que transformen las prácticas docentes, lo que implica que el docente esté en constante formación y que a través de ella, desarrolle habilidades y competencias las cuales deben ser las mismas que él busca fundar en sus estudiantes. De tal manera, es importante que el docente posea competencias académicas, didácticas, organizativas, al respecto Vera, Baquedano y Ferrán (2008) platean que el docente debe concebir el aprendizaje como un proceso continuo y sistemático que tiene altos y bajos que le permiten al estudiante cometer errores y aprender de ellos sin dejar de perseguir sus metas.
En consecuencia las didácticas y las metodologías utilizadas por los docentes en las aulas y fuera de ellas son de gran importancia en la generación de cultura emprendedora en los profesionales universitarios; por lo tanto, las instituciones de educación superior deben establecer políticas que desplieguen mecanismos y herramientas promotoras de emprendimiento, las cuales se les debe realizar seguimiento y evaluación que dé lugar a la retroalimentación en miras del aseguramiento de la responsabilidad social que se tiene con el contexto en el cual está inmersa la institución, estableciendo una interacción multidisciplinar entre docentes y estudiantes lo cual permita un trabajo grupal de todos los miembros de la institución, sector externo, empresas, grupos sociales, es decir se necesita una sinergia emprendedora.
En cuanto a las metodologías empleadas por los docentes para fomentar el emprendimiento, éstas, deben ser promotoras del desarrollo autónomo por medio de actividades intra y extracurriculares como proyectos de aula y talleres en los cuales se les desarrolle la capacidad de resolución de problemas, esto requiere que el docente considere un rol nuevo, más activo, igualmente, la cultura emprendedora necesita que la institución realice convenios y redes de apoyo con otras instituciones, con empresas, personas, emprendedores exitosos lo cual dé lugar a intercambio de conocimiento y experiencia, los cuales enriquecen la actividad emprendedora.
Atendiendo las apreciaciones anteriores es pertinente incluir en los currículos aspectos inherentes al emprendimiento, permitiendo así concretar proyectos de formación que atiendan las necesidades de este siglo, lo cual implica que los conocimientos impartidos y compartidos dentro y fuera del aula, se caractericen por su relevancia y agregado social, en este sentido, se propone la generación de actividades curriculares que den lugar a realizar una mirada interdisciplinar a los problemas sociales, económicos y de productividad del contexto y que bajo esa luz se generen ideas innovadoras de emprendimiento, de tal manera que la universidad contribuya con el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos y por su puesto de los profesionales.
De tal manera, con el propósito de generar emprendimiento, es importante que en cada asignatura de los programas académicos, se incentive la formación de la competencia emprendedora; es decir, se convierta en eje transversal en cada asignatura independientemente de la disciplina de estudio o la formación profesional a recibir; por lo tanto, se propone las siguientes estrategias metodológicas: establecer un banco de necesidades regionales contextualizadas, a partir de estas plantear proyectos encaminados a dar solución a los problemas hallados; socializar a través de distintos eventos las propuestas y proyectos ejecutados por los estudiantes. Por otro lado, y para aquellos programas que no contemplan el emprendimiento como eje de formación, se debe establecer seminarios, talleres , diplomados, en los cuales se les dé la oportunidad a los estudiantes de adquirir los conocimientos y también estimular el espíritu emprendedor y se les permita dar solución a los problemas sociales, económicos y productivos que se dan en el contexto regional y que por medio de ello se le dé la posibilidad a los estudiantes de mostrase como personas innovadoras, lideres, gestores y que sobre todo se entienda el emprendimiento como eje transversal , interdisciplinar y multidisciplinar en cualquier área disciplinar.
Finalmente, es de enfatizar que los programas que deseen destacar el espíritu emprendedor requieren de dos elementos esenciales: uno relacionado con la estructura y otro con lo cognitivo: el primero referido con las políticas institucionales en lo conexo con el emprendimiento y su evaluación permanente en el cual se mida el impacto que se tiene en la región; así mismo los métodos de divulgación de los casos de emprendimiento más destacados; adquisición de recursos para la generación de productos de emprendimiento. En el segundo elemento relacionado con la creación de redes de trabajo, investigación, análisis de la situación de la región en cuanto a los aspectos económicos, sociales y legales; desarrollo de disciplina, responsabilidad, factores éticos, resolución de problemas y mejoramiento del contexto a través del emprendimiento.
En torno al estudio realizado en la UFPSO, se puede afirmar que fomentar la cultura emprendedora en los estudiantes, permite desarrollar los índices de innovación, de creatividad, capacidad de resolución de problemas y uso de recursos disponibles en el contexto; además es posible que aquellos estudiantes con actitudes emprendedoras en un futuro podrían ser líderes competitivos en la sociedad; por lo tanto las instituciones de educación superior deben asumir este reto a partir de nuevos escenario académicos y de prácticas docentes; también es de resaltar que el talante emprendedor pueda nacer, pues todos los individuos poseen capacidades emprendedoras; sin embrago es la universidad y sus docentes quienes deben contribuir en el fomento de la misma, a través de acciones pedagógicas y ambientes creativos en los cuales los estudiantes fortalezcan el actuar, el pensar y el sentir.
La percepción que se tiene de emprendimiento es el de generación de empresa o negocio, en tal sentido es importante que la universidad le dé otra mirada y sea la gestora de nuevos pensamientos innovadores en las distintas áreas del conocimiento.
Resulta importante que la institución forme y provea las herramientas necesarias a los docentes para que estos a su vez, en sus clases y fuera de ellas desarrollen en sus estudiantes la competencia emprendedora y se reconozca el valor del emprendimiento como una forma de generación de la creatividad, la resolución de problemas, el liderazgo, la innovación.
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