Vol. 39 (Nº 14) Año 2018 • Pág. 19
Daniel Andrés FLORES Cáceres 1; Gonzalo DELAMAZA 2; Roberto SALAS 3; Marcel THEZÁ 4
Recibido: 06/12/2017 • Aprobado: 28/01/2018
2. Enfoque metodológico y descripción de los datos
RESUMEN: Se aborda el dilema del vivir juntos en la sociedad chilena a través de dos debates: placer versus deber e individualismo versus solidaridad. Debates que serán contextualizados en la relación del sujeto con los otros semejantes (vecinos), con el Estado (nosotros institucionalizado), y con el Mercado (relaciones sociales de cooperación y competencia). Se presenta una caracterización de la subjetividad de la sociedad chilena, de sus diferentes posicionamientos éticos, y de cómo se relacionan éstos con variables sociodemográficas, políticas y culturales. |
ABSTRACT: This paper works the dilemma of living together in the chilean society, from two debates: pleasure vs duty and individualism vs solidarity. This debates will be analyzed in the relation of the subject with the others similar (neighbors), with the State (we institutionalized), and with the Market (social relations of cooperation and competition). Finally presents a description of the subjectivity chilean society, his different ethical positions and how these relate with sociodemographic, political and cultural variables |
El siguiente artículo, trabaja sobre las tensiones éticas con la que los habitantes de Chile ordenan los valores de su entorno. Se expondrán dos posicionamientos del debate clásico sobre la ética. Primero, el de aquellas preguntas que dicen relación con vivir la vida satisfactoriamente, vale decir, preguntas que tienen que ver con la oposición entre el placer y el deber. El placer, siguiendo la trama de Epicuro (1999) con el concepto de Eudaimonia, y sus versiones sociológicas modernas sobre el bienestar y la felicidad. Y el deber, como esa otra trama de principios morales que provienen del ámbito soberano de la razón –a la manera kantiana– y que son autoimpuestas y obligatorias (Kant, 1968). Esta tensión ética, es, básicamente, la que resume Weber para la modernidad con el siguiente par de oposición: "honraremos a Dios trabajando para vivir" u "honraremos a Dios viviendo para trabajar" (Weber, 2003) .
El segundo posicionamiento de los debates éticos que observaremos, dice relación con la tensión existente entre el individuo y la otredad. Dijo Sartre "el infierno son los otros" (Sartre, 1992) , que es lo mismo que dijo Arendt, aunque al revés: que el hombre solo es completo cuando es ciudadano, y que solo es ciudadano cuando reconoce y se reconoce en esos otros (Arendt, 1993). Porque no solo el infierno, también el paraíso, son los otros. Vale decir, ¿es la felicidad del individuo el deber primigenio y condición, para alcanzar luego la convivencia democrática y el buen Estado (siguiendo el egoísmo ético de Spinoza, por ejemplo (Spinoza, 2011)?, o al revés, ¿es la felicidad del resto la preocupación inicial y necesaria, que condiciona la posibilidad de alcanzar la felicidad propia? En definitiva, es mejor sociedad una que es individualista o una que es solidaria.
Estos dos debates y cuatro posicionamientos éticos, refieren necesariamente a dos dimensiones del sujeto. Por un lado, a la forma en que valora su relación con la otredad, y por otro, en cómo partir de esa relación el sujeto construye su propia subjetividad, (Lechner, 2002, 2004; PNUD, 1998). En definitiva, refieren a la idea sobre las dinámicas éticas y subjetivas sobre el vivir y el vivir juntos (Sennett, 2012)
Para desarrollar y caracterizar esta descripción de la ética de las subjetividades, utilizaremos tres dimensiones de la otredad, que se configuran a partir de los siguientes tres supuestos. El primero, el que se refiere a la comprensión de los otros como semejantes. Si el sujeto es una construcción coral, vale decir que se constituye a partir de la mirada de los otros, el hecho fundante del sujeto es antropológico. Luego, es fundamental analizar, como el sujeto evalúa y valora la posición de los otros semejantes en su entorno, para comprender, desde ahí, su forma de entender el mundo (Arendt, 1993).
El segundo supuesto, es que es a partir de la noción de otredad, es desde donde también surgen las instituciones y el Estado. Es en esta diferenciación y representación que la sociedad hace de sí misma en un otro institucionalizado, desde donde nace la posibilidad de las diferenciaciones sociales y de la legitimación de la concentración del poder (Girard, 2012; Hobbes, 2001; Poulantzas, 2007; Rousseau, 2003). Es en el otro, vicario, víctima y victimario, desde donde nace, finalmente, el Estado (Girard, 2012). Es a partir del otro, en tanto factor de violencia -la guerra de todos contra todos-, desde donde surge la necesidad del contrato social, como orden, y del Estado como garante, en tanto trascendente social, de ese orden (Hobbes, 2001). Luego, el Estado se constituye a partir de un otro, pero un otro que es su vicario, en el que la propia sociedad se representa, sacrificialmente (Bataille, 1987; Girard, 2012), o institucionalmente (Hobbes, 2001; Poulantzas, 2007). Los otros somos nosotros en el Estado y en sus Instituciones (Poulantzas, 2007).
El tercer supuesto es el de la comprensión del Mercado como una arista final de la otredad. La teoría mimética (Dupuy, 1999; Girard, 2006), por ejemplo, explica la mano invisible de Adam Smith como una moral engañosa. Señala Dupuy, que el mercado, en realidad, y a diferencia de esta imagen fantasmagórica (Smith, 2004), piedra angular de la modernidad capitalista, se mueve más bien a partir de la visión, permanente y emocional, que sus participantes hacen de los otros que conviven en el mercado, ora como compradores, ora como competidores (Dupuy, 1998). Luego, en el mercado, lo que prima no es la invisibilidad ni el individuo, sino que, por el contrario, la completa atención y observación de los unos sobre otros. Las experiencias comerciales con los otros, son también constitutivas del sujeto.
En definitiva, para este artículo, el otro será considerado como aquellos semejantes (vecinos y habitantes), como el Estado y sus instituciones (o el Nosotros institucionalizado), y como el mercado (o los otros dispuestos desde la cooperación y la competencia). Y serán estas variables, las que se relacionarán luego, con los dos ejes de discusión ética que se propone observar en el artículo.
En la primera parte del artículo, se describe la metodología de levantamiento y análisis de la información, así como el contexto del levantamiento de los datos. Luego, se entregan los resultados para los dos debates éticos y estructurales del análisis (solidaridad versus individualismo, y vivir para trabajar o trabajar para vivir). Luego, se describen las subjetividades de los chilenos con respecto a las 3 dimensiones de la otredad anteriormente explicadas (semejantes, Estado y mercado), para relacionar luego, estas variables con las posiciones éticas declaradas por los entrevistados. Finalmente, se realizará un análisis, que caracterizará al sujeto, a partir de las posiciones éticas y demás variables constitutivas.
Para realizar este estudio, se diseñaron preguntas específicas que pudieran reportar el debate ético y las variables constitutivas de la otredad y el sujeto anteriormente expuestas. Cuando se utilizan preguntas provenientes de otros estudios sobre subjetividad, son señaladas a lo largo del texto, y estas provienen, en general, de las diseñadas y utilizadas por los Informes de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 1998, 2000, 2002, 2008, 2015). Las preguntas trabajadas, fueron parte de un cuestionario aplicado por el Instituto Chileno de Estudios Municipales, entre el 23 de agosto y el 27 de septiembre de 2013, y sus resultados generales y base de datos fueron publicados en su página web en noviembre del mismo año. Algunos de estos datos fueron utilizados en la tesis doctoral de uno de los autores (Flores, 2014), pero, en general, se habían mantenido sin procesamiento hasta este trabajo.
Si bien es en el espacio de la cultura donde se inscriben los dilemas éticos y subjetivos que este artículo quiere observar, y, por tanto, se ubican más bien en la lentitud de los procesos, que, en el vertiginoso cambio de la opinión pública, parece pertinente describir, de todas maneras, algunos rasgos generales del período de levantamiento de esta información. El segundo semestre de 2013, estuvo marcado políticamente por las elecciones presidenciales. Ese año, Michelle Bachelet lograba un segundo mandato presidencial, apoyada por un amplio conglomerado de fuerzas de centro e izquierda. El debate sobre la educación pública, que había sido instalado a partir de grandes movilizaciones, que habían comenzado el 2011, ya se habían asentado en la opinión pública y académica (Agacino, 2013; Atria, Larraín, Benavente, Couso, & Joignant, 2013; Berroeta & Sandoval, 2014; Gambi & González, 2013; Ruiz, 2015), y habían permeado los discursos políticos horizontalmente (PNUD, 2015). Pese a lo álgido del debate sobre las perspectivas de lo público, y los cambios que prometía la actual presidenta de Chile en su campaña electoral, solo un 42% de las personas fue a votar.
La encuesta fue aplicada por la consultora privada ICCOM-CADEM, consta de 1709 casos, su margen de error es de 2.4% y su nivel de confianza es de 99%. Los resultados fueron publicados el 8 de octubre de 2013. Para la realización de este estudio se han seleccionado conjuntos de variables de percepción a partir de los marcos sociológicos y antropológicos anteriormente presentados. Sobre estos, se ha realizado un análisis de estadística descriptiva a modo exploratorio, utilizando el software R (R Core Team, 2015), y se han aplicado pruebas de significancia sobre las tablas de contingencia, permitiendo identificar aquellas diferencias estadísticamente relevantes entre los distintos grupos sociales considerados. Luego, a partir de un Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM) –realizado a través del paquete FactoMineR– sobre distintas categorías de conglomerados, se describió la variabilidad de los datos a través de variables cualitativas. La aplicación de esta herramienta es común en las encuestas de opinión, cuando los respondientes asignan una valoración positiva o negativa a un suceso, es decir, cuando escogen, sobre un número finito de categorías, aquella opción que mejor les representa. El resultado de la técnica es una representación gráfica de dos nubes de puntos, donde una es relativa a los individuos y la otra a las categorías. La proximidad entre los puntos en esta representación, sugiere una asociación entre los elementos, y la inercia o varianza asociada a cada eje, equivale a la media al cuadrado de los coeficientes de correlación – En este punto hay que observar, que los bajos valores de la varianza en un ACM, se explican por la propia técnica, pues, cuando se usan variables con cinco categorías, no se logra superar el 25% de inercia en el primer eje. Dicho esto, podemos observar que las variables con los valores más altos contribuyen, mayormente, a la definición o identificación de las dimensiones, es decir que, la preponderancia de unas variables por sobre otras, es lo que permite su caracterización. Por otro lado, la técnica también permite asignar variables que no son directamente parte de la construcción de los ejes, sino que son suplementarias y ayudan en su interpretación, este es el caso de variables como sexo, edad o grupo socioeconómico (Greenacre & Blasius, 2006; Pagès, 2014).
Para debatir sobre los ejes éticos señalados en la introducción, acerca de la relación entre el individualismo y la solidaridad, como obligación moral para los chilenos, se formuló la siguiente pregunta: "Para Ud. una buena sociedad chilena requiere de personas: 1) más exitosas, aunque tengan menos tiempo para preocuparse por los demás (posición individualista); o 2) más preocupadas por los demás, aunque tengan menos tiempo para el éxito de sus propias carreras (posición solidaria). Como puede observarse en la tabla I, un 41.6% de los entrevistados se posicionó en el grupo de los individualistas (opción 1), mientras que el 58.4% en el grupo de los solidarios (opción 2). Al interior de estos grupos, ocurre que las personas que declaran más solidaridad que individualismo, tienden a concentrarse entre las personas que tienen entre 30 y 45 años, y en los grupos socioeconómicos altos, ABC1 y C2, específicamente.
Tabla I
Individualismo y solidaridad en Chile según edad y grupo socioeconómico
Individualismo y |
Edad |
Total |
|
Grupo Socioeconómico |
Total |
|||||||
18-29 |
30-45 |
46-60 |
60++ |
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
||||
Posición |
185 |
212 |
144 |
96 |
637 |
48 |
110 |
174 |
243 |
62 |
637 |
|
Posición solidaria |
253 |
350 |
171 |
119 |
893 |
130 |
188 |
252 |
250 |
72 |
892 |
|
Total |
438 |
562 |
315 |
215 |
1530 |
178 |
298 |
426 |
493 |
135 |
1529 |
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta ICHEM-CADEM, año 2013
Y frente al bienestar, ¿cómo se definen los chilenos? Para enfrentar este segundo dilema ético, se preguntó a los entrevistados si valoraban más el vivir para trabajar o el trabajar para vivir, esto, a través de la siguiente pregunta: ¿Con qué frase está usted más de acuerdo? "prefiero, a) Un trabajo donde me paguen bien y tenga contrato indefinido, aunque no me sienta muy a gusto, o b) Un trabajo donde me sienta a gusto, aunque me paguen menos y no tenga contrato indefinido. A diferencia de la pregunta anterior, que implicaba para el entrevistado reflexionar sobre el "mejor mundo posible", esta segunda pregunta lo invitaba a reflexionar sobre sus propias posibilidades de bienestar. El resultado, como muestra la tabla II, se distribuyó del siguiente modo: el 53.4% de los entrevistados se posicionó en la posición "vivir para trabajar", sobre todo en los estratos socioeconómicos más bajos (D y E), y el 46.6% se posicionó en el grupo "trabajar para vivir", concentrándose este posicionamiento, sobre todo, en los grupos socioeconómicos más altos (ABC1 y C2).
Tabla II
Vida y trabajo en Chile, según nivel socioeconómico
Vida y Trabajo |
Grupo Socioeconómico |
Total |
||||
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
||
Vivir para trabajar |
74 |
126 |
225 |
292 |
77 |
794 |
Trabajar para vivir |
105 |
171 |
209 |
206 |
59 |
750 |
Total |
179 |
297 |
434 |
498 |
136 |
1544 |
Fuente, elaboración propia en base a Encuesta ICHEM-CADEM, año 2013
Como puede apreciarse en la tabla siguiente (tabla III), el cruce de estos dos ejes éticos, nos permite diferenciar 4 posiciones, que se distribuyen en la población del siguiente modo: a) Aquellos que prefieren vivir para trabajar y que al mismo tiempo valoran más el individualismo y el éxito (29.7%), b) Aquellos que prefieren vivir para trabajar, y que valoran la solidaridad por sobre el individualismo (21.3%), c) Aquellos que prefieren trabajar para vivir, pero que valoran el individualismo (12%), y d) Aquellos que prefieren trabajar para vivir, pero que valoran la solidaridad antes que el individualismo (36.9%).
Tabla III
Grupos éticos generales
Tipos éticos |
Individualismo y |
Total |
|
Posición individualista |
Posición solidaria |
|
|
Vivir para trabajar |
439 |
315 |
754 |
Trabajar para vivir |
177 |
545 |
722 |
Total |
616 |
860 |
1476 |
Fuente, elaboración propia en base a Encuesta ICHEM-CADEM, año 2013
Estas dos preguntas logran reflejar y sintetizar, la complejidad ética de la sociedad chilena. Entre, por una parte, los que sienten como camino para una mejor sociedad el individualismo, y los que sienten que para esto se necesita de la solidaridad. Y por otra, los que sienten que sus posibilidades de bienestar le permiten trabajar para vivir, y aquellos que declaran que esta idea de bienestar les obliga a vivir para trabajar.
Para caracterizar los posicionamientos éticos recién descritos, vale decir, para relacionarlos con variables significativas, se describirán ahora una serie de variables provenientes todas, de las diferentes evaluaciones que las personas hacen de su entorno. El primer supuesto, es que el sujeto se construye coralmente a partir de sus semejantes. Para abordarlo, se levantaron las percepciones de los entrevistados respecto a las valoraciones de confianza o desconfianza, con las que se relacionan con el resto de la gente. Para esto se utilizaron las siguientes tres preguntas, provenientes de diversos estudios y cuestionarios aplicados a la sociedad chilena (PNUD, 1998, 2002, 2008): ¿Ud. tiene muchos, pocos o ningún amigo?, ¿se puede confiar en las personas?, ¿la gente actúa correctamente con uno o trata de aprovecharse? El objetivo de estas preguntas, como se explicó en la primera parte, es caracterizar los posicionamientos éticos anteriormente descritos.
Como se desprende del mapa de correspondencias de la figura 1, existe una gran relación entre las variables introducidas en el modelo, en tanto logran explicar en su conjunto, el 81.8% de la varianza total. Como puede observarse, existe una gran relación entre las personas que declaran que se puede confiar en las personas, y que las personas, en general, se comportan con ellas de manera correcta. Por otro lado, existe una alta relación entre las variables "en su mayoría trata de aprovecharse" y "no se pude confiar en las personas". Así mismo, y a pesar que los valores de las variables suplementarias tienden a ser bajos, ocurre que, en general, las personas de mayor nivel socioeconómico (ABC1, C2 y C3), las más jóvenes (18-29 años) y los hombres, tienden a agruparse, en mayor medida, junto a las variables de personas que declaran tener muchos amigos y más confianza respecto de las personas de su entorno. Y al revés, las personas de grupos de nivel socioeconómico más bajo (D y E), las mujeres, y los adultos de más de 60 años, tienden a relacionarse con las nociones pocos o ningún amigo, y las de abuso y desconfianza respecto de su entorno de semejantes.
Figura 1
ACM Variables de confianza y abuso entre los otros-semejantes
Fuente: Elaboración propia en base a encuesta ICHEM 2013
Para abundar sobre la relación de las personas con sus semejantes, se diseñó la siguiente batería de preguntas, referidas, específicamente, al tema de la solidaridad que las personas perciben en su entorno. Esto, a partir de las acciones de dar ayuda (solidaridad activa) o recibir ayuda (solidaridad pasiva), y para dos tipos de escenarios, o en el barrio –como entorno de semejantes cercanos o conocidos–, o en la calle –como entorno de semejantes lejanos o desconocidos–. El siguiente cuadro (Nº1) presenta la síntesis de preguntas y escenarios que fueron considerados.
Cuadro 1
Escenarios y situaciones de solidaridad
|
En el Barrio |
En la calle |
Solidaridad activa (otorgo ayuda) |
¿Qué tan probable es que usted realice alguna de las siguientes acciones?
|
Si usted va caminando por la calle, ¿qué tan probable es que usted realice alguna de las siguientes acciones?
|
Solidaridad pasiva (recibo ayuda) |
¿Qué tan probable cree que sería recibir alguna de las siguientes ayudas?
|
¿Qué tan probable cree usted, que la gente le ayudaría en las siguientes situaciones mientras va caminando por la calle?
|
Fuente: Elaboración Propia
Las respuestas se analizaron de la siguiente forma (Gráfico 1): aquellas personas que declararon que, en todas las situaciones descritas sentían como probable o muy probable recibir ayuda (solidaridad pasiva), se les clasificó como con "alta solidaridad", y al revés, a las personas que declararon como poco probable o nada probable recibir ayuda (solidaridad pasiva) en alguna de las situaciones para cada grupo, se les clasificó con la etiqueta "baja solidaridad". El cuadro siguiente, muestra los resultados generales de este análisis.
Gráfico 1
Alta y Baja solidaridad según tipos de escenario
Fuente: Elaboración propia, en base a Encuesta ICHEM 2013
Como se puede ver, a nivel barrial, las personas en un alto porcentaje declaran estar dispuestas a entregar y también, aunque en menor medida, a recibir ayuda. Sin embargo, en la calle, lejos de sus hogares y conocidos, la sensación de solidaridad disminuye en ambos sentidos (activa y pasiva). A su vez, el análisis según variables sociodemográficas, nos permite dar cuenta que, en general, los grupos socioeconómicos más altos (ABC1), tienden a percibir mayor solidaridad con respecto a su entorno. La siguiente tabla (IV), nos muestra, por ejemplo, la disposición a ser solidario en el barrio según tipos socioeconómicos. Como se puede ver, el 92.5% de las personas del ABC1 (grupo socioeconómico más alto), declaró en todas las situaciones, una alta disposición hacia la solidaridad, mientras que esta misma disposición, en el grupo socioeconómico más bajo (E), baja el 73.4%.
Tabla IV
Alta y baja solidaridad, según grupo socioeconómico
Ayuda |
Grupo Socioeconómico |
Total |
||||
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
||
Alta solidaridad |
173 |
264 |
380 |
413 |
130 |
1360 |
Baja Solidaridad |
14 |
39 |
81 |
134 |
47 |
315 |
Total |
187 |
303 |
461 |
547 |
177 |
1675 |
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
Para profundizar en lo referido a la ética respecto a los otros semejantes, se pidió a las personas que optaran por los mecanismos o caminos a través de los cuales preferirían ser solidarios. Para esto se pidió a los entrevistados que tomar posición entre ser solidarios directamente (ayudar a alguien sin mediaciones), ser solidarios a través del Estado (pagando impuestos), ser solidarios a través de la comunidad (con actividades de recolección de fondos), o si derechamente, preferirían no tener que ser solidarios. Para lograr esto, se propuso a los entrevistados la siguiente disyuntiva: se estima que más del 70% de los chilenos se jubilará con menos del sueldo mínimo. Por tanto, es muy probable que, a algún amigo o familiar suyo, cuándo se jubile, no le alcance para solventar sus gastos. ¿Con cuál de las siguientes frases está más de acuerdo?: a) yo preferiría ayudar directamente y de manera permanente a ese amigo o familiar, de mi bolsillo, o con alimentos, bienes u hospedaje (solidaridad directa); b) yo preferiría pagar más impuestos para que el Estado mejore las pensiones de todos los chilenos y chilenas, incluyendo a ese familiar o amigo (solidaridad a través del Estado); c) yo preferiría organizar junto amigos y vecinos, de manera permanente, eventos de ayuda y colecta por ese amigo o familiar (solidaridad a través de la comunidad); d) yo creo que esa persona debería haber pensado en su jubilación antes. Podría apoyarlo una vez, pero no permanentemente (no solidario).
Los resultados, que se muestran en la tabla siguiente (Tabla V), nos hablan, nuevamente, de personas con una alta disposición hacia la solidaridad con su entorno inmediato (familiares o amigos), pues, la mayoría, vale decir, el 77.1% de las personas, declararon estar dispuestas a ser solidarias de una u otra manera. Siendo la solidaridad a través del Estado (vale decir, a través del pago de impuestos), donde las personas concentraron sus respuestas. Es interesante notar, sin embargo, que el grupo socioeconómico más alto (ABC1) y el más bajo (E), se agrupan, como preferencia, en la utilización de la solidaridad directa, vale decir, sin mediadores ni estatales ni comunitarios.
Tabla V
Cómo ser solidario en Chile, según grupos socioeconómicos
Mecanismos de solidaridad |
Grupo Socioeconómico |
Total |
||||
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
|
|
Solidaridad directa |
52 |
71 |
89 |
107 |
31 |
350 |
Solidaridad a través |
48 |
116 |
131 |
131 |
18 |
444 |
Solidaridad a través |
14 |
25 |
64 |
64 |
19 |
186 |
No Solidario |
32 |
48 |
79 |
111 |
21 |
291 |
Total |
146 |
260 |
363 |
413 |
89 |
1271 |
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
En resumen, en su relación con los otros semejantes, las personas declaran una alta disposición a ser solidarios, y como mecanismo preferido de esa solidaridad, el pago de impuestos y su administración estatal. Sin embargo, esa sensación de solidaridad disminuye a medida que el entorno de los otros-semejantes se vuelve más distante. En la calle, la sensación de ser solidarios y de recibir solidaridad disminuye importantemente. Así mismo, puede observarse que existe una diferenciación socioeconómica significativa respecto a las valoraciones de las relaciones de solidaridad. Ocurriendo que las personas de mejor situación socioeconómica, también los hombres, y las personas más jóvenes, tienden a sentir más confianza en sus relaciones entre semejantes, y al revés, las personas de peor situación socioeconómica, y las mujeres, tienden a sentir menos confianza y solidaridad.
El segundo supuesto sobre la comprensión de la otredad en la definición de la subjetividad, es el otro en su función de Estado. Vale decir, el otro como ese nosotros institucionalizado del cual, las personas, pueden o no sentirse parte. Para entrar en esta discusión, se pidió a los entrevistados que tomaran posición con respecto a diferentes paradigmas del Estado, esto, a partir de la siguiente pregunta: Para Ud. el Estado chileno actualmente es: a) Una institución construida por todos nosotros y de la cual me siento parte (Estado Democrático), b) Una institución que nos protege como un gran padre o una gran madre (Estado Asistencialista), o c) Una institución que pertenece a un grupo pequeño de personas de la cual no me siento parte (Estado Oligárquico).
Las respuestas –resumidas en la tabla VI– se tensionaron, fundamentalmente, en dos posiciones. Para una parte –el 43.6% de la población– el Estado chileno es una institución democrática, vale decir, construida y perteneciente a todos. Posición que se concentró específicamente en el ABC1. Por otra parte, para el 46%, el Estado chileno es oligárquico, vale decir, lo sienten como perteneciente a un grupo pequeño de personas. Mientras, solo un 10.4% declaró sentir que el Estado en Chile es asistencialista.
Tabla VI
Tipos de Estado actualmente, según grupo socioeconómico
El Estado es… |
Grupo Socioeconómico |
Total |
||||
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
||
Estado democrático |
93 |
122 |
190 |
198 |
57 |
660 |
Estado |
9 |
41 |
41 |
55 |
11 |
157 |
Estado oligárquico |
79 |
135 |
198 |
228 |
57 |
697 |
Total |
181 |
298 |
429 |
481 |
125 |
1514 |
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
Luego, para comprender el grado de conformidad de las personas con su visión respecto del Estado, se pidió a los entrevistados, responder la siguiente pregunta: "Ahora cuénteme, ¿cómo cree Ud. que debiera ser el Estado en Chile?", entregándoles, como posibilidades de respuesta las mismas opciones (para los tipos democrático, asistencialista u oligárquico). Resultó que para la mayoría (70.9%), el Estado debiera ser democrático. Resultado que obtuvo una mayor concentración de respuestas en el grupo socioeconómico más alto (ABC1), como lo señala la tabla siguiente.
Tabla VII
Tipos ideales del Estado, según grupos socioeconómicos
El Estado debe |
Grupo Socioeconómico |
Total |
||||
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
||
Estado democrático |
146 |
202 |
309 |
340 |
89 |
1086 |
Estado |
29 |
65 |
84 |
107 |
37 |
322 |
Estado oligárquico |
11 |
30 |
40 |
34 |
8 |
123 |
Total |
186 |
297 |
433 |
481 |
134 |
1531 |
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
Lo propio ocurrió cuando se realizó la distinción de resultados según la identificación política. Pues, mientras la mayor parte de las personas de izquierda (61.4%) declararon sentir que el Estado chileno es oligárquico, pero que debiera ser democrático (75.4%), la mayoría de las personas de derecha (66.3%), declaró sentir que el Estado debiera ser democrático, y que, efectivamente, lo es (64.3%). A nivel general podemos decir que para el 70% de la población, su imagen de Estado ideal no se corresponde con su visión actual del Estado.
Coincidente con las respuestas anteriores, cuando a los entrevistados se les pide evaluar su valoración respecto a la democracia, esto a través de la conocida pregunta sobre disposición hacia la democracia (PNUD, 1998, 2000, 2002, 2008, 2015), a saber: ¿con cuál de las siguientes frases está Ud. más de acuerdo?, a) la democracia es preferible a cualquier otra forma de Gobierno, b) en algunas circunstancias, es mejor un gobierno autoritario que uno democrático, y c), a la gente como una, le da lo mismo un gobierno democrático que uno autoritario. Ocurre que, nuevamente, solo 6 de cada 10 personas declara decididamente que la Democracia es siempre el sistema de gobierno preferible (democracia necesaria, opción a), al mismo tiempo que, las personas que más valoran la democracia, son la de los grupos socioeconómicos altos (74.9%), y los hombres (71.3%).
Tabla VIII
Percepción de la Democracia, según grupos socioeconómicos
Percepción |
Grupo socioeconómico |
Total |
||||
ABC1 |
C2 |
C3 |
D |
E |
||
Democracia necesaria |
100 |
172 |
267 |
378 |
131 |
1048 |
Democracia |
44 |
77 |
155 |
250 |
134 |
660 |
Total |
144 |
249 |
422 |
628 |
265 |
1708 |
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
En resumen, la mayoría de las personas en Chile declaró como ideal de Estado y de sistema político a la democracia. Sin embargo, 4 de cada 10 personas declararon estar dispuestas a vivir en una democracia "puesta entre paréntesis", al mismo tiempo que una gran mayoría (siete de cada tres personas), declaró que el Estado no es como debiera ser. Si el Estado es el otros convertido en nosotros (Poulantzas, 2007), esa idea y expectativa sobre un nosotros legítimamente compartido, es, para los chilenos, inexistente.
El tercer supuesto de la otredad, es su dimensión como mercado. Vale decir entender, en la dimensión antropológica del mercado, una función constituyente de la subjetividad de las personas. Esto, en tanto se asume que, en el interior del mercado, se construyen relaciones de intercambio basadas en valores y expectativas relacionadas con competencia, cooperación y confianza. Para debatir esto, se pidió a los entrevistados asumir diferentes situaciones comerciales, y evaluar si en ellas, sus contrapartes, entablarían con ellos relaciones justas o abusivas. En definitiva, se les preguntó si sentirían que les cobrarían lo justo (lo que corresponde), o lo más que puedan. Los escenarios consultados y los resultados generales para cada situación, se describen en el cuadro siguiente.
Cuadro 2
Situaciones comerciales de confianza y abuso
¿Qué siente cuando... |
Le van a cobrar lo justo% |
Le va a intentar cobrar lo más que puedan % |
Va a comprar a un supermercado |
29.22 |
70.78 |
Paga las tarjetas del supermercado o de grandes tiendas |
11.77 |
88.23 |
Va a la ISAPRE o a Fonasa |
22.33 |
77.67 |
Va a una de las grandes farmacias |
14.11 |
85 |
La AFP le cobra la comisión mensual |
13.67 |
86.33 |
Va a comprar a las multitiendas |
15.41 |
84.59 |
Va al médico en una clínica o cadena médica. |
14.98 |
85.02 |
Paga el colegio o la universidad |
17.24 |
82.76 |
Paga el pasaje de un bus (interurbano) |
29.60 |
70.40 |
Va a una farmacia de barrio |
38.23 |
61.77 |
Va al almacén del barrio |
42.66 |
57.34 |
Va al médico en una consulta privada |
16.28 |
83.72 |
Va a comprar a la feria |
45.89 |
54.11 |
El gasfíter le hace un arreglo |
19.11 |
80.89 |
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
La siguiente figura (Nº2) muestra un modelo que explica, en su conjunto, el 51.5% de la inercia o varianza total de los datos. En este mapa de correspondencias se puede apreciar la relación que existe entre la sensación de abuso ("cobrar lo más que puedan") y todo tipo de empresas, sean estas pequeñas o grandes, educacionales, bancarias o almacenes de barrio o servicios personalizados. Sin embargo, existen algunas diferencias. La primera, es que esta sensación de abuso no es global, pues, el segmento socioeconómico más alto (ABC1), tiende a relacionarse más desde la justicia en el cobro, para todas las situaciones planteadas. La segunda, es que existe una tendencia hacia la sensación de justicia en las relaciones comerciales con Farmacias de barrio, almacenes y ferias para el segmento de personas de entre 18 y 29 años, pero que, al revés, existe una sensación de abuso respecto a estos mismos negocios para el grupo socioeconómico más bajo, y para las personas de más de 60 años.
Figura 2
ACM Situaciones comerciales de abuso y confianza y variables sociodemográficas
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
Para los chilenos, en definitiva, salvo para los niveles socioeconómicos más altos, todas las relaciones que se dan al interior del mercado, sean estas con grandes o pequeñas empresas, están marcadas por la sensación de abuso y desconfianza. Sensación que, sin embargo, no implica necesariamente una relación de malestar definitivo, o de crítica furibunda respecto del sistema. Porque, por ejemplo, cuando se pregunta a las personas su evaluación sobre el sistema de tarjetas de crédito, el resultado muestra la compleja tensión de las personas en su convivencia con el mercado. De modo tal que, cuando a las personas se les consulta si, para ellas, "las tarjetas de crédito (de bancos y supermercados) son una forma que usan las grandes empresas para cobrar de más a sus consumidores", el 82% declara estar de acuerdo. Sin embargo, cuando, a renglón seguido, se les pregunta si para ellas "las tarjetas de crédito son una oportunidad para que las personas puedan comprar lo que necesitan", el 76.6% se declara, también, de acuerdo con esta alternativa.
Resumiendo, podemos decir que, si bien existe una sensación de abuso generalizada en las relaciones comerciales en Chile, y que esta sensación no tiene que ver, solamente, con las grandes empresas, sino que también con las pequeñas. Pero que, sin embargo, al mismo tiempo que el abuso, las personas ven en el mercado oportunidades.
Para complejizar esto, el siguiente ACM (figura 3) relaciona las variables que determinan la autoevaluación del sujeto en Chile. Este mapa –que explica un 36.7% de la inercia total del modelo–incluye, además de las variables relatadas en el párrafo anterior, otras relacionadas con la evaluación de la trayectoria económica de las personas y sus familias, su satisfacción con la vida, su nivel de empoderamiento –vale decir, si sienten que personas como ellas pueden hacer poco, algo o mucho, para resolver los problemas que afectan a su comunidad– y, finalmente, si sienten que lo que son o han logrado, es producto de las circunstancias que les ha tocado vivir, o de sus decisiones.
Figura 3
ACM Variables de autoevaluación subjetiva y sociodemográficas
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
Como puede apreciarse, existe un grupo "optimista", compuesto por hombres, personas entre 18 y 45 años, y de los niveles socioeconómicos medios y altos (ABC1, C2 y C3), que se relacionan significativamente, con las variable de alta satisfacción con la vida, trayectoria económica positiva -en general, mi familia y yo vivimos mejor que hace diez años-, con la sensación de avanzar más que el resto, de ser ganadores, y de positivo empoderamiento político (gente como uno puede hacer mucho para resolver los problemas que afectan a mi comunidad).
Por otro lado, existe un grupo que podríamos llamar los "moderadamente optimistas", compuesto por personas de más de 60 años, el grupo socioeconómico D (bajo), y por mujeres, que tiende a agruparse junto a las variables, "medianamente satisfecho con la vida", a la sensación de avanzar menos que el resto, la de no empoderamiento, y a la sensación de que sus logros en la vida son más bien el producto de las circunstancias que les ha tocado vivir, que de sus decisiones personales. Y, finalmente, existe también un grupo de "pesimistas", que tienen una relación con estas mismas variables, pero mucho más intensa, y, además, con la sensación de no satisfacción con la vida, y de una trayectoria socioeconómica en decadencia, junto a esta relación de variables, se sitúa, sobre todo, el grupo socioeconómico E.
Para realizar una relación entre las posiciones éticas descritas al comienzo de este artículo (bienestar y placer versus deber, e individualismo versus solidaridad), junto a las posiciones del sujeto respecto de las diferentes dimensiones de la otredad que lo constituyen (semejantes, Estado y mercado), se presenta a continuación un ACM que relaciona todas estas variables.
Figura 4
ACM Variables de posiciones éticas, sociodemográficas, de evaluación de los otros y autopercepción
Fuente: Elaboración propia, en base a encuesta ICHEM 2013
Ambos ejes de la representación logran dar cuenta de un 26.7% de la inercia del total de variables, y muestran la significativa relación entre la posición ética del "trabajar para vivir", y la "posición ética solidaria". Variables que, a su vez, se relacionan con mayor significancia, sobre todo, junto a los grupos de personas de entre 30 y 45 años, y el grupo socioeconómico C3. Junto a estas, pero con menos intensidad, también se asocian las personas que sienten que el Estado es actualmente democrático, las de derecha, y las que preferirían, en la práctica, no ser solidarias. Por otro lado, se asocian entre sí, la posición ética individualista, y la del vivir para trabajar, las que, a su vez, se relacionan con todas las prácticas solidarias (a través del Estado, la comunidad, y la solidaridad directa), y con las personas de más de 60 años, y las que se clasifican en el centro político.
Las personas de izquierda, las mujeres, y los grupos D y E, en cambio, tienden a relacionarse entre sí, y junto a los que sienten que el Estado es oligárquico, que el resultado de sus vidas es el fruto de las circunstancias que les ha tocado vivir, y que avanzan menos que el resto. Y también, aunque con menos intensidad, con las de no empoderamiento político, la sensación de perdedor socioeconómico, y las de abuso de parte de su entorno de semejantes. Por su parte, el ABC1, tiende a asociarse, sobre todo, con las variables Ganador, Avanza más que el resto, y con la que dicen relación con que el rumbo de sus vidas tiene que ver con las decisiones que han tomado.
Los resultados que se presentan en este artículo, describen posicionamientos éticos claramente distinguibles en la sociedad chilena. Cuando se pregunta a la gente si preferirían un trabajo donde ganen más, pero estén a disgusto, o uno donde ganen menos, pero se sientan a gusto, las reflexiones describen el marco de las posibilidades de la ética del bienestar. Como lo demuestran las respuestas, son las condiciones materiales de la existencia las que determinan en este sentido el bienestar subjetivo de las personas. Así mismo, frente al debate sobre el camino individualista o solidario, como determinante de una "buena sociedad", los chilenos también se posicionan en campos distintos, donde, nuevamente, son las condiciones materiales las que caracterizan estos posicionamientos. Son las personas de mayor nivel socioeconómico y las adultas, las que más se declaran como solidarias.
Estos debates entre el deber y el placer, entre la vocación por el individuo o por "el otro", se relacionan también con las otras dimensiones de lo subjetivo estudiadas. Ocurre que hay una relación significativa entre la ética individualista y la del deber (los que viven para trabajar), y las posiciones de solidaridad práctica, vale decir, una relación entre las personas que, pese a que no declaran la solidaridad como un rasgo fundamental de una "buena sociedad", si están dispuestos a ayudar si alguien de su entorno lo necesita. Al revés, existe una relación entre las éticas solidaria y del bienestar (trabajar para vivir), que se relacionan con una evaluación de más confianza respecto del Estado, más optimismo y empoderamiento, aunque también, con una menor disposición a ser –en la práctica– solidarios.
Los datos ofrecen al observador las contradicciones de la subjetividad chilena, y el complejo camino que significa comprender la actual conformación de un nosotros. Existe una relación ética respecto al deber ser de lo social, como éxito, y frente a ese éxito, al trabajo como un factor de sacrifico, esto, especialmente, para los segmentos socioeconómicos más bajos. Al mismo tiempo, también existe una declaración sobre el bienestar como objetivo del trabajo, y de la solidaridad, como bien supremo de lo social, sobre todo, para los grupos menos vulnerables o que tienen sus condiciones materiales cubiertas. En definitiva, los cuatro posicionamientos estudiados, nos hablan de dos Chiles éticos, cuya distinción, podría leerse como otro capítulo más en nuestra tan estudiada desigualdad.
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1. Investigador de la Universidad de Los Lagos, Chile (Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas). Antropólogo (PhD; MSc). Los autores agradecen el financiamiento de este estudio al proyecto FONDECYT Nº3150590. danielflorescaceres@gmail.com
2. Investigador de la Universidad de Los Lagos, Chile (Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas). Sociólogo (PhD) gonzalo.delamaza@ulagos.cl
3. Roberto Salas. Cientista Político de la Universidad Alberto Hurtado. rosalas@uc.cl
4. Investigador de la Universidad de Los Lagos, Chile (Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas). marcel.theza@ulagos.cl