Moisés Briñez y María Crsitina Useche
Con base en lo antes expuesto, ¿Son realmente las TI un medio para conseguir ventajas competitivas en el sector petrolero?. Sobre ello Porter (2002) menciona que la tecnología afecta a la ventaja competitiva si contribuye decisivamente a determinar la posición relativa en costos o la diferenciación. Una estrategia de costos se basa en que una empresa llegue a ser fabricante de bajo costo de productos y servicios en la industria, o encontrar formas de ayudar a sus proveedores o clientes a reducir sus costos o a incrementar los costos de sus competidores.
En este sentido, el 80% de las empresas aquí analizadas han conseguido disminuir considerablemente el costo de sus procesos operacionales, sin embargo, paradójicamente sólo el 40% de las empresas aseveran que han logrado disminuir los costos con los clientes y proveedores, lo cual deja ver que la mayoría de éstas dejan de percibir uno de los principales beneficios de las TI, como lo es la reducción de los costos a sus clientes y proveedores, lo que evidentemente empuja, por así decirlo a que los clientes busquen productos sustitutos o simplemente se vayan a la competencia.
Por otro lado, según O`Brien y Marakas (2006) una estrategia de diferenciación consiste en desarrollar formas de diferenciar los productos y servicios de una empresa de los de sus competidores, o de reducir las ventajas de diferenciación de éstos, lo cual permite a una empresa enfocar sus productos o servicios para conseguir una ventaja en segmentos particulares o nichos de mercado. En relación a ello, un 80% de las empresas petroleras de los Municipios en estudio se han apoyado en las TI para desarrollar de manera más eficiente sus actividades en sectores específicos del mercado; no obstante, únicamente un 40% ha agregado nuevas características o componentes al producto, que les permita diferenciarse de sus principales competidores, esto a su vez ocasiona que un 60% de las empresas petroleras se quede en desventaja y peor aún, que se le adelanten empresas que quizás no posean un alto nivel de TI, pero que lo poco que tienen lo usan de una manera mucho más sabia para ganar ventajas competitivas.
De igual manera, existen otras estrategias básicas que pueden y deben desarrollarse con el apoyo de las TI: innovación, crecimiento y estrategias de alianza. De acuerdo a O`Brien y Marakas (2006) una estrategia de innovación radica en hallar nuevas formas de hacer negocios, lo que puede implicar desarrollar productos o servicios únicos o incluir cambios radicales en los procesos de negocio para producir o distribuir de una manera totalmente diferente de la forma en que se ha llevado la empresa; un 60% de las empresas petroleras han desarrollado nuevos productos y servicios incorporándole algún componente de las TI, aunado a ello también se han desarrollado nuevos mercados donde anteriormente no se tenia un dominio sobre ellos.
Igualmente, O`Brien y Marakas (2006) indican que una estrategia de crecimiento se basa en aumentar la capacidad de una empresa para producir bienes y servicios, extenderse a mercados globales, entre otros. Extraordinariamente, el total de las empresas en estudio poseen negocios en otras localidades y se valen de las TI para su administración, además, un 60% ha logrado diversificarse en otros productos y servicios. Ahora bien, la estrategia de alianzas consiste en establecer nuevos vínculos de negocios con clientes, proveedores, competidores, consultores y otras empresas. En concordancia con ello, un 60% de estas empresas han desarrollado negocios y alianzas con otras empresas utilizando las TI, específicamente vía internet.
Es tanta la importancia del efecto que deben tener las TI en éstas estrategias –Costos, diferenciación, innovación, crecimiento y alianzas- que Porter (2002) asevera que todo cambio tecnológico que no cumpla con ello, no mejorará la posición competitiva de la empresa, aunque represente un gran avance. Asimismo, O`Brien y Marakas (2006) opinan que lo que una vez fueron aplicaciones innovadoras de la TI hoy día se han convertido en meramente un costo necesario, de ahí que el principal riesgo de la actualidad no es sub-utilizar la TI, sino gastar en exceso en ella.
En este sentido, los autores antes mencionados consideran que el problema radica en que la mayoría de las empresas petroleras no ponen suficiente énfasis en la “I” de TI. Sí, aunque parezca absurdo suelen separar la tecnología dé la información, estando el origen de la ventaja competitiva en el uso que le da la empresa a la información que se obtiene mediante la tecnología. En relación a esto, Gudiño y col (1997) señalan que para que una empresa obtenga ventajas competitivas con el uso de las TI deben comprender y aceptar el potencial que tiene la información como recurso de transformación, apreciándola como un activo circulante e intangible y que va más allá de la función tradicional de los sistemas de información (SI), de manera que se sustituyan factores básicos como el precio, por otros que logran diferenciar de manera más notable una empresa de otra, como la rapidez de respuesta, la calidad y el diseño a la medida. Vale destacar que sólo un 20% de las empresas petroleras se valen de las TI para personalizar o diseñar los productos con información obtenida de los clientes, y apenas un 60% a conseguido mejorar la calidad con la aplicación de las TI.
Es sumamente importante los resultados descritos en el párrafo anterior, ya que en este momento, la competitividad de las empresas petroleras no depende de que tan grandes e innovadores sean sus equipos, sino de su capacidad de descifrar rápidamente cuál es el valor de un producto o servicio desde el punto de vista del cliente. No sólo se trata de disponer de información valiosa para la toma de decisiones, sino de hacerlo antes que los competidores. Y más en un sector tan competitivo y dinámico como el petrolero, que en el caso de las empresas de los municipios Simón Bolívar y Santa Rita, prestan sus servicios a clientes dentro y fuera del país.
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Vol. 31 (3) 2010
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