Espacios. Vol. 14 (1) 1993

Capacitación tecnológica en la química fina en Brasil: una clasificación taxonómica de las empresas del sector

Technological capabilities of national firms of chemical fine in Brasil

Alexis Mercado Suárez


Infraestructura de las empresas

Con la intención de conocer como están estructuradas internamente las empresas se investigó la existencia de unidades o departamentos. En primer lugar para estimar el grado de formalización y organización alcanzado por las firmas. En segundo lugar para verificar si las diferentes instancias, en particular las de control de calidad e I&D se organizaban en forma compartimentalizada o si, en concordancia con modernas formas organizativas, se esparcían a lo largo del proceso de producción (Tabla 10).

De modo general, se puede decir, que las empresas presentan una sólida estructura organizacional. Cabe destacar que la casi totalidad de las firmas estudiadas poseen una unidad o laboratorio para efectuar control de calidad, aspecto éste que es característico de las empresas de química Fina.

Veintinueve empresas afirman poseer unidad de mantenimiento, y veintisiete reportan unidad de mercadeo. Esta última cifra tiene importante significación, ya que, a nivel internacional, una de las estrategias de las empresas para tener acceso a los sectores de química fina se basa en identificar y entrar a ocupar segmentos de mercado a través de estrategias de divulgación del desempeño de sus productos. Esto sólo es posible si existe la capacidad de convencer a los usuarios, tarea específica de esta unidad y la de servicios de apoyo al cliente.

A su vez, veintidós firmas afirman poseer unidad de asistencia técnica y/o servicio al usuario. Esta instancia es considerada estratégica para el desarrollo tecnológico, ya que puede ser a través de la misma que se establezca el “puente” de las relaciones usuario-productor, apuntadas como cruciales para la realización de actividades innovativas en los sectores de especialidades químicas, particularmente en lo que se refiere a la búsqueda de nuevas aplicaciones a productos ya existentes.

Veintiséis empresas indican tener una unidad de I&D, pero este aspecto es evaluado en forma separada. Una cosa que llama la atención es que sólo una empresa señaló que estaba intentando estructurar estas actividades de tal forma que estuviese fuera del estricto ámbito de una unidad o laboratorio.

Finalmente, veintidós empresas reportan tener unidad de ingeniería, destacando el hecho de que las cinco firmas productoras de intermediarios poseen la unidad.

Pasos del aprendizaje tecnológico

Se describe a seguir las actividades consideradas la parte medular de la información: la experiencia que pueden haber acumulado las empresas en los diversos pasos del aprendizaje tecnológico (Pirela y otros, 1990, Mercado, 1992) (Tabla 11).

La búsqueda de información especializada presentó la mayor frecuencia. Este resultado pudiera estar indicando que las empresas precisan de este paso para desempeñarse en estos sectores. Adicionalmente, estaría mostrando cierto interés de las firmas en conocer las tendencias internacionales de la tecnología, aspecto que, en la actual política de apertura, puede constituir un elemento importante para su sobrevivencia.

Al analizar los otros pasos del aprendizaje se determinó que las empresas estaban involucradas, en mayor o menor grado, en la realización de alguna actividad innovativa. Tenemos, así, que un poco más de la mitad de las empresas ha realizado algún tipo de negociación de tecnología.

Pasando a analizar las actividades “menores” del aprendizaje, (i.e. adaptaciones de piezas y equipos), se determinó que aproximadamente la mitad de las empresas poseían experiencia en ellas. Estas tareas, en sí mismas, no tienen mayor importancia dentro del proceso de aprendizaje, pero si están asociadas a actividades tipo mejoras de procesos, podrían formar parte de un proceso de capacitación más amplio. Aspecto evaluado más adelante.

Poco más de un tercio de las empresas fabrican equipos. En forma similar a las actividades de adaptación, su importancia dentro del proceso de aprendizaje va a estar condicionada por su vinculación a actividades más complejas tales como el diseño de nuevos procesos.

El desarrollo de productos se ha orientado más a actividades de modificación y copia. Pero no deja de ser expresivo que casi la mitad de las empresas reporte experiencia en el desarrollo de productos originales. Ya en lo referido a procesos, se observa una intervención bastante alta a nivel de modificaciones o mejoras, actividades éstas asociadas a las tareas de producción. Esta participación disminuye en las actividades de copia y es baja a nivel de nuevos diseños.

Finalmente, se determina que sólo nueve empresas adoptaron, hasta ahora, algún sistema de productividad (básicamente el control estadístico de los procesos), lo que podría revelar una baja preocupación con los aspectos relativos a mejoras en la eficiencia de la producción.

Las relaciones técnicas externas

Las relaciones técnicas externas constituyen una fuente privilegiada de acceso al conocimiento técnico (Pérez, 1990). Se procedió, así, a investigar cuáles eran, y con quien se establecían, las relaciones de las empresas nacionales de la química fina (Tabla 12).

Interesante constatar que es para actividades relacionadas con el desarrollo de productos que se establecen la mayor cantidad de vínculos externos, y llama poderosamente la atención que sea con las universidades el mayor número de esos contactos. Adicionalmente, resulta bien interesante que un número considerable de firmas mantengan contactos con otras empresas nacionales para la realización de la actividad.

La cantidad de firmas vinculadas con empresas extranjeras es menor, lo cual podría ser un indicativo de que las principales fuentes de acceso al conocimiento de las empresas nacionales son, para esta actividad, de carácter local.

Mientras tanto, el número de empresas que establecen contactos externos para el desarrollo de procesos es bastante pequeña. Comparativamente, estas constituyen menos de la mitad de las relaciones establecidas para el desarrollo de productos.

Evaluando el direccionamiento de estas relaciones se consigue una inversión de la situación observada para los productos, el mayor número de contactos se establece con empresas extranjeras (27%). Las relaciones con la universidad son algo menores (21%), y con otras empresas nacionales sólo 19%.

Para actividades menos complejas como la fabricación de equipos, se observa una clara preferencia por contratar empresas nacionales, lo que podría ser un indicativo de la existencia de una industria de bienes de capital con la capacidad y la calidad necesarias para suplir las necesidades básicas de la IQF.

Además de la evaluación de las relaciones técnicas externas, se revisó la existencia de contratos de patentes y marcas, consiguiéndose que son relativamente pocas las empresas que utilizan estos medios para acceder a la utilización de una tecnología, 15 y 27% respectivamente.

Estos valores corroboran que la adquisición no parece ser el medio más expedito para tener acceso a la tecnología en estos sectores, además de demostrar que las mismas no constituyen, necesariamente, el establecimiento de cualquier lazo de dependencia.

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