Espacios. Vol. 14 (1) 1993

Capacitación tecnológica en la química fina en Brasil: una clasificación taxonómica de las empresas del sector

Technological capabilities of national firms of chemical fine in Brasil

Alexis Mercado Suárez


Las actividades de investigación y desarrollo de las empresas nacionales

Veintiséis empresas indicaron poseer unidad de I&D, una cifra expresiva tratándose de un país en desarrollo. Sin embargo, creemos que esta afirmación por si sola no certifica que, efectivamente, la empresa poseas una estructura concebida específicamente para esta actividad. Evaluamos entonces la formalización de la investigación y desarrollo.

Tomando en cuenta que los sectores de química fina son intensivos en conocimiento, es preciso contar con un mínimo de investigadores para constituir una unidad profesionalizada de I&D, lo cual para la IQF brasilera es estimada en, por lo menos, ocho personas con buen nivel de capacitación técnica (ingenieros químicos, químicos y/o otros profesionales).

Un grupo de esta magnitud tendría capacidad de responder a demandas surgidas de clientes o a posibles señalizaciones del mercado. Además de esto, estarían en capacidad de sistematizar la investigación y conformar un acervo de conocimiento propio, es decir, la empresa está en capacidad, no sólo de reproducir el patrón tecnológico existente, sino también privatizar (endogenizar) el know-how y la experiencia (Freeman, 1974).

Adicionalmente, la clasificación considera la existencia de una unidad organizada, más no formalizada, cuando la cifra se sitúa entre 5 y 8 investigadores. Se considera este nivel como intermedio, estimándose que estos pueden responder a señalizaciones externas y definir sus agendas de investigación a partir de ellas. Pero creemos que les resulta difícil la sistematización del conocimiento.

La siguiente categoría, interés en la I&D pero sin organización considera la existencia entre 1 y 4 investigadores. Estos grupos pueden responder a incitaciones tecnológicas externas pero lo hacen de forma reactiva, no existiendo, en consecuencia, una proyección temporal de la actividad.

Finalmente está la categoría sin interés ni organización, (ninguna persona dedicada a la actividad) por lo tanto inexistencia de unidad de I&D.

En función de esta clasificación podemos concluir que sólo 12 empresas (36%) presentan una unidad organizada o formalizada de I&D), mientras que 7 empresas (21%) no tienen cualquier estructura de soporte a esta actividad. Esta último resulta preocupante, ya que, como se dijo, se trata de un sector especialmente intensivo en conocimiento (Tabla 13).

Otro indicador utilizado en la estimación de la I&D son los gastos y el porcentaje que este representa en las ventas totales. Estudios sobre la química fina en los países desarrollados indican que la inversión en esta actividad puede alcanzar hasta el 40% de las ventas brutas de la empresa. En las empresas nacionales los niveles de inversión en la actividad quedan en modo general, bien abajo de este valor. (Tabla 14).

Ahora bien, hay que resaltar que, más que la insuficiente asignación de gastos a la I&D y la baja estructuración de ésta, en la actualidad el problema más grave lo constituye una disminución de los mismos. Motivada por la crisis, muchas de estas empresas se está viendo forzadas a realizar cortes en los gastos, afectando de manera particular a estas actividades. De hecho es grave constatar que tres de las empresas estudiadas desactivaron sus grupos y una de ellas hasta la unidad de ingeniería.

Además de esto, en otras quince empresas consultadas, se verificaron reducciones en los gastos y el personal de I&D en porcentajes que fluctúan entre un 20 y un 40% durante el período 1989 y 1991. Esto implica que 55% de las firmas de la muestra experimentaron una disminución significativa de sus esfuerzos en estas actividades. Estas cifras pueden, inclusive, no estar revelando toda la magnitud del problema, ya que no todas las empresas estudiadas fueron consultadas en relación a este aspecto.

Resultado de los análisis estadísticos

Presentadas las características tecnológicas básicas de las empresas, interesa conocer el tipo de relaciones existentes entre las variables, internamente dentro de un grupo y entre los diferentes grupos de variables (aprendizaje tecnológico, infraestructura de I&D y relaciones técnicas externas). Este sería el segundo paso en la construcción de la taxonomía de la IQF brasilera, para lo cual nos apoyamos en diversos métodos estadísticos de correlación (Mercado, 1992).

Se elaboró, en primer lugar, una matriz de correlaciones entre los pasos de A.T. consiguiéndose que no existían muchas relaciones positivas estadísticamente significativas. (16) No obstante, un hecho interesante e que no aparece ninguna correlación negativa estadísticamente significativa, lo que implica que la experiencia en uno de los pasos no excluye o se contrapone a la existencia de experiencia en algún otro.

Este resultado puede tener implicaciones importantes. Ello permite suponer la posibilidad de construir secuencias incrementales de capacitación en función de la experiencia de las empresas en los diferentes pasos del aprendizaje (Mercado, 1992).

La búsqueda de información,conjuntamente con el diseño de nuevos procesos, presentó el mayor número de correlaciones estadísticamente significativas. Esto demostraría algo señalado anteriormente: La importancia de esta actividad en el desarrollo tecnológico de este sector. Interesante destacar que es con los pasos más complejos del A.T. (desarrollo de nuevos productos, diseño y copia de procesos) que se consiguen los valores más altos de correlación.

La negociación de tecnología solo presentó correlación significativa con el diseño de nuevos procesos. Esto concuerda con lo reportado en el análisis de los tipos de negociación, donde se determinó que esta se realizaba, básicamente, para la adquisición de know-how.

Las actividades de mejoras a los procesos aparecen ligadas solo a la fabricación y adaptación de piezas. Esta actividad se muestra con un marcado carácter incremental.

Como se indicó, el diseño de nuevos procesos presentó un amplio número de correlaciones con los otros pasos del aprendizaje. Este paso es, probablemente, el más complejo dentro de la industria química. Esto en la medida que implicaba la realización de una amplia gama de actividades. (Mercado, 1992).

Posteriormente se procedió a elaborar la matriz de correlación entre los pasos del A.T. y la infraestructura de I&D. Interesaba evaluar la relación entre estos dos grupos de variables por que, al parecer, en un proceso de tipo incremental las actividades de I&D “in house” en la medida que van creciendo y tornándose más complejas derivan en la creación de una unidad formal como podría ser un laboratorio.

La búsqueda de información presentó una correlación alta con los tres indicadores de I&D. Este resultado, aunque esperado, ratifica que es esta unidad la principal involucrada en la realización de esta actividad.

Las actividades de productos muestran diferencias significativas en sus relaciones con la I&D. La copia no presentó correlación significativa con ninguno de los indicadores, mientras que la modificación presentó correlación a un 95% de significación con los tres indicadores al igual que el desarrollo de nuevos productos; pero este último con un 99% de significación.

Dentro de las actividades de procesos la adaptación no presentó alta correlación con las actividades de I&D. La copia y los nuevos diseños presentaron correlaciones estadísticamente significativas. Interesante destacar que, adicionalmente, la copia de procesos fue el único paso del aprendizaje que presentó correlación significativa con la unidad de Ingeniería.

Este último resultado corroboraría la importancia de las actividades de copia dentro de este sector industrial en el país. Así, a nivel de la estructura, este podría calificarse dentro de un nivel intermedio de aprendizaje de acuerdo a la clasificación propuesta por Lall (1982) (17).

Por último, se construyó una matriz de correlación entre los pasos del A.T. y las relaciones técnicas externas, interesaba conocer como son los encadenamientos de las actividades innovativas de las empresas con las fuentes de conocimiento científico y tecnológico externas.

Una primera revisión nos mostró un amplio número de relaciones significativas, lo que estaría indicando que los procesos de búsqueda de las empresas no se circunscriben, exclusivamente, a su dinámica interna.

Es interesante que la búsqueda de información no presente relaciones significativas con las relaciones técnicas externas. Considerando que este es el mecanismo básico para acceder a la información científica y tecnológica, éste se concentra y constituye el fenómeno para el desarrollo de las actividades tecnológicas “endógenas”.

Caso contrario se observa con la negociación de tecnología. Como se podría esperar, este presenta correlación significativa para desarrollo de productos y procesos con empresas extranjeras. Podríamos inferir aquí que éste sería el mecanismo empleado por algunas empresas para acceder al conocimiento tecnológico fuera del país.

Por su parte, la modificación de productos no mostró ningún direccionamiento externo, pudiendo esto demostrar que esta actividad es directamente afrontada por las instancias de I&D internas. Estas, tendrían la capacidad de responder directamente a necesidades de usuarios, lo cual, como se apuntó, es un factor que estimula esta actividad.

Análisis de correlación mostraron que la copia no era una actividad muy ligada a las estructuras de I&D internas. Pero estaba vinculada en forma estrecha a las relaciones con la universidad, no solo para su desarrollo sino también para el diseño de procesos.

Este resultado permitiría inferir que la interesante actividad de copia desarrollada por este sector ha contado con el respaldo de los centros de investigación. De hecho esto se constató en las visitas a las empresas. El establecimiento de vínculos entre estos dos ámbitos podría tener implicaciones importantes dentro del proceso innovativo del sector.

El desarrollo de nuevos productos aparecía más vinculado a la I&D. Pero, en contraposición las relaciones técnicas externas se orientan en el sentido de establecer contactos con empresas extranjeras.

Estos dos últimos resultados podrían ser interpretados de la siguiente forma: Las firmas nacionales consultan a las universidades para desarrollar productos conocidos, es decir, presentes en la bibliografía, patentes u otras fuentes de información) con la finalidad de hacer viable su producción a nivel industrial. Actividades para el desarrollo de nuevos productos se apoyan en el conocimiento de empresas extranjeras.

En forma contraria a las actividades de productos, las actividades de procesos no mostraron correlaciones significativas con agentes externos. Esto podría indicar dos cosas: estas actividades o son afrontadas directamente por las instancias internas de la empresa o son contratadas afuera (recordar que la mayoría de las negociaciones implicaban adquisición de know-how de procesos). Pero en ningún caso se establecen relaciones para desarrollar estas tareas en forma conjunta.

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