Espacios. Vol. 26 (3) 2005. Pág. 1

Diseño del Centro de Creación de Valor de AIMME

Design of the Center for the Creation of Value of AIMME

Carlos E. Seaton*; Salvador Breso**; Inanna Catala*** y Manuel Sánchez****


Contenido


RESUMEN:
El posicionamiento estratégico de un Instituto Tecnológico depende de su capacidad para desarrollar soluciones innovadoras y de alto valor añadido a sus empresas clientes. El valor refleja la percepción del cliente del servicio que recibe; y su generación es el resultado del intercambio de ideas y de conocimientos realizados dentro de un clima de credibilidad y reconocimiento de las capacidades mutuas.
Los investigadores Norman y Ramírez (1993) y Parolini (1999), al introducir el modelo de la constelación del valor e identificar sus cuatro procesos (extracción, captación, expansión y creación de valor) han creado posibilidades para la exploración sistemática de formas más efectivas de relación entre la oferta y la demanda de servicios tecnológicos.
Este artículo presenta los resultados de un proyecto en el que las teorías sobre el valor y las redes industriales han sido empleadas para diseñar y construir el Centro de Creación de Valor (CCV) del Instituto Tecnológico Metalmecánico de Valencia, (AIMME).
El objetivo fundamental del CCV es facilitar las alianzas para la formulación, negociación y ejecución de proyectos innovadores de alto impacto. Esto involucra los siguientes procesos:
• La estructuración, entre AIMME y sus empresas, de flujos de trabajo en entornos distribuidos para maximizar la efectividad de sus procesos de investigación cooperativa.
• La adopción de las prácticas de las “organizaciones que aprenden” y de la gestión del conocimiento para soportar el crecimiento sostenible de las organizaciones que conforman el CCV.
• El diseño y construcción de sistemas de soporte a la tomas de decisiones que contribuyan al aumento de la competitividad de las empresas.
La metodología de trabajo empleada incluye, además de los planteamientos teóricos, el empleo de los grupos de enfoque para promover el trabajo participativo y colectivo entre AIMME y las empresas en la operacionalización de los procesos de creación de valor.

ABSTRACT:
The strategic positioning of a research institute depends upon its capabilities to provide their clients with technical solutions that are both, innovative and of high value added. The value reflects the perception the client has of the service he is receiving. The generation of value is the result of an exchange of ideas and knowledge taking place within a climate of trust and mutual respect among parties involved. The researchers Norman and Ramirez (1933) and Parolini (1999) have developed a model based on the idea of value co-production, and have identified four processes (extracting, capturing, expanding and creating) that allow the systemic characterization of the manner by which different organizations could engage in the act of generating value.
The idea of value co-production allows for a more effective analysis of the relationship between the offering and the demand of technological servi-ces. This paper presents the results of a project where the ideas of Norman and Ramirez, together with the industrial network theory, where applied in the design and construction of the Center for the Creation of Value of AIMME, the Metal Mechanics Institute of Valencia, Spain.
The main objective of the Center is to facilitate the strategic alliances needed to formulate, negotiate and execute project that are both, innovative and of high impact over the Regional Innovation System. The steps associated to the design and construction of the Center includes:
• The conception and building of the communicational network needed to facilitate the work flow, and optimize the collaborative research processes.
• The identification and adoption of practices from learning organizations and form the knowledge management discipline, in order to support the sustainable growth of the Center network.
• The design and construction of the decision support system to contribute to the increase in the competitiveness of firms.
The methodology employed during the project included; besides the theoretical framework already mentioned, the use of large group interaction methods in order to promote the full participation of AIMME and its clients firms in the value co-production process.

1. Antecedentes

El Instituto Tecnológico Metalmecánico, AIMME desde su creación en 1987 viene desarrollando su actividad como proveedor de servicios tecnológicos y de apoyo a la investigación, al desarrollo y a la innovación a las empresas del Sector, en su gran mayoría pequeñas y medianas empresas (PYME) enmarcadas, en gran parte, dentro de los denominados sectores manufactureros tradicionales.

A lo largo de todos estos años, el número de empresas asociadas ha pasado de las apenas 40 que lo constituyeron a las prácticamente 700 de la actualidad. Así mismo la comunicación de AIMME con el sector, ha ido fortaleciéndose a través de la cooperación (acciones conjuntas, puntuales y coyunturales aprovechando ya sea eventos sectoriales, convocatorias de programas, etc) con las organizaciones empresariales más representativas.

Dentro de las capacidades que se derivan de la trayectoria de prestación de servicios del Instituto a sus empresas clientes destacan las siguientes:

  1. El conocimiento que confiere una trayectoria de 18 años de ejecución de proyectos de investigación, de desarrollo, de consultoría, de formación y de prestación de servicios de laboratorio a los diferentes segmentos del mercado representativos del sector de transformados metálicos.
  2. La infraestructura informática de AIMME, reconocida por su capacidad para aplicar las tecnologías de la sociedad de la información a la gestión de procesos claves para aumentar la competitividad de las empresas del sector de transformados metálicos.
  3. El capital social actual del Instituto, considerado como un activo que coloca a la organización en una ventajosa posición para construir y gestionar las relaciones necesarias para desarrollar productos y servicios cada vez de mayor impacto y más acordes con el deseado posicionamiento de AIMME dentro del Sistema Valenciano de Innovación.

AIMME, con todas estas capacidades, y con acciones de vigilancia tecnológica ha ido definiendo, en sus planes estratégicos, las líneas de actuación con el fin de adaptar tanto su estructura como su oferta a las demandas presentes y futuras de sus empresas clientes.

A pesar de los logros alcanzados, AIMME reconoce que la tarea de contribuir al desarrollo de la competitividad en un sector tradicional que opera con tecnologías maduras ha sido compleja.

Ello obedece, fundamentalmente, a que el mercado está constituido por pequeñas y medianas empresas cuyas características generales (Fundación COTEC y el Informe 2004 del Alto Consejo Consultivo de la Presidencia de la Generalitat Valenciana) incluyen: limitada capacidad de innovación, escasas habilidades de gestión para desarrollar tecnologías relacionadas con la generación de nuevos productos o procesos, marcadas debilidades estructurales como resultado de la atomización y de la deficiente cultura tecnológica de la mayoría de las empresas, reducida capacidad para los procesos de gestión de la innovación y del conocimiento y poca experiencia en la gestión de los procesos de planificación necesarios para el posicionamiento estratégico en determinados segmentos de mercado.

En la actualidad, los retos producidos por la deslocalización de gran parte de la industria manufacturera hacia Asia, la imposibilidad de competir en precios con los bienes y servicios provenientes de China y la creciente diversificación de las fuentes de competencia están creando serias amenazas al sector industrial de transformados metálicos.

Si consideramos, adicionalmente, la creciente especialización de las economías de los países industrializados en el sector servicios y el observado surgimiento del diseño como un elemento estratégico de primera magnitud en lo relacionado con el desarrollo de capacidades competitivas, podemos concluir que los escenarios que se avecinan traen consigo retos importantes en relación con la supervivencia del sector de empresas clientes del Instituto.

Como consecuencia de lo planteado, de la motivación que significan los próximos veinte años del Instituto, y en razón del proceso de reflexión estratégica actual en que está inmersa la organización, hemos decidido ampliar los canales de comunicación con el tejido empresarial. Para ello se construirá, desde AIMME, una estructura concebida con el propósito de sistematizar tanto el proceso de reflexión sobre las respuestas a los retos futuros, como la implementación de las acciones en las que, empresas e Instituto, pueden cooperar para instrumentar las soluciones acordadas.

El nombre que le hemos dado a la estructura que servirá de soporte a esta nueva iniciativa del Instituto es el de Centro de Creación de Valor (CCV).

El presente documento resume los resultados del primer año de trabajo dedicado al diseño del CCV. Dicho trabajo se inició con un proceso de reflexión interno por parte del equipo directivo de AIMME y fue extendido posteriormente a un grupo de empresas en diferentes segmentos de la industria de transformados metálicos.

El propósito de las acciones realizadas durante el primer año de ejecución del proyecto ha sido doble. De una parte, se trató de generar la información y los conocimientos necesarios para llevar a cabo el diseño del CCV. De la otra, se trató de rentabilizar el capital relacional de AIMME para asegurar el compromiso, a corto y medio plazo, de determinados sectores empresariales con la concepción y la construcción del Centro de Creación de Valor.

El presente documento ha sido dividido en siete secciones. En la primera y segunda sección se define la noción de valor que será adoptada y la metodología de trabajo utilizada. En la tercera sección se presenta la definición de la visión y la misión del CCV derivada de las reflexiones internas y externas. En la cuarta sección se analizan las funciones que debe desempeñar el CCV; mientras que en la quinta se presentan los procesos a través de los cuales se estructurará la creación de valor. Finalmente, en la quinta y sexta sección se presenta la estructura diseñada para el CCV y se presentan las conclusiones del trabajo.

2. La Noción Adoptada de Valor

Muchos autores coinciden en señalar (Omae 1991, Corey 1991, Christopher, Payne y Ballantyne 1994, Kotler 1997, Kotabe y Helsen 2004) que el valor es un concepto elusivo, caracterizado por presentar una multiplicidad de interpretaciones según el punto de vista desde el que se mire. Por ejemplo, el valor como la oportunidad de conseguir bienes de alta calidad a bajo precio (Schechter 1984); el valor como un indicador de bienes de calidad y a alto precio (Holbrook y Corfman 1985), el valor como lo que deseamos del producto o lo que recibimos por el precio que pagamos (Hauser y Shugan, 1983). Todos estos enfoques aluden a una dimensión del valor concebida desde la perspectiva del consumidor.
En la actualidad, se pueden clasificar los diferentes enfoques del valor en tres campos de actividad:

  1. El valor visto desde la perspectiva del consumidor a partir de los estudios clásicos del mercado. Uno de los representantes de este enfoque (Zeithaml 1985) concluye como resultado de sus investigaciones de que existen cuatro tipos de consumidores: el que considera que el valor reside en el bajo costo de lo que compra; el que le da valor a recibir aquello que está buscando; el que pone el valor en recibir calidad por el precio que paga; y, por último, el que pone el énfasis del valor en lo que recibe a cambio de lo que da.
  2. El valor como el resultado de un conjunto de operaciones que se van realizando de manera secuencial por los diferentes actores involucrados (Porter,1985). Esta secuencia de acciones dan lugar a un producto final que llega a manos de los clientes: la cadena de valor de Porter. Esta perspectiva presupone que en cada paso de la cadena los diferentes actores van añadiendo valor uno tras otro, sin interaccionar de manera conjunta en el tiempo y en el espacio, hasta llegar al último eslabón que es el consumidor o cliente.
  3. Por último, el enfoque más reciente (Norman y Ramírez 1993, Parolini 1999) que consideran el valor como la coproducción resultante del trabajo en redes de los actores involucrados en ese proceso.

De estos tres enfoques vamos a profundizar en el trabajo de Norman y Ramírez. Ello debido, por un lado, a que la perspectiva basada en los estudios clásicos de mercado está muy dirigida a los consumidores y no se adecua al contexto en el que se desenvuelve un Instituto Tecnológico.
Por otro lado, el modelo de cadena secuencial de Porter, aunque más cercano que el anterior, tampoco es el adecuado para estudiar los procesos de creación de valor entre AIMME y sus empresas. Este modelo plantea la aportación de las organizaciones de investigación y desarrollo a las empresas como un elemento importante de la cadena del valor, pero no profundiza en la naturaleza de la relación, ni en la forma de potenciarla en el tiempo. Ello es natural si se toma en cuenta que, en sus principios, el modelo de Porter se desarrolló tomando como eje central la competitividad de las empresas.

En el modelo propuesto por Norman y Ramírez, la creación de valor resulta de un proceso interactivo en el que los diferentes agentes económicos (empresas, Centros Tecnológicos, firmas consultoras) trabajan juntos para coproducir soluciones innovadoras. Este es un enfoque más sistémico y en línea con la naturaleza del proceso de innovación a los que soporta un Instituto Tecnológico. Por ejemplo, con las ideas planteadas por Kline y Rosemberg (1986), quienes enfatizan la importancia de la interactividad entre los elementos de un sistema nacional de innovación como factor fundamental para promover la competitividad de un territorio o nación.

En razón de lo anterior, podemos afirmar que el modelo propuesto por Norman y Ramírez nos proporciona un marco en el que explorar la creación de valor en un Instituto Tecnológico como resultado del trabajo realizado conjuntamente con las organizaciones e instituciones que forman parte del Sistema de Innovación al que pertenece.

Lo que está en juego, según Norman y Ramirez, es la concepción de la interfase cliente/proveedor como un complejo proceso de coproducción para conformar una “constelación de valor” que permita la continua redefinición y reconfiguración de acuerdo a un dinámico proceso que facilita considerablemente el desarrollo y el marketing de nuevos productos y servicios.

Desde la perspectiva de AIMME, este esquema de coproducción propuesto por los mencionados autores ofrece novedosas posibilidades para explorar nuevas y más efectivas formas de relación con los clientes.

En tal sentido, el Instituto ha adoptado el enfoque propuesto por Norman y Ramírez como el punto focal para el diseño y la construcción de la infraestructura que guiará el proceso de experimentación sobre las nuevas formas de creación de valor a las empresas en el sector de transformados metálicos.

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