ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 45, Nº 4, Año 2024 • Jul-Ago
SANTIAGO-FLORES C.A. et al. «Aprendizaje basado en problemas (ABP) como estrategia socioemocional: un
enfoque para la autogestión de emociones en bachillerato»
1.2. Gestión Emocional
Para hablar de autogestión emocional o gestión de las emociones propias, hay que remontarse a lo que se le
conoce como Inteligencia Emocional (IE), la cual en 1997 Salovey y Mayer señalan que es “la habilidad para
percibir, valorar y expresar las emociones con exactitud; acceder y/o generar sentimientos que faciliten el
pensamiento; comprender la emoción y el conocimiento emocional, y regular las emociones que promueven el
crecimiento emocional e intelectual” (Sánchez, 2023, cita a Salovey y Mayer, 1997, p. 119).
La inteligencia emocional para Goleman (2012) “es la capacidad para motivarse a sí mismo, perseverar a pesar
de las frustraciones que presenta la vida, controlando los impulsos y regulando el estado del ánimo, evitando
angustias, … para la toma de decisiones, empatizar y confiar” (Márquez, 2023, cita a Goleman, 2012, p. 1). Ante
las dos anteriores definiciones, queda claro que la IE hace referencia a la forma en la que los individuos manejan
sus emociones de manera que, le permitirá consolidar un crecimiento personal en todos los escenarios donde
este se sitúe; por tanto, se entiende que la gestión emocional es una habilidad intra e interpersonal que permite
un manejo adecuado de las emociones ante una situación problemática o conflictiva del propio sujeto, así como
el contexto social en el que está. (Jiménez et al., 2023).
1.2.1. El arte y el ABP aplicados como medio para gestionar las emociones
La implementación de estrategias socioemocionales, como parte de un trabajo orientado para generar
competencias socioemocionales con estudiantes de nivel bachillerato, llega a representar en gran medida, un
desafío a la hora de poner en marcha las actividades; y es que múltiples factores entran en juego, tales como los
de tipo institucional, académicos y estudiantil; específicamente en el caso de estos últimos, pueden llegar a
presentarse muchas situaciones como por ejemplo actitudes y comportamientos de desintéres, apatía, rechazo,
rebeldía, etc., de tal modo que llegan a entorpecer y obstaculizar el proceso de desarrollo personal. El arte
permite conectarnos con nuestro interior y así sentir, escuchar y conocer nuestras emociones (Lorenzo, 2022)
Para Pazmiño (2019) el arte propicia gran influencia como una herramienta para el trabajo de las emociones,
señalando que pintar, modelar y crear forma parte de un proceso creativo. Cada color, trazo y movimiento va
plasmado con lo que se siente, los colores reflejan estados de ánimo, es un momento de liberación propia para
exteriorizar emociones y sentimientos; cada obra de arte, acerca con la intensión del artista por transmitir un
mensaje. El arte es el medio para enseñar a las personas más facetas sobre las emociones y la creatividad. Las
obras de arte (cuadros, esculturas, música, danza y teatro) transmiten emociones y son fruto, en sí mismas, de
un proceso creativo (Pazmiño, 2019).
La música conecta las emociones y sentimientos. La música es un lenguaje universal. Inspira y evoca emociones
profundas y despierta la imaginación, abriendo nuevas vías creativas de aprendizaje y desarrollo. Cada canción
traslada hacia experiencias y tiene una carga emocional. Entablar un estímulo musical crea una imagen que
proyecta sentimientos y significados, concibiendo conjuntamente nuevas emociones. Una misma obra musical
despertará sentimientos distintos en cada persona (Pazmiño, 2019).
2. Metodología
El presente trabajo se orienta por un enfoque de investigación cualitativo, en el que se estudia la calidad de las
actividades, relaciones, asuntos, medios, materiales o instrumentos en una determinada situación o
problemática (Salazar, 2020), con un tipo de estudio etnográfico, el cual permite aprender el modo de vida de
una unidad social concreta involucrandose como investigador; con un diseño de investigación-acción, siendo un
proceso intencionado, colaborativo y sistemático, que busca resolver problemas cotidianos y mejorar prácticas
concretas, a través de la investigación y la intervención simultáneo (Fernández y Johnson, 2015). Se utilizó la