ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 45, Nº 3, Año 2024 • May-Jun
SEPÚLVEDA-OBREQUE A. «Oportunidades de aprendizaje ofrecidas en los programas de primero y segundo
nivel de transición de la Educación Parvularia chilena»
lo constatado en los programas pedagógicos (MINEDUC, 2018), lo declarado en la Bases Curriculares para la
Educación Parvularia (MINEDUC, 2018) y lo que da cuenta la literatura respecto del aprendizaje de las habilidades
en las Ciencias Naturales y la matemática.
Como lo declaran las Bases Curriculares, en la Educación Parvularia (MINEDUC, 2018) se confirma la existencia
de diferencias entre las habilidades más frecuentes en cada núcleo temático en los programas pedagógicos. En
el pensamiento matemático, se releva la habilidad crear y proponer, lo que implica la generación de ideas y
soluciones matemáticas con atisbos de originalidad. En contraste, en la exploración del entorno natural, se
enfatiza la habilidad de experimentar y explicar, lo que refleja la importancia del proceso de experimentación y
comprensión en los fenómenos naturales.
Se concluye también, la correspondencia entre lo declarado en las Bases Curriculares de la Educación Parvularia
(MINEDUC, 2018) respecto de la presencia las habilidades afectivas-emocionales. En el pensamiento matemático
como en la exploración del entorno natural, se hace énfasis en habilidades afectivas-emocionales como el
respeto y la manifestación de emociones. Sin embargo, existen algunas diferencias en las habilidades específicas
destacadas en cada uno de los núcleos de aprendizaje. El pensamiento matemático enfatiza la apreciación y la
imaginación, mientras que la exploración del entorno natural destaca el respeto, la disposición y el cuidado. Estas
habilidades de tipo valórico, actitudinal, afectiva y emocional presentes en los núcleos de aprendizaje analizados
buscan desarrollar en los estudiantes competencias y actitudes positivas relacionadas con la comunicación, el
respeto, la responsabilidad, la valoración de la naturaleza y la conciencia ambiental.
Los programas pedagógicos de Educación Parvularia y las Bases Curriculares de Educación Parvularia (MINEDUC,
2018), dan cuenta de la atingencia, en términos de frecuencia y variedad de habilidades presentes en los núcleos
de pensamiento matemático y exploración del entorno natural. Esto significa que se está revirtiendo el camino
en el desarrollo del pensamiento científico en este nivel, ya que la tendencia era que las actividades vinculadas
con las ciencias, generalmente, promovieran habilidades y actividades con énfasis en lo artístico, factor que
limitaba el abordaje de temas y habilidades vinculadas con la ciencia y la matemática (Eberbach y Crowley, 2009).
Si bien, son otro tipo de habilidades relevantes, entre ellas la motricidad fina, no facilitaban su aproximación a
los aprendizajes de pensamiento científico en edades tempranas. De ahí la importancia de promover este tipo
de habilidades que permiten, desde la más temprana edad, acercar a los niños al pensamiento matemático y la
exploración del entorno natural, estimulando su interés y contribuyendo al aprovechamiento de su naturaleza
curiosa, por lo que se le puede considerar como un medio de aprendizaje que puede permitir que los
preescolares participen de situaciones que impliquen la adquisición de habilidades científicas en forma
sistemática. En ese sentido, Eberbach y Crowley (2009) reafirman la idea de que los niños se encuentran
constantemente observando su entorno para intentar darle sentido, rasgo que también caracteriza el proceder
de los científicos y exhortan a las educadoras de párvulos a reconocer que su intervención es determinante para
que los estudiantes aprendan a observar más detenidamente.
En este mismo contexto, Alabay (2009) plantea que los preescolares realizan actividades propias del quehacer
científico de manera natural, utilizando sus sentidos para observar y explorar. Guevara et al. (2016) concuerdan
que desde muy temprana edad los niños muestran habilidades como la formulación de preguntas, realizan
observaciones y experimentan, describen, formulan hipótesis, etc. Sin embargo, Sagir (2011) releva que
generalmente no lo hacen de manera frecuente y sistemática, por lo cual propone iniciar la educación científica
desde el preescolar.
Sobre lo anterior, Sagir (2011) coincide con Eberbach y Crowley (2009) en el sentido de que los preescolares
requieren acompañamiento para dar ideas, explorar, indagar y aprender, puesto que es necesario que tengan
un referente que les permita aprender a organizar lo que van adquiriendo sobre su entorno. En consecuencia,