ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 44, Nº 08, Año 2023 • Sept-Oct
ZAMUDIO L.F. & RAMOS B.A. «Desarrollo de habilidades en Educación financiera en estudiantes de nivel
primaria mediante actividades lúdicas: un análisis en 6 escuelas de Mexicali, Baja California»
establecieran la solución de problemas, en la toma de decisiones y en el establecimiento de líneas de acción, a
partir de situaciones didácticas acorde a cada rango. Las competencias que se pretendía desarrollar en los niños
son las siguientes: 1) Participación para el progreso personal, familiar y comunitario, en donde se pretendía que
el estudiante comprenda la dinámica económica de su núcleo familiar y social, su involucramiento en estos y
aplicar lo aprendido para garantizar su bienestar individual y familiar; 2) Consumo inteligente, responsable y
sustentable, que implica estudiar los patrones de consumo de la sociedad; 3) Uso racional de los recursos, en el
que se observan los tipos de recursos y el desarrollo sostenible; 4) Toma de decisiones económicas y financieras,
refiriéndose a su manejo responsable; 5) Ejercicio de derechos económicos, asociado a los derechos humanos;
6) Compromiso con una economía solidaria, y 7) Civismo fiscal. (SEP, 2018). Sin embargo, sólo logró el impulso
dentro de la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) la adquisición de competencias financieras y que los
libros de texto gratuito solamente integren actividades de reforzamiento sobre el tema. (Senado de la República,
2012).
Los planes de estudio en Educación Básica del sexenio presidencial 2012-2018 planteaban el desarrollo de
habilidades y destrezas que deberán lograr al término de cada grado escolar. En los aprendizajes clave del
Modelo Educativo para la Enseñanza Obligatoria (2017), el modelo educativo de la administración de Enrique
Peña Nieto, se establece un componente denominado “Autonomía Curricular”, con el fin de atender las
necesidades en materia educativa e inclinaciones de conocimiento de cada estudiante. Uno de los espacios de
autonomía curricular propuestos fue el de Educación Financiera. Se mencionó que se emitirían normatividad
expresa por parte de la autoridad educativa federal, acción que no se pudo realizar puesto que, en 2019 después
de haber iniciado la administración federal actual, se deroga el conjunto de leyes y reglamentos que conforman
la “Reforma Educativa Neoliberal”, así como el modelo educativo propuesto en 2017 e iniciado en 2018.
Actualmente se encuentra en implementación la Nueva Escuela Mexicana (NEM), modelo pedagógico que rompe
como el modelo tradicional de enseñanza-aprendizaje en las escuelas de educación básica y media superior del
país, hacia el logro de metas en fases, campos formativos y ejes articuladores. Si bien existe un choque
generacional e ideológico en las bases para la formación de los nuevos ciudadanos, puede la educación financiera
dar cabida en términos de un modelo educativo que aspira a la inclusión de toda la población. Uno de los fines
de la Nueva Escuela Mexicana es precisamente el contribuir al desarrollo integral y permanente de los
educandos, así como contribuir al bienestar y desarrollo del país. Hablar de estos temas dentro de las escuelas
permite inculcar hábitos que contribuyan a mejorar y sanear al sistema financiero mexicano desde sus usuarios.
Es de hacer mención que la actual Ley General de Educación (2019) establece que uno de los contenidos que
deben estar considerados dentro de los planes y programas de estudio en función del nivel educativo al que
pertenezcan es el emprendimiento, la cultura del ahorro y la educación financiera.
Sin embargo, independientemente del tránsito de modelos pedagógicos-legales sobre el ámbito educativo, es
importante mencionar que la educación financiera debe atender conocimientos, actitudes y comportamientos
de los sujetos en formación, lo que permite lograr un bienestar financiero y con ello reducir su estrés en dicho
rubro (Mejía, 2017). Los modelos educativos que existen en los países van orientados a la formación de
ciudadanos con competencias profesionales necesarias para utilizarlas a lo largo de su vida. En ello, la educación
financiera es fundamental para dotar de herramientas necesarias para tomar decisiones acertadas y que no
afecten económicamente a los individuos y a sus familias. Por lo que impartir materias asociadas a la instrucción
en temas financieros desde la niñez contribuye a una cultura en este tema y la concientización de realizar
acciones que maximicen su patrimonio a futuro.