ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 43, Nº 06, Año 2022
CERVILLA M.A. et al. «La crisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) venezolano
y la situación de las ingenierías»
que se tradujo en la creación de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia - ASOVAC (Mercado, Testa,
Vessuri y Sánchez, 2002).
De la revisión de datos sobre personal dedicado a la I+D, en estos tres países, se destaca la notable diferencia en
el total de Corea del Sur respecto a Venezuela, e incluso a Brasil, contando en 2014 algo más de 437.000
investigadores (7,2 por cada 1.000 habitantes). Venezuela en 2015, aceptando cifras oficiales, contaba con 9.978
investigadores acreditados (0,3 por cada 1.000 habitantes) una proporción veintiséis veces menor, en tanto que
en Brasil para 2010 tenía 149.000 investigadores (0,8 por 1.000 habitantes), casi diez veces menos que Corea del
Sur (CNPq, 2016; ONCTI, 2017; STEPI, 2016).
Durante la primera década de este siglo, tanto en Corea del Sur como en Brasil, hubo un incremento significativo
de investigadores. En Corea, entre 2000 y 2014, el número de investigadores se incrementó 3,5 veces, en tanto
que en Brasil casi se duplicó entre 2000 y 2010 (1,6 veces). Aun cuando se evidencian diferencias importantes,
ambos casos muestran el interés prestado al desarrollo de estas capacidades durante este período. En Venezuela
el número de investigadores se incrementó entre los años 2000 y 2005, pasando de 4.343 investigadores en el
año 2000 a 6.999 en 2005, pero este comportamiento se revirtió notablemente en la década siguiente, viéndose
agravada la situación por el hecho de que una parte importante del personal que emigró, o bien se encontraba
en pleno desarrollo de su carrera profesional, o poseía una amplia trayectoria, liderando varios de ellos grupos
de investigación (ONCTI, 2017). Pero tan importante como las diferencias en el número de investigadores, lo es
su distribución en las diferentes áreas de conocimiento. Para el año 2014, en Corea, poco más de dos tercios
(68,2 %) del total de investigadores (298.436), se desempeñan en el área de ingeniería y tecnología, cifra
aproximadamente dieciséis veces mayor que la de Brasil para la fecha, cuyo porcentaje de personas en esta área
constituía el 12,4_% del total de investigadores (18.453). Para el año 2015, en Venezuela el número de
investigadores en ingeniería y tecnología era de 950, constituyendo menos del 10 % de los acreditados en el
Programa de Estímulo a la Investigación y la innovación del ONCTI. Esto representa apenas el 0,3 % de los
investigadores de Corea del Sur en esta área (CNPq 2016; ONCTI 2017).
En Corea del Sur buena parte del personal de I+D+i se ubica en una importante red de institutos que trabajan
estrechamente con empresas nacionales e internacionales, siendo capaz de crear una estructura en la que se
produce tanto conocimiento básico como tecnológico. Los centros de I+D+i interactúan con las empresas para
producir y transferir conocimiento de base que le permita a estas últimas desarrollar sus capacidades
tecnológicas. En paralelo, interactúan con los centros de investigación científica a objeto de nutrirse de nuevo
conocimiento. Es por esta razón que se ha destacado como un caso muy exitoso de políticas ofertistas amplias,
a diferencia de Venezuela y de otros países de similar desarrollo, que se concentraron en fortalecer
fundamentalmente capacidades de investigación científica, descrito esto como un modelo ofertista limitado
(Mercado, Testa, Rengifo, Goméz y Patruyo, 1999). En la última década, Corea también ha prestado respaldo a
la investigación básica a objeto de mantenerse en la frontera del conocimiento científico y consolidar su liderazgo
en tecnologías disruptivas; como consecuencia, el número de investigadores en Ciencias Naturales y Exactas se
incrementó en un valor cercano al 130 %. En el caso de Brasil se evidencia mayor apoyo a esta actividad que a
las actividades de ingeniería y tecnología (CNPq 2016; ONCTI 2017). Cabe destacar que la productividad en estas
áreas, medidas por el número de publicaciones científicas, no difiere mucho entre ambos países. De hecho, entre
2011 y 2016, a nivel global ocuparon las posiciones 12 y 13 respectivamente (Clarivate Analytics, 2017).
En Venezuela, la participación porcentual de investigadores en ciencias básicas era similar a la de Brasil, aunque
en términos absolutos unas doce veces menor. Además, esta área ha experimentado una importante
disminución de producción científica. En la base de datos bibliográficas SCOPUS, se pasó de 807 publicaciones