ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 43, Nº 06, Año 2022
GÓMEZ M.C. & AGRAMONTE R.C. «La convivencia escolar: un tema recurrente en el contexto de las prácticas
educativas actuales»
como base las interacciones, relaciones e intercambios dialógicos que sostienen estos actores de manera
constante, a partir de formas de entendimiento mediante los cuales es posible encontrar puntos en común en
medio de situaciones conflictivas, por lo que es viable favorecer esta dinámica a bien de encontrar soluciones
efectivas tanto para la resolución de problemas como el mejoramiento de las relaciones sociales. Este
planteamiento alcanza mayor entendimiento sobre la base de los señalado por Fierro y Carbajal (2019), para
quienes la CE, en su fundamento esencial la considera como parte de los procesos y resultados del esfuerzo por
construir una paz duradera cuyo escenarios viables son las prácticas pedagógicas y de gestión, donde la inclusión,
equidad y participación son significativos para la disminución de conflictos.
De igual modo, este proceso de construcción se caracteriza por ser formativo, en consonancia con el propósito
implícito en los procesos educativos, desde los cuales se busca el perfeccionamiento del ser humano en
condiciones como persona con una constitución única que además de proveerle cualidades particulares le
otorgan una realidad compleja constituida por aspectos cognitivos, sociales, biológicos, emocionales,
espirituales. Asimismo, la formación focaliza el carácter social que por naturaleza tiene el ser humano, poniendo
en relieve la necesidad de atender el desarrollo de habilidades que permitan a los estudiantes mantener
relaciones cordiales con sus semejantes en provecho propio y del bienestar colectivo. Planteamientos que
concuerdan con los señalamientos de Peña, Sánchez, Ramírez y Menjura (2017), quienes parten de que la
formación en la práctica educativa se desarrolla con la aplicación de estrategias pedagógicas, mediante las cuales
se establecen relaciones humanas entre los distintos miembros, que permiten la creación y recreación de pautas
confluyentes en un mismo fin.
En concordancia con lo planteado, el proceso formativo en la construcción de la convivencia escolar, lleva
implícito el control de las emociones, por constituir un componente esencial para alcanzar el entendimiento
entre los actores educativos, es decir, se apunta al desarrollo de la conciencia e inteligencia emocional,
asumiendo el reconocimiento de las propias emociones desde las raíces o detonantes, así como, la identificación
en los comportamientos de los otros con quienes se convive en la cotidianidad escolar, aspectos que favorecen
la minimización de conflictos y el fortalecimiento de la empatía requerida para alcanzar ambientes escolares
convivenciales, sentando de este modo las bases requeridas en la formación de ciudadanos competentes con los
que sostiene la CE. Estos señalamientos, se reflejan el criterio planteado por Hernández, Luna y Cadena (2017),
al considerar que el control de las emociones es importante para transformar las propias concepciones,
percepciones, así como, los compromisos de los actores involucrados en la preservación de la paz, y con ello la
construcción de ambiente a favor de la paz.
Otro proceso importante en la construcción de la convivencia escolar es el participativo, el cual se deriva de las
decisiones e intenciones de los actores involucrados, cuya disposición fomenta la integración activa y el
compromiso responsable ante los distintos procesos llevados a cabo según el ideal educativo plasmado en el
proyecto institucional. Esta participación también incluye mecanismos democráticos, impulsados desde una
gerencia que valora, respeta y apoya las ideas de todos considerando las distintas perspectivas como aportes
importantes que pueden nutrir tanto los objetivos institucionales como las formas de alcanzarlos; se trata
entonces de impulsar de manera constante esta dinámica, a bien de recrear escenarios proactivos, libres,
requeridos para la transformación de ambientes hostiles. Lo anterior, se contempla con lo estipulado por la
Secretaría de Educación del distrito Bogotá (2018), al señalar que los miembros de las instituciones deben contar
con libertad en la opinión, pensamiento y autonomía, sin coacción alguna, valorando la diferencia y la diversidad,
es decir, donde participen espontáneamente para alcanzar metas comunes.
De tal manera, la cualidad de participación incluye la apertura de diferentes eventos orientados a la socialización
de ideas, propuestas, actividades en las cuales el aspecto central es la CE, por ello se privilegian encuentros de
tipo formativo, deportivos, culturales, de asuntos económicos – financieros, donde se combinas agendas
preestablecidas y otras conformadas en atención a los aportes formulados para la atención de focos de conflicto,
por lo que se hace necesario establecer espacios para la socialización e intercambio de opiniones, decisiones
compartidas y la delegación de tareas.