ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 42, Nº 21, Año 2021
SALINAS E. & ALCARAZ J.V. «Análisis de la competitividad exportadora de los productores de mezcal
de Oaxaca y Michoacán (México) al mercado de los Estados Unidos»
ahí donde se aprovechen la mayor cantidad de especies silvestres. La especie cultivada más popular para hacer
mezcal es el agave espadín.
En el caso de los estados de Michoacán, Hidalgo, Estado de México, Puebla y Guerrero, la mayor parte de su
población se ha dedicado a actividades agrícolas desde tiempos anteriores a la colonia española. Los agaves
cultivados son sembrados a partir de hijuelos, semillas o bulbillos florales en tierras de cultivo o laderas de monte
(Saldaña, 2012).
Proceso de producción del mezcal:
- Cocimiento: El cocimiento de maguey puede hacerse usando tecnologías distintas y tiene como objetivo
que los azúcares de la piña se transformen en azúcares fermentables.
- Molienda: Es el proceso de desgarrar las fibras de las piñas para extraer su jugo cocido, algunos separan
el bagazo o fibra de las piñas del jugo y otros no.
- Fermentación: Los jugos y/o fibras del agave se ponen en tinas, se le suele agregar agua, levaduras y
microorganismos transforman los jugos en mosto fermentado.
- Destilación: En la destilación los mostos fermentados, que contienen alcohol y una enorme cantidad de
otros compuestos que integrarán el mezcal, los cuales son sometidos a un proceso de calentamiento
y
condensación en al menos dos etapas. En la primera se obtiene el ordinario y en el segundo se consigue
el mezcal final (Saldaña, 2012).
Una de las principales bebidas que se comenzó a producir en México es el mezcal, el cual surgió a partir de la
mezcla de la tradición prehispánica en cuanto al uso del maguey y la técnica de destilación importada por los
españoles, actualmente se considera que existen más de doscientas especies. Si bien se han identificado diversos
tipos de producción de mezcal tales como el artesanal, tradicional y moderna, la producción artesanal predomina
entre los habitantes del estado de Oaxaca y Michoacán.
Desde mediados del siglo XX y de lo que va del XXI, se puede hablar de dos clasificaciones de los productores: los
artesanales y los industrializados, esta última enfocada principalmente en la generación de utilidades y en la
expansión del capital, por lo cual, a través de la tecnología, las regulaciones y las estrategias comerciales
permiten la reducción de los costos y el aumento de las utilidades. Esto porque se requiere mayor inversión de
capital para la tecnificación de los procesos productivos (Placencia; Peralta, 2018).
Uno de los retos presentes para la comercialización del mezcal es la falta de un desarrollo integral de promoción
y publicidad. Por lo tanto, como lo menciona Catarina (2019), un crecimiento de la venta del mezcal, ya sea en el
mercado local, nacional e internacional, generará un efecto multiplicador en la industria, ya que se podrá
incrementar de manera exponencial la venta de los insumos que se requiere para el envasado, etiquetado, etc.
México cuenta con la Denominación de Origen (DO) del mezcal, la cual protege la propiedad intelectual de 39
municipios de Durango, 1 de Guanajuato, 81 de Guerrero, 570 de Oaxaca, 58 de San Luis Potosí, 11 de Tamaulipas
y 58 de Zacatecas. El estado más recientemente incorporado al plano nacional de productores reservados de
mezcal es Michoacán con 29 municipios, incluido en el año 2012 (Pérez, 2016). En el contexto productivo, de las
111,420 hectáreas sembradas en 2016, el 89.78% de la superficie se encuentra mecanizada, 51.89% cuenta con
tecnología aplicada a la sanidad vegetal, mientras que 67.78% del territorio sembrado con este cultivo contó con
asistencia técnica. Por otro lado, el 98.65% de la producción es de temporal.
Como se puede observar en la gráfica 1, los principales países importadores de mezcal son: EE. UU en primer
lugar, en seguida vienen Alemania, Japón y Reino Unido principalmente.