Madelein Arellano Rodríguez y Teresa Gamboa Cáceres
Con esta base conceptual, y considerando que la era digital ha suscitado diversos cambios en el ámbito económico, político, jurídico y social, desde el desarrollo de procedimientos para adaptarse a las nuevas tecnologías de información, hasta desechar paradigmas y establecer nuevas estrategias en las relaciones interorganizacionales, así como entre el Estado y la Sociedad, que ponen en discusión nuevas formas de control y dominación, a la vez que abre las posibilidades de democratizar el acceso a la información.
Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades (Schulz y Johnson, 1989:238), pretende establecer la salud del individuo de manera integral. En esta concepción se fundamenta el Modelo de Atención Integral (MAI), desarrollado en función del individuo y su entorno, que combina lo biológico y lo social, lo individual y lo colectivo, a partir de una interacción del equipo de salud, el paciente y su familia, con el propósito de hacer una evaluación total del individuo, y propiciar condiciones de salud para la prevención de enfermedades (López, 1999:47-49).
En tal sentido, las organizaciones involucradas en el sector salud, especialmente las del primer nivel de atención, deben comprender que el énfasis en la prevención, constituye un cambio de paradigma para el sistema, que puede hacerlo susceptible de generar mayor efectividad. No se trata de idear mecanismos para “curar pacientes”, sino de fomentar y promocionar una vida saludable; lo cual, en principio, puede reducir el número de personas que se dirigen a los centros de atención, evitar estadías hospitalarias, disminuir los costos relacionados con estas actividades, y en última instancia hacer más eficaz y eficiente el sistema.
Bajo la concepción de salud integral, el sistema de salud debe manejar una información muy variada, la cual será utilizada con diversos propósitos y por múltiples actores. Para el sector salud las nuevas tecnologías tienden a ser un beneficio en cuanto permiten disponer de sistemas que integren diversos tipos y fuentes de información, con miras a fundamentar los programas de salud, y mejorar, entre otros aspectos: a) la cobertura general en salud; b) el acceso a la medicina especializada independientemente de la ubicación geográfica; c) la capacidad de los usuarios para actuar como asociados en la prevención y recuperación de la salud individual y colectiva; d) la calidad de la atención al usuario, al disponer en línea de la información clínica, farmacológica y terapéutica; e)la gestión de los centros de atención en salud; y, en última instancia, e) mejorar la salud de toda la población. Si se considera la salud como un servicio de interés colectivo, donde uno de los factores críticos para el beneficiario del sistema es la agilidad en el análisis de la información y una acción oportuna, la disponibilidad de esa información en tiempo real es uno de los factores fundamentales para mejorar este servicio.
Estas posibilidades y la diversidad de información relacionada con el sistema de salud, conlleva la necesidad de definir criterios de clasificación para conformar los subsistemas de información requeridos. Este tema ha sido estudiado por diversos autores, por lo cual a continuación se pretende analizar algunas tipologías de sistemas de información, con el fin de orientar la discusión hacia el establecimiento de categorías que cumplan con los requisitos de inclusividad, donde cada elemento del conjunto debe ubicarse en alguna de las clases, y exclusividad, según el cual cada elemento del conjunto que se clasifica debe pertenecer a una sola clase (Sánchez,1991:156). Se tomará como criterio base para la clasificación la naturaleza de la información, a fin de identificar en cada clasificación propuesta por los autores el tipo de información contenida.
Narro y Moctezuma (2001:6) agrupan la información de salud en tres áreas, a saber:
Estos autores incluyen la información sociodemográfica como un aspecto fundamental que influye en las condiciones de salud de una población. La segunda área corresponde a información administrativa referida a la atención en salud, respecto de los servicios, programas de salud y cobertura, producto de los datos recopilados durante la atención del individuo en los centros de atención u organizaciones prestadoras de servicios de salud, así como información sobre la gestión y uso de los recursos en salud. La información referida a daños a la salud constituye la información epidemiológica.
Fernández (2001:24-25) señala la tipología del Sistema de Información en Salud para población abierta, desarrollado por la Secretaría de Salud de México, destacando los siguientes subsistemas de información:
La autora hace énfasis en la contribución de este sistema para determinar el estado y la evolución de la salud pública, mejorar las actividades programadas con base en información real y objetiva, y promover la investigación científica y tecnológica analizando objetos que ameritaban estudios de mayor profundidad.
Como resultado de una consulta de expertos sobre Telecomunicaciones en Salud y Atención de Salud para América Latina y el Caribe, Rodrigues y otros (1998:10) plantean una categorización de la información en salud que incluye:
Se coincide con los autores en registrar información epidemiológica, información clínica, información gerencial y aquella relativa a conocimiento y obtención de material especializado. Respecto a la categoría de Medidas de atención en salud, aun cuando no se específica el tipo de información contenida en esta categoría, se presume la necesidad de información que incluya los planes y programas de servicios de salud ofrecidos por el sistema a la comunidad y los cuales deben ser controlados, para garantizar un óptimo funcionamiento de los mismos. Cabe acotar que los autores no establecen ningún criterio para la clasificación; la Información comunitaria y personal, responde al criterio usuarios de la información, sin embargo, las otras clases no se corresponden con éste criterio, por lo cual disentimos de esta clasificación. La naturaleza de esta información esta referida a la oferta de los servicios y programas de prevención y promoción de la salud, la cual debe ser impulsada por los organismos rectores de salud y disponible al público en general.
La mayor coincidencia en las tipologías planteadas por estos autores corresponde a la información epidemiológica, relativa a fenómenos de enfermedad y sus causas, que afectan la salud de una población.
Sin embargo, Evans y otros (1996:315) señalan las dos “soledades de datos”: una, donde predomina información administrativa sobre la utilización de los servicios, desde la perspectiva del médico o prestador del servicio; y la otra, la”información autodeclarada donde el individuo relaciona sus problemas de salud con determinantes socioeconómicos y culturales.
Por su parte, Romero (1998:74-75,78) plantea que la información epidemiológica permite hacer intervenciones sobre objetivos específicos y su efectividad aumenta cuando se conocen las características epidemiológicas de la población relativas a personas ubicadas en un espacio y tiempo determinados. El autor destaca que la salud de los individuos es afectada por diversas variables, a saber: a) demográficas, b) sociales y c) relacionadas con estilos de vida, las cuales son determinantes para definir los factores de riesgo de las personas. El autor destaca entre las variables sociales: nivel socioeconómico, estado civil y otras variables familiares (tamaño de familia, antecedentes), riesgos ocupacionales y ambientales.
A este respecto, la información poblacional es referida por Fernández, así como por Narro y Moctezuma; estos autores coinciden que esta información no depende directamente de instituciones de salud, pero debe ser tomada en consideración porque incluye variables determinantes para el estado de salud de una población. Este tipo de información es de naturaleza sociodemográfica.
Por su parte, el PNUD (1992,6) hace énfasis en desarrollar sistemas que incluyan información nutricional de la comunidad, lo cual facilitaría solventar problemas locales al definir medidas específicas para un determinado entorno. Así, Jaén (2001: 28) al realizar un análisis sobre el perfil epidemiológico del venezolano, incluye algunos indicadores sobre las condiciones nutricionales y afirma que “la pérdida de peso de un niño no sólo afecta su crecimiento físico sino su desarrollo intelectual, su rendimiento escolar, la productividad del adulto y, en última instancia, el avance de un país”. Cabe destacar la importancia de incluir en la clasificación la información nutricional, aún cuando ninguna de las tipologías discutidas hace mención de la misma.
La inclusión que hace Romero (1998:78) de riesgos ocupacionales y ambientales refleja la necesidad de información ambiental y ocupacional relacionada con factores externos7, como las condiciones climáticas pero fundamentalmente los factores generados por las organizaciones empleadoras, cuyo daño afecta no sólo a individuos, sino también a comunidades, este tipo de información generalmente no se encuentra disponible en dependencias sanitarias, quizá por ello sea omitida en las clasificaciones discutidas previamente; sin embargo, debe manejarse cuando existen subsistemas de salud ocupacional. Tal información también es responsabilidad de los ministerios de ambiente y del trabajo.
Se considera como otro tipo de información la relativa a atención en salud, que incluye los planes y programas junto a la oferta y uso de los servicios; se pretende que esta información sea de acceso al público en general, con el propósito de conocer la disposición y uso que pueden hacer de los servicios y un medio para controlar el óptimo funcionamiento de los mismos. Este subsistema incluye también la información referida a disposiciones legales, normativas y procedimientos, que regulan el suministro de servicios en cada dependencia gubernamental. Se considera que este tipo de información debe ser de uso público, por lo cual se debe tratar de garantizar su acceso. Según Rodrigues y otros (1998:10), las nuevas tecnologías de información podrían facilitar la disposición de información para un mayor número de personas.
La información sobre gestión de recursos (financieros, humanos, equipos y materiales) incluye todo lo relacionado a registros contables de ingresos y gastos, y registros estadísticos sobre la operabilidad de las instituciones en la prestación de servicios que permitan apoyar la toma de decisiones en los diferentes niveles organizacionales, tanto desde el punto de vista clínico como de la gestión del servicio. Por ello, además de las actividades propias de un administrador, Rodrigues y otros (1998:10) hacen énfasis en la evaluación y seguimiento de las instalaciones y servicios de atención clínica, que responden a las características particulares de la producción del servicio de salud, incluyendo la administración y uso de los recursos, lo cual permitirá administrar y regular la prestación de los servicios.
Otro subsistema está relacionado con la información clínica, que desde la perspectiva del profesional de la salud incluye: Registros de Historia Clínica, Exámenes Médicos, Diagnósticos y Tratamientos; sin embargo, la estadística de salud recopilada en los centros de atención con base en la historia clínica ofrece al director o administrador una gama de información sobre la prestación del servicio y uso de los recursos que, que desde la perspectiva asistencial, permiten evaluar el acceso y la calidad de los servicios de salud.
Finalmente, Fernández (2001:10) plantea que el sistema de información ha promovido la investigación científica y tecnológica, y Rodrigues y otros (1998:10) afirman que el acceso a documentos sobre salud y nuevas tecnologías permite el estudio y análisis de la información para aplicar nuevos conocimientos en la atención médica; afirman además que este conocimiento puede ser utilizado para apoyar el desarrollo de los otros subsistemas. De esta manera, los sistemas pueden ser depurados delimitando los requerimientos iniciales y vigilando, a través del tiempo, la producción de información relevante, pertinente, suficiente y oportuna. Se define así el subsistema de información científico-técnica. Se entiende que este tipo de información debe cumplir con el requisito de acceso para todos los profesionales de la salud y otras especialidades que estudien el tema de la salud, e Internet representa una herramienta para garantizar su disponibilidad junto con los proyectos de Biblioteca Virtual de Salud.
Tanto la información clínica como la científico-técnica, planteadas sólo por Rodrigues y otros (1998), representan pilares fundamentales para el desarrollo de investigaciones en el área de salud, ya sea en el campo netamente clínico o que brinde soporte a las tareas y decisiones en salud pública.
Para aproximarnos a esta discusión consideramos al sistema de salud en su conjunto, e intentamos identificar los subsistemas que lo componen con base en los requerimientos de información y uso; el propósito es que todos los datos necesarios para la ejecución y control de la atención de salud en el tiempo y en el espacio, se encuentren incluidos en los respectivos subsistemas y generen la información necesaria para mejorar la efectividad en la prestación del servicio de sistema de salud, en general.
El desarrollo de los sistemas regionales de salud ha sido desigual en las regiones venezolanas estudiadas (Estados Aragua y Zulia)8, atendiendo a la orientación sociopolítica de los respectivos dirigentes del gobierno regional, lo cual ha conducido a enfoques diferentes en cuanto al tipo de información procesada.
Cada estado tiende a reflejar algunas perspectivas relevantes y diferentes en el desarrollo de sistemas de información en salud; en el caso del estado Zulia la orientación neoliberal impulsada inicialmente por el Gobierno de Arias Cárdenas con el apoyo de la Causa Radical y, posteriormente, por los socialdemócratas en alianza con los socialcristianos, ha conducido al desarrollo de las funciones administrativas relacionadas con el cobro de los servicios, en contraposición al derecho a la salud y el principio de gratuidad, establecidos en la Constitución Venezolana (1999). En tal sentido, la región ha dado prioridad a la automatización de los sistemas de información relacionados con la venta de servicios.
Por su parte, el estado Aragua ha estado dirigido durante los últimos períodos por el Movimiento al Socialismo y por PODEMOS (surgido del primero) en alianza con el Movimiento V República; su enfoque se orienta a impulsar el sistema de atención integral y la medicina anticipatoria, respetando el principio de gratuidad; de modo que ofrece los servicios de salud de acuerdo a las asignaciones presupuestarias y utilizando ciertos mecanismos de control para su ejecución. Esto responde al Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación Venezolana 2001-2007, como parte del equilibrio social de garantizar el disfrute de los derechos sociales en forma universal y equitativa, cónsono con el establecimiento de un eje estratégico que contribuya a la superación de las inequidades. En consecuencia, para el desarrollo de sistema de información de salud en red se le ha dado prioridad a la información epidemiológica, así como a los sistemas de ejecución presupuestaria.