Potencial científico y tecnológico y red de relaciones en el Sistema Nacional de Innovación Venezolano. 3

Technological and scientific potentials and relatioship network in National Innovation System of Venezuela

Pablo Testa, Alexis Mercado*
Thanaly Patruyo, Nakary Gómez, Raquel Rengifo* *

Los organismos de promoción de la actividad científica y tecnológica

Una vez establecido que la actividad de investigación científica es la que más realizan los centros de investigación científica y tecnológica, se procedió a hacer una evaluación del papel de los organismos de promoción y estímulo a estas actividades. Sin duda, la concepción imperante de privilegiar la investigación científica, ha tenido un reflejo en la concepción y desempeño de estas organizaciones. De alguna manera, la labor desempeñada por éstas, puede haber reforzado la promoción y desarrollo de la actividad de investigación, que sigue siendo la principal fortaleza del sistema, pero no el desarrollo de capacidades tecnológicas.

A estas alturas cabría preguntarse si en su trayectoria, estos organismos han sido corresponsables de reforzar esta situación o si, por el contrario, su labor de financiamiento ha sido, y es, una respuesta a los mercados naturales a los que se podían dirigir (los investigadores, que a final de cuentas eran la más importante fuente de solicitudes).

A continuación se analiza el papel desempeñado por los organismos de promoción de la actividad científica y tecnológica.

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Los Consejos de Desarrollo de las universidades

El Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela (CDCH), fundado en 1958, constituyó el primer ente orientado a financiar en forma sistemática las actividades de investigación y la formación de recursos humanos necesarios para su desarrollo en Venezuela. Su activa participación en el financiamiento de la formación de cuarto nivel de los cuadros profesionales de la recién constituida Facultad de Ciencias fue decisiva para el crecimiento de la ciencia moderna en Venezuela. 8

Este modelo de organización de financiamiento y promoción de la investigación y formación de recursos humanos, fue adoptado por el resto de las universidades nacionales (cuadro 3), constituyendo hoy día elementos claves en la promoción de esta actividad.

Estos organismos apoyan una diversidad de actividades relacionadas con la investigación científica y tecnológica (infraestructura, formación, desarrollo y divulgación). Sin embargo, hay que señalar que la magnitud de los esfuerzos, varía significativamente entre las diferentes instituciones universitarias, y en el soporte que estas le dan a las diferentes actividades.

En primer lugar, existen diferencias importantes en la magnitud de los presupuestos asignados. Así, las grandes universidades absorben un porcentaje muy importante de los fondos asignados por el Consejo Nacional de Universidades (CNU). En segundo lugar, un gran porcentaje de los montos asignados a estos organismos es destinado a financiar la actividad de investigación académica, tal como lo muestra la evolución del financiamiento del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela para proyectos de investigación y para proyectos de desarrollo tecnológico en los últimos años (gráfico 4).

Como puede apreciarse, el financiamiento de proyectos de desarrollo tecnológico es ínfimo si se le compara con el destinado a proyectos de investigación. Este resultado ratifica el predominio de una visión que tiende a privilegiar los espacios de investigación académica, además de evidenciar lo sostenido con relación a la debilidad que tienen estas instituciones para acometer actividades en el área de desarrollo tecnológico.

Resultado similar, aunque no tan drástico, se observa al analizar los montos asignados por el Decanato de Investigaciones de la Universidad Simón Bolívar a los proyectos de investigación en 1998 (cuadro 5). Hay que recordar, no obstante, que uno de los objetivos fundamentales establecidos en la creación de esta universidad era justamente el desarrollo tecnológico.

8. Vesuuri (1983)