Espacios. Vol. 20 (2) 1.999


El ofertismo limitado: una aproximación al sistema nacional de innovación venezolano. 4

The limited “offerism”: An approach to the national innovation system of Venezuela

Alexis Mercado, Pablo Testa *
Raquel Rengifo, Nakary Gómez, Thanaly Patruyo * *


La eficacia de una intervención ofertista amplia

Veamos el emblemático caso de Corea. En la figura 3 (mapa de creación de instituciones de desarrollo tecnológico en ese país), se puede apreciar, la cantidad de espacios institucionales que se fundaron en ese país para impulsar la creación de tecnología, (obsérvese que la primera experiencia data de 1966 con la creación del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología: KIST, por cierto algunos años después de los primeros intentos en Venezuela). Como se aprecia, proliferaron a ritmo muy superior al caso que nos ocupa. Por otra parte, una revisión de la orientación de los mismos, revela los esfuerzos por involucrarse en sectores que, en los respectivos momentos, se estaban consolidando en la frontera tecnológica.

Tenemos así que en la década de los sesenta, se crearon instituciones de investigación y desarrollo capaces de apoyar el proceso de implantación de diversos sectores de la industria pesada (en el KIST se desarrollaban investigaciones en materiales, petroquímica etc.). Ya en los años setenta, se comienza a impulsar la creación de espacios institucionales para la investigación y desarrollo en la electrónica, demostrando la conciencia que se tenía del cambio que se comenzaba a verificar en el paradigma tecnoeconómico. Finalmente, en los ochenta prolifera la creación de espacios institucionales para el desarrollo de diversas tecnologías avanzadas.

De esta forma, se garantizaba, desde el sector de la oferta, un soporte de conocimiento tecnológico para el desarrollo industrial, el cual, dicho sea de paso, estuvo delineado bajo orientaciones de política del Estado muy claras, las cuales consideraban la definición de los sectores prioritarios y una continua incorporación de actores locales a su desarrollo (industriales, técnicos etc.).

Figura 3
Mapa de creación de instituciones de desarrollo tecnológico (Corea)

Este esfuerzo posibilitó crear la base de conocimientos para un sostenido desarrollo tecnológico, representada por una extraordinaria base de recursos humanos en estas instituciones, la cual para 1990, estaba compuesta por aproximadamente 11.000 tecnológos.16

Otro buen ejemplo que podemos considerar un producto de postulados ofertistas es el de algunos sectores de alta tecnología en Canadá. Algunos estudios han analizado el papel de apoyo que, históricamente a prodigado el Estado al desarrollo tecnológico. De hecho, el apoyo directo a las relaciones entre los centros de investigación y la estructura productiva, se inicia tempranamente en 1914. Pero más recientemente, estudios sobre las industrias de microelectrónica y biotecnología han demostrado que aproximadamente el 90 % de las empresas de alta tecnología existentes, han surgido de los programas de investigación y desarrollo ejecutados en las universidades, financiados fundamentalmente por el estado.17

Estas experiencias inducen a pensar en la efectividad de estos programas. Sobre todo, si los mismos forman parte de una visión estratégica de los estados, que, rápidamente entendieron la necesidad de articular y armonizar las políticas de desarrollo tecnológico y económico.

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La crisis de las instituciones de investigación

Otro aspecto que coadyuvó a una mediatización del impacto social de la actividad de investigación fue la perdida de dinamismo del sector. Como bien puede apreciarse en las figuras 1 y 2, durante los últimos veinte años fueron pocos los centros de investigación científica y tecnológica que se crearon. Las pocas experiencias recientes se concentran en el área tecnológica, lo cual sería muy bueno si no se tratará de experiencias muy frágiles que, en forma general, no cuentan con el respaldo de eficientes programas de política.

Durante los años ochenta, como consecuencia de la crisis económica, muchos centros de investigación se vieron seriamente afectados por una merma significativa de recursos humanos altamente capacitados.18 Aunado a esto, se experimentó una caída significativa de los salarios reales de los profesores universitarios e investigadores en los últimos 15 años. Esto ha generado una serie de problemas que van desde la búsqueda individual de complementación salarial, que determina una disminución de la atención a las actividades de investigación, hasta la aparición de una pequeña pero importante fuga de cerebros.

Esta situación dificulta diversos esfuerzos que se vienen adelantando para recuperar y fortalecer los centros de investigación (particularmente en las universidades).19 La baja remuneración hace poco atractivo para un joven profesional la posibilidad de hacer carrera como investigador. Revertir esta situación, constituye una de las prioridades de los organismos de política científica y tecnológica en la actualidad.

Esto ha generado algunas respuestas institucionales. A partir de los ochenta, comienza a verificarse un proceso interesante de adecuación de las estructuras organizativas de diversas instituciones académicas y de investigación. Agobiadas por la crisis económica, comienzan a crearse espacios de interacción con el mundo productivo bajo la figura de empresas, fundaciones y otras modalidades. El desarrollo de algunas de estas experiencias se han documentado en diversos estudios de caso,20 los resultados, no obstante, son disimiles y, en la mayoría de los casos, poco satisfactorios. Sin embargo, su efectividad debe ser analizada a la luz de los objetivos particulares de las instituciones en las que se insertan.

El CONICIT, por su parte, a través de un programa iniciado a principios de los noventa: el programa de parques tecnológicos, intentó apoyar directamente estas iniciativas. Sin embargo, la adopción de modelos de política ajenos a las condiciones locales, que no toma en cuenta las realidades estructurales anteriormente descritas, han incidido en que los resultados no hayan tenido la efectividad esperada.

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Conclusiones

El Sistema Nacional de Innovación venezolano se caracteriza por presentar una serie de condiciones estructurales que limitan seriamente sus posibilidades de expansión. La marcada desarticulación entre los diferentes actores y/o instituciones, la limitada cultura tecnológica tanto del sector industrial como el de investigación, y la baja capacidad de evaluación de los organismos de política, dificultan el desarrollo de un proceso de coevolución que estimule el desarrollo de capacidades de creación de conocimiento y la consolidación de estructuras competitivas.

La situación anterior se ha atribuido, entre otras cosas, al enfoque ofertista adoptado en los inicios de la política científica y tecnológica. A pesar de las críticas, pensamos que este enfoque resultó exitoso en la creación de una «masa crítica» para el desarrollo de capacidades científicas. Sin embargo este éxito se ve opacado por el insuficiente estímulo a la creación de espacios institucionales para el desarrollo tecnológico; espacios que pudieran garantizar un soporte de conocimiento al desarrollo industrial.

Experiencias de países de reciente industrialización como Corea, revelan la eficacia que puede tener un modelo ofertista con una concepción amplia. Este modelo se concentró en el desarrollo de capacidades de generación de conocimientos tanto científicos como tecnológicos. Esta estructura, a su vez, se articulaba en forma armónica con los programas de política de desarrollo industrial, creando un tejido socioinstitucional vigoroso. De esta forma, se garantizaba un soporte de conocimiento tecnológico para el desarrollo industrial.

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Referencias

Anderson, P. W.; Arrows, K. J.; Pines, D. [1988] The economy as an evolving complex system. Addison-Wesley Publishing, Reading, MA

Freeman, C. [1987] Technology policy and economic performance: lessons from Japan. Pinter Publishers, London

Licha, I. [1987] El impacto modernizador de la ingeniería sanitaria: El caso del INOS y otras instituciones sanitarias. En: Vessuri, H. Instituciones científicas en la historia de Venezuela. Fondo Editorial Acta Científica, Caracas.

Lim, Y. [1995] Industrial policy for technological learning: a hypothesis and korean evidence. Institute of Social Studies, Seoul

Mercado, A; Testa, P. [1998] La Universidad Central de Venezuela. En Vessuri, H. (coordinadora) Investigación y Desarrollo (I+D) en Universidades de América Latina. Fondo Editorial Fintec, Caracas

Niosi, J. [1998] Conferencia, IX jornadas latinoamericanas de estudios de la Ciencia y la Tecnología. Queretaro, México.

Vessuri, H. Diaz, E. [1984] El desarrollo de la química científica en Venezuela. En: Vessuri, H. (compiladora) Ciencia académica en la Venezuela moderna. Editorial Acta Científica Venezolana, Caracas.

Vessuri, H. [1995] La academia productiva. Relaciones de científicos académicos con clientes externos. Fondo Editorial Fintec, Caracas.

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