Espacios. Vol. 18 (1) 1997

E

n los años noventa muchos países han intentado profundizar en el conocimiento de sus Sistemas Nacionales de Innovación (SNI), con el propósito de diseñar adecuadamente sus políticas científica, tecnológica e industrial, pues diversos estudios indican una relación directa entre el modo de funcionamiento del SNI y la capacidad del mismo para contribuir al crecimiento económico.

En este contexto, el Sistema Nacional de Innovación se define como «el conjunto de elementos y estructuras que asumen funciones específicas en el proceso de producción, transmisión y almacenamiento de conocimientos y por su capacidad de interacción, que se basa en la articulación de sus elementos para la producción de conocimientos y la difusión y utilización de los mismos», de a11í que se considera de la mayor importancia la capacidad de interrelación y cooperación entre los elementos que constituyen el sistema. Desafortunadamente, esta relación no se produce de manera espontánea, al menos en la calidad y cantidad requerida.

En el ámbito latinoamericano, desde hace varias décadas, se ha intentado, principalmente desde la universidad y sustentándose en diversos enfoques teóricos, promover esta relación entre el sector académico y el productivo. Los avances logrados en la comprensión de los procesos innovativos contribuirán a mejorar el diseño de la diversidad de estructuras de interfaz y otros mecanismos que favorezcan la relación entre los distintos actores que integran los Sistemas Nacionales de Innovación.