Espacios. Vol. 16 (1) 1995

E

n los países de la región latinoamericana se reconoce, cada vez con mayor certeza, la importancia y necesidad de adquirir y desarrollar destrezas y capacidades para gerenciar y administrar las actividades de generación, adopción, uso y transferencia de conocimientos, tanto en nuestros centros de investigación académico como en las propias empresas.

En este sentido, son numerosas las iniciativas que vienen desarrollando, de manera independiente, diversos organismos de ciencia y tecnología de la región, así como programas diseñados por agencias de cooperación internacional como la O.E.A., ONUDI, UNESCO, o la Comisión Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (COLCYT), entre otras, y ha sido especialmente importante el desarrollo de actividades como el Programa Bolívar, Mercocyt o el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), cuyo desempeño y evolución constituyen una fuente de información para el diseño de futuros programas conjuntos.

No obstante, el diseño de programas eficaces pasa por la creación de mecanismos que estimulen y faciliten la participación de las empresas en este propósito, no solo como simples usuarios de los esfuerzos de capacitación sino como fuente de experiencias acumuladas en la generación, importación y mejoras de la tecnología utilizada, las cuales son susceptibles de ser compartidas en procura de intereses comunes