Espacios. Vol. 14 (3) 1993

La industria de la quimica fina en Brasil: Problemas estructurales

Fine chemical industry in Brasil structural problems

Peter Rudolf Seidl


Características del sector

Intermediarios y Especialidades

El sector de Química Fina abarca, en la óptica de aceptación más reciente difundida especialmente en países de la CEE y adoptada en el estudio, productos químicos de mayor valor agregado que los de la industria química base, compartidos en dos subsectores, respectivamente, de Intermediarios y de Especialidades, cuyas características principales se presentan a continuación:

Sub-sector de Intermediarios:

Sub-sector de Especialidades:

Aspectos Estratégicos

La oferta y calificación de recursos humanos, en Brasil, son adecuadas para el desempeño de las actividades en el sector; en algunas firmas de los segmentos de aditivos y farmoquímicos resaltan, a pesar de todo una falta de conocimiento más completo, en química, en nuestros recién graduados de los cursos superiores. Se estima en 134.000 el número de empleados del sector, en todos los niveles y calificaciones.

La aplicación de esfuerzos y recursos en el área de Investigación y Desarrollo es limitada; faltan objetivos concretos e incentivos que atenuen los riesgos inherentes a la actividad.

En lo que concierne a la estrategia de desarrollo, la verticalización observada en los años recientes, en el sentido de las últimas hacia las primeras etapas de síntesis, está siendo sustituida por la horizontalidad de los procesos productivos, en correspondencia con la nueva orientación de la política industrial que viene siendo implantada en el país, visualizándose una mayor apertura del mercado a factores y agentes externos. Como perspectivas favorables para las empresas nacionales en el futuro, se presentan, a semejanza de lo que se verifica en el exterior, las fusiones y asociaciones, la formación de alianzas estratégicas, los acuerdos para la fabricación de determinados intermediarios en instalaciones de terceros, incluso en el exterior, y otras formas asociadas de actuación, que les permitan alcanzar y sustentar ventajas competitivas en el mercado.

Debido al espectro de producción y demanda cautiva de intermediarios químicos, la tendencia internacional es cuantificar un único sector, designado en este estudio como complejo de química fina, los intermediarios (de síntesis y de uso) y las especialidades. Según este concepto, el complejo de química fina, a nivel mundial, representa una facturación anual del orden de US$ 256 billones, contra US$ 8 billones atribuidos al Brasil (o sea, 3,2%). Intermediarios de síntesis y de usos, comercializados en ventas a terceros, deben representar apenas un 20 a 25% de este total.

Tendencias

Hay una enorme demanda reprimida en el país en las áreas de productos farmacéuticos y biocidas (productos para el control de plagas y enfermedades agrícolas), inferida con base a los bajos índices macro económicos de consumo (medicamentos: US$ 17/habitantes y defensivos agrícolas: 0.8 Kg/hectárea). La fabricación en el país de biocidas que venían siendo importados, resulta en una disminución de precios practicados internacionalmente.

Los medicamentos genéricos son comercializados en los países desarrollados a precios sensiblemente menores a aquellos sujetos a patentes o vendidos sobre marca comercial. Este hecho ha sido considerado de gran importancia para el mantenimiento de programas sociales por los gobiernos de los respectivos países.

Las áreas volcadas a la alimentación (pecuaria y agricultura) y salud de la población, (tratamiento de dolencias), aliadas a la catálisis (por ser estratégica para el crecimiento industrial autónomo del país), eligen, de por sí a los segmentos prioritarios de la química fina: Productos farmoquímicos y farmacéuticos, biocidas agrícolas y animales catalizadores.

La apertura al comercio exterior, en un período altamente recesivo (inclusive de carácter internacional), aliada a otros problemas económicos internos del país, conducen al parque instalado en el Brasil a una peligrosa situación de exposición, la cual ya es ve expresada por si misma por el cierre de unidades productivas que no podrían ser consideradas “no competitivas” en una situación normal de mercado.

La “tercerización”, como opción económica de producción dentro de la empresa (verticalizada), adoptada por grandes empresas y en expresivos nichos de demanda de las pequeñas y mediana empresas, ya ocupa un área significativa del mercado en los países desarrollados. Este modelo tiende a ser perseguido por las empresas nacionales.

La globalización de las economías vía bloques regionales, deberá proseguir en el mundo, a despecho de las desigualdades y de los intereses inmediatistas prevalecientes.

Una acción complementaria o sucedánea de productos de química fina es una realidad que no puede ser desconocida en la elaboración de directrices, normas y reglamentos sectoriales.

Algunas perspectivas despuntan como favorables para la evolución en un futuro próximo, en varios segmentos del país:

Por otro lado, a semejanza de lo que se prevee para el área de los biocidas agrícolas, deberá cecer al exterior el empleo de productos de origen natural, en la forma en la cual están disponibles en la naturaleza o transformados biológicamente, y el uso de productos más eficaces, resultantes, por ejemplo, de la separación de un isómero activo específico de una mezcla o de una síntesis de nuevos compuestos fluoro-aromáticos. Tal crecimiento causará relfejos en el mercado nacional, el cual está basado fuertemente en productos importados.

Tecnología

Las tecnologías de las industrias de química fina brasileras tuvieron origen en el exterior: Las subsidiarias de las multinacionales las recibieron de sus matices europeas y americanas; las nacionales las adquirieron de firmas de menor tamaño o de especialistas extranjeros, o las desarrollaron a partirde informaciones no protegidas, por ingeniería de reversa y subsecuentes adaptaciones y mejoras. Además de las dificultades de acceso a los conocimientos tecnológicos específicos, relacionados con la producción de intermediarios de síntesis y de uso, las empresas nacionales no han obtenido lucros suficientes para la aplicación de un mínimo deseable y necesario de recursos en actividades de I&D.

Algunas industrias de los segmentos de biocidas agrícolas y de farmoquímicos, inclusive a través de convenios con otras entidades, desarrollaron la fabricación de determinados principios activos, que constituyen, con todo, una parcela limitada de oferta de medicamentos. Por otro lado, pocas empresas han reunido las condiciones necesarias para desarrollar las técnologías adquiridas del exterior, se puede citar, como ejemplo más importante, el programa que viene siendo realizado en el área de catálisis, volcado para la producción y aplicación de catalizadores que utilizan alúmina y zeolitas de sílica y alúmina.

En los mercados americanos y europeos (en éste principalmente), varias firmas independientes, de tamaño medio y pequeño, se han mantenido competitivas desarrollando la tecnología que poseen y perfeccionándolas, a través de equipos propios de especialistas, que se apoyan, principalmente, en informaciones que no están protegidas con derecho de uso exclusivo. Algunas de estas firmas recurren a otras estrategias con vista a mantenerse actualizadas tecnológicamente, entre las cuales se deben analizar programas de colaboración con universidades, contratación de trabajos de investigación con empresas prestadoras de servicios de tecnologías y relaciones de asociación entre empresas que tienen intereses complementarios con relación a determinados productos.

Ahora que tales estrategias se presentan como posibilidades viable para alcanzar la evolución de la industria de la química fina nacional, hay que considerar, el estado en que la misma se encuentra, la necesidad de aplicaciones de recursos humanos y financieros, durante algunos años, para el fortalecimiento de la infraestructura química en el país.

Los recursos humanos empleados en el área de investigación y desarrollo tecnológico por las empresas nacionales de química fina son muy reducidos.

Calidad

La calidad, en el sentido más amplio y más moderno, tiene sus requisitos básicos en las forams de ISO de la serie 9000 y envuelve a la empresa como un todo, dentro de una visión sistemática, articulando de forma planificada todos los sectores para la satisfacción total del consumidor, en términos del desempeño del producto, costos y condiciones de atención. Sin embargo, el sector industrial brasilero presenta índices de calidad y productividad bastante bajos, cuando es comparado con los mejores patrones de nivel mundial, el sector de química fina, evaluado en cuanto a su conformidad a los requisitos de calidad según las normas de la ISO serie 9000, presentó un índice medio superior al 70% de atención a los criterios investigados. Esto revela que está más próximo de los parámetros a nivel mundial que la mayoría del parque industrial nacional, no obstante, aún demanda esfuerzos y recursos para alcanzar los mejores patrones mundiales.

Competitividad

El actual modelo de desarrollo económico establece como paradigma la competitividad de la industria brasilera, vis-a-vis sus concurrentes internacionales. Hay que definir con claridad, entre tanto, que la competitividad buscada sea estimada en condiciones de equivalencia a nivel de factores productivos y, especialmente, contrabalanceando agentes formadores de costos, extraños a la órbita de influencia de la empresa brasilera.

Entre los factores penalizantes de costos fijos, pueden mencionarse el costo de capital (destinado a equipos producidos localmente) y la de financiamiento de las inversiones (practicado por bancos de fomento estatales). En términos de costos variables, la empresa brasilera se presenta bastante competitiva, puesto que, por ser reciente, su tecnología es moderna, eficiente y cualitativamente adecuada.

Los agentes externos de la empresa (externalidades), que más fuertemente penalizan la competitividad de la empresa brasilera, son los siguientes:

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