Espacios. Vol. 14 (1) 1993

Hacia una mayor articulación entre el mundo productivo y el educativo: el caso de la formación de recursos humanos de nivel superior en la industria química en Venezuela

Toward a better understanding between the productive and educational world: the case of the development of human resources on the higher levels of the chemistry industry in Venezuela

Carmen García Guadilla


6. Consideraciones finales

En el modelo tecno-económico anterior, las relaciones entre las instituciones de educación superior y la industria, especialmente en el caso de los países importadores de tecnología, tenían, en el mejor de los casos, lo que algunos autores han denominado “relaciones platónicas-, esto es, relaciones donde lo carnal está absolutamente sublimado a lo espiritual. (Véase Pirela 1991).

En el modelo de sustitución de importaciones la industria en los países no avanzados no necesitó mucho de la universidad, ya que la articulación real de las empresas se daba hacia afuera, a través de la compra de paquetes tecnológicos con manuales que definían las tareas que debían hacer los profesionales para manejar el paquete.

En cambio, los nuevos contextos económicos de globalización, competitividad y presencia de un modelo tecno-económico de cambio técnico constante, demandan procesos masivos de aprendizaje en los aspectos organizativos, productivos y tecnológicos; por lo tanto se acentúa la necesidad de formación de recursos humanos de nivel superior con un nuevo perfil profesional de alta calidad y sólida formación.

Para que las empresas puedan competir con otras empresas a nivel mundial, debe haber garantía que sus profesionales se están formando sobre la base de los mimos o parecidos criterios con los que lo están haciendo las empresas cuya base de competitividad es la materia gris; con un personal formado no solamente con conocimientos actualizados, sino que también ha sido entrenado para desarrollar destrezas creativas, nuevas formas de liderazgo, y una ética social de la empresa y de la sociedad.

Los hallazgos de los nuevos enfoques territoriales sobre la empresa, están señalando la enorme importancia que tiene la nueva dinámica espacial, basada en una fuerte relación entre los procesos globales y los locales. Se ha venido observando cómo los países que más éxito tienen a nivel global, son los que mejor tienen garantizada la relación con lo local. La integración sistémica, la coherencia de lo local, incide en lo que se llaman externalidades positivas necesarias para aumentar la competitividad de las empresas. (Véase Ramousse, 1993).

Como se señaló en párrafos precedentes, la universidad en estos países no ha jugado un papel importante como “externalidad” a la empresa. Al contrario, tanto la empresa como la universidad se vinculaban con lo internacional, más que con lo nacional o regional. No había articulación, integración ni coherencia, entre los distintos factores que formaban lo local. Las universidades de la capital nada tenían que ver con las de provincia. Incluso dentro de una misma universidad, a veces dentro de un mismo departamento, no había comunicación entre dos investigadores siendo que a su vez cada uno de ellos podría tener interlocutores con otros colegas en las universidades del centro, donde probablemente habían realizado sus estudios de especialización.

En los actuales contextos, la articulación de los factores locales se hace indispensable para poder acceder con éxito a lo global. Para la industria la articulación con las instituciones de formación y de producción de conocimientos es una cuestión de sobrevivencia.

Para la Universidad también parece ser una cuestión de sobrevivencia. No solamente ellas obtienen beneficios de tipo académico (como los aspectos que se han señalado en puntos precedentes, especialmente aquellos relacionados con la actualización del conocimiento, y con una mayor sensibilidad hacia el conocimiento práctico que necesitan las industrias locales) sino también porque -en muchos casos- van a tener que buscar alianzas financieras frente a un Estado cada vez menos próspero.

En épocas anteriores, la identificación de los perfiles de los profesionales ha estado en manos de las propias universidades; y la identificación de los recursos humanos necesarios para el sector productivo, ha sido generalmente responsabilidad de algunas oficinas del gobierno. Por su parte, la presencia de la industria en la universidad se daba a través de la participación del personal de la industria como profesores en las instituciones educativas. Generalmente estos profesores enseñaban en materias electivas, vinculadas con las áreas de su especialización.

Sin embargo, esta situación -tan positiva en el pasado y uno de los pocos canales de comunicación industria/universidad en cuanto a la formación de los estudiantes- se está perdiendo debido a una serie de factores que cada vez se están agudizando. Entre estos factores, cabe señalar: trabas administrativas; normas donde el trabajo fuera de la universidad cuenta menos a la hora de valorizarlo para retribución salarial; y también el poco estímulo financiero que últimamente representa trabajar en la universidad.

Para lograr establecer canales más dinámicos entre el personal de fuera y dentro de la universidad es fundamental reorganizar las actuales legislaciones educativas. Se debe propiciar una modernización de la gestión universitaria que busque desburocratizar la acción educativa, para liberarla de las cargas formales y facilitar la flexibilidad y la creatividad. Las legislaciones anteriores deben ser cambiadas porque se crearon para procesos educativos de diferentes naturaleza, por lo cual pueden convertirse en un obstáculo a los cambios y a las transformaciones radicales que están experimentando los conocimientos.

Para terminar, repetimos que es necesario propiciar escenarios de concertación, donde se respete y reconozca la legitimidad de los intereses tanto de la universidad como de la empresa. Para ello es preciso analizar los obstáculos que impiden tal concertación. Una experiencia que está siendo muy exitosa en algunos países y que pudiera ser el primer paso para el trabajo conjunto que debe hacer la universidad y la industria es la creación de Comités integrados por personal académico y empresarial, para propuestas curriculares orientadas a la actualización de los conocimientos.

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