Espacios. Vol. 13 (1) 1992

El papel de la ciencia en la innovación tecnológica

The role of science in technological innovations

Horacio Viana* y María A. Cervilla **


RESUMEN

En el presente trabajo se hace un recuento histórico de las primeras ideas y planteamientos acerca de la importancia económica de la ciencia. Se describen los principales intentos para tratar de modelar el proceso de innovación tecnológica con énfasis en aquellos estudios que muestran el impacto de la investigación científica sobre la tecnología, para finalmente, plantear un conjunto de conclusiones orientadas a contribuir a una mejor formulación de la política científica y tecnológica.

ABSTRACT

This paper presents a historical background if the first ideas and proposals on the economic importante of science. The first attempts to try to model the process of technological innovation are also describe, emphasizing those studies that show the impact of the scientific investigation of technology. Finally, it also states a set of conclusions determined to contribute to a better formulation of scientific and technological policies.

Contenido


El análisis del papel desempeñado por la ciencia en relación con la innovación tecnológica, entendiendo por ciencia el rango de conocimientos y destrezas incorporados en las personas que se dedican a la investigación básica con el objeto de obtener conocimiento científico y, como subproducto, desarrollar una serie de métodos particulares para adquirir y valorar el conocimiento, es uno de los aspectos centrales que deberían ser considerados para la formulación de una efectiva política científica y tecnológica. (1)

En este sentido, cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿qué papel ha jugado la ciencia en la innovación tecnológica?; ¿qué papel desempeña la comunidad científica en la percepción de la aplicación de un conocimiento particular a un problema específico y la transformación de los resultados de la investigación científica, de forma que ellos puedan ser utilizables en el ambiente industrial?; ¿cuál es la naturaleza del conocimiento en el cual se apoyan las destrezas y la capacidad de resolución de problemas en el sector industrial?.

Las respuestas a estas preguntas pudieran proveer resultados tangibles para la política científica y tecnológica venezolana. En otras palabras, arrojar luces sobre interrogantes que han sido el foco central en la formulación de las políticas científicas en las dos últimas décadas; estas son: ¿cómo hacer a la comunidad científica menos marginal para el sector de producción?; ¿cómo proporcionar mecanismos capaces de garantizar las interacciones entre las actividades de investigación por un lado, y las actividades industriales, por otro? y, quizás más importante aún, ¿cuál debe ser la función y la naturaleza de esas vinculaciones?.

Si bien es cierto que en los últimos quince años se ha avanzado en relación con las respuestas a estas interrogantes, aún existen muchas dudas con respecto a la naturaleza de las interrelaciones entre la investigación básica y la tecnología; como bien lo señala Nelson (1974:64):

Se ha demostrado que es muy difícil para las empresas y para el gobierno asegurar de manera precisa los retornos a obtener de las actividades de I & D. El empleo de científicos y tecnólogos por las formas de negocios es en parte un acto de “fe”, como lo es el subsidio del Estado de muchas formas investigación. Entonces, la afirmación de que los países ricos tienen más ciencia porque ellos son capaces de financiarla, puede ser tan cierto como la afirmación de que ellos son ricos gracias a su ciencia.

Los resultados de las investigaciones más recientes, acerca de los enlaces entre la investigación científica y la tecnología, han demostrado la inherente complejidad del impacto de la ciencia sobre la innovación tecnológica. En la primera parte de este ensayo se hace un recuento histórico de las primeras ideas y planteamientos acerca de la importancia económica de la ciencia. Posteriormente, se describen los principales intentos por tratar de modelar el proceso de innovación tecnológica, y los estudios más recientes en relación con la problemática que nos concierne, es decir, el impacto de la investigación científica sobre la tecnología, para finalmente plantear un conjunto de conclusiones orientadas a contribuir a una mejor formulación de la política científica y tecnológica.

Un poco de historia: Los clásicos

Los primeros intentos por crear un modelo “general” que explicara los orígenes y la estructura interna de la innovación industrial tuvieron como punto de partida las ideas fundamentales que, sobre la actividad innovativa, habían dejado una huella muy honda en la historia del pensamiento económico, es decir, las ideas de Smith, Marx y Schumpeter.

La importancia de la ciencia como una actividad económica fue reconocida por Adam Smith, quien señaló que los avances técnicos no eran logrados únicamente en el lugar de producción, sino también a través de los suplidores de bienes de capital y de los “filósofos y hombres de especulación”, como llamó él a los científicos. Para Smith, el medio básico a través del cual podían ocurrir las posibilidades del progreso económico, fue la división del trabajo. Sin embargo, Smith nunca llegó a explicar cómo y por qué el conocimiento científico per se pasa a ser aplicado a los procesos de producción. Lo que si queda claro de su obra, es el papel central de la actividad inventiva en el crecimiento de la riqueza.

A diferencia de Smith, Marx trató de una manera explícita el papel del conocimiento científico en la producción de mejoras en la productividad laboral (ver Rosenberg, 1982). Marx argumentó que la aplicación sistemática de principios científicos a la producción, sólo fue posible después que el capitalismo industrial llegó a ser completamente mecanizado y cuando la separación del obrero y del producto fue completa. En su obra, señala la evolución de los modos de producción distinguiendo tres etapas: 1. la producción artesanal; 2. la producción fabril, y 3. la producción mecanizada.

La producción artesanal y fabril estaban limitadas por las capacidades y por el uso de obreros calificados. La mecanización de la producción, particularmente dentro del sector de bienes de capital, y la acompañante diferenciación de destrezas de ingeniería, son indicadores de una forma profunda de cambio organizacional que antecedió a la aplicación sistemática de la ciencia a la producción. Para Marx, el paso crucial fue la construcción de máquinas para hacer máquinas, lo cual creó mayores oportunidades de invenciones mecánicas y la aparición de la profesión del ingeniero, con la consecuente interpretación y aplicación de las “leyes impersonales” del conocimiento científico para su uso en la producción (o usando las palabras de Marx, de la “Moderna Ciencia de la Tecnología”).

Es a finales del siglo XIX, cuando aumenta considerablemente el papel de la ciencia organizada en la producción, a través de la profesionalización de las actividades de investigación y desarrollo industrial (I & D). La creación de departamentos de I & D dentro de las empresas –en las industrias químicas y eléctricas- se convierte en fuente principal de invención y en el punto de entrada del conocimiento científico a las empresas. Citando a Schumpeter (1942): “los avances técnicos... pueden venir por el uso instrumental... de la investigación científica” (2).

De acuerdo con estos planteamientos, el rápido crecimiento de la ciencia moderna debe ser visto como parte de un proceso más general de especialización y profesionalización de actividades productivas en las sociedades contemporáneas.

* PhD. En Ciencia y Tecnología (1984), Universidad de Sussex, Inglaterra. Profesos Investigador del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Coordinador del Centro de Producción e Innovación Tecnológica del IESA, Venezuela.
** Lic. En Química. Msc. En Administración, Investigadora del Centro de Producción e Innovación Tecnológica del IESA.

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