Espacios. Vol. 12 (1) 1991. Pág. 11

El oficio del consultor. Concepto, tipos, modalidades de trabajo y otras consideraciones sobre la actividad

The job of a consultant

Marcel Antonorsi Blanco


EL OFICIO DEL CONSULTOR

En esta sección vamos a incluir algunos tópicos sobre el oficio del consultor, con la intención de sugerirlos apenas y estimular la curiosidad por la práctica.

Misiones posibles para el consultor

Según Arthur N. Turner (Turner, 1972), al consultor se le solicitaban y solicitan las siguientes misiones de corte tradicional:

- Proveer información sobre asuntos específicos.
- Contribuir a la solución de problemas.
- Realizar diagnósticos.
- Proveer recomendaciones.
- Asistir en la implementación.

Sin embargo, también se solicitan al consultor, o él mismo está en la conveniencia de cumplir, para que su trabajo sea completo, las siguientes misiones adicionales:

- Construir consenso y compromisos de acción.
- Facilitar el aprendizaje del cliente.
- Mejorar la eficacia organizacional del cliente.

Pasos de un trabajo de consultoría

Todo trabajo de consultoría, a pesar de la gran diversidad de situaciones que puedan presentarse, es posible esquematizarse en general, de la siguiente manera:

1. Definición del problema a resolver:
2. Definición de la metodología a aplicar.
3. Definición del plan de trabajo.
4. Producción de la información.
5. Análisis de la información.
6. Síntesis e interpretación de la información.
7. Elaboración y evaluación de soluciones.
8. Elaboración de recomendaciones y planes de acción.
9. Toma de decisiones.
10.Comunicación de los resultados.

Adicionalmente, en consistencia con las misiones adicionales que cada vez más se reclaman al consultor, puede ser que participe en, o tenga a su cargo, las siguientes tareas:

11. Implantación de los cambios.
12. Seguimiento y control.

Hoy en día se insiste mucho, con toda razón, en la importancia de la implantación de los cambios.

Hacer bien el trabajo de consultor

Ser un consultor exitoso es difícil. Según Brice D. Henderson (Henderson, 1981), el consultor que sabe hacer bien su trabajo cumple con lo siguiente:

- Contribuye a identificar los problemas de su cliente.
- Persuade a su cliente de solucionar sus problemas mediante su estudio apropiado.
- Organiza equipos de trabajo calificados.
- Utiliza las capacidades imaginativas y experiencias disponibles en la organización de su cliente.
- Utiliza las capacidades de análisis y la creatividad de su propio equipo.
- Vigila y asiste en la implantación de sus recomendaciones.
- Mantiene relaciones con su cliente para contribuir a la identificación de otros problemas.
- Satisface las expectativas expresadas por su cliente.
- Realiza su trabajo dentro de los parámetros de tiempo y costo establecidos por el cliente o por si mismo.

Código de ética

No nos debe extrañar que para el oficio del consultor se hayan definido códigos de conducta bastante estrictos. Mencionemos, apenas como ejemplo, las normas de conducta profesional definidas por la Association of Consulting Management Engineers (Asociation of Consulting Management Engineers, 1974).

- Mantener en primer lugar los intereses de la empresa cliente.
- Mantener una actitud imparcial e independiente.
- Preservar la confidencialidad.
- No sobreestimar sus capacidades y competencia técnica.
- Aceptar solamente las tareas para las cuales se tiene capacidad.
- Entrenar personal de la empresa.
- Mantener archivos y producir la documentación adecuada.
- Mantener los más altos niveles de calidad.
- Mantener actitudes de servicio y solución de problemas.

A los clientes se les presentan fundamentalmente tres problemas en su relación con los consultores: ¿Cómo seleccionar un consultor externo? ¿Cómo trabajar con él? ¿Cómo sacar el mayor provecho a los resultados?

Seleccionar un consultor externo

Los pasos que conviene dar para la selección de un consultor externo son, según recomienda James H. Kennedy (Kennedy, 1982), los siguientes:

  1. Prepare por escrito un breve esquema que aclare la naturaleza, alcance y propósitos del trabajo propuesto.
  2. Logre el necesario consenso en su organización respecto a la conveniencia de utilizar asistencia externa para resolver el problema planteado.
  3. Haga una lista larga de consultores (personas o empresas) que puedan ayudar en el asunto a resolver. Solicite a cada uno de ellos información escrita sobre sus recursos, experiencia, personal.
  4. Haga una lista más corta con los candidatos más prometedores e invítelos a mantener conversaciones preliminares. Solicite a los que le parezcan más adecuados que le formulen una propuesta de trabajo.
  5. Estudie las propuestas cuidadosamente y verifique las referencias. Preste especial atención a las calificaciones de las personas que serán asignadas al trabajo de consultoría.
  6. Solicite eventuales modificaciones a las propuestas y mantenga buena disposición para reformular el problema inicialmente planteado.
  7. Haga su selección y agradezca a todos su colaboración.

Trabajar con el consultor

Por supuesto el cliente, en cualquier situación o modelo que se aplique, no puede desentenderse del consultor dejándolo solo en la ejecución de su asignación. Debe además:

- Definir claramente el problema a resolver, los objetivos, alcances, tiempos, resultados intermedios y finales esperados.
- Garantizar el apoyo necesario para que el consultor pueda entrar en contacto con las personas necesarias, recopilar información, visitar instalaciones, etc.
- Asignar personal idóneo para que sea enlace permanente con el consultor y para que forme parte de su equipo de trabajo y se entrene.

Lograr el mayor provecho

Si se ha seleccionado un buen consultor y se ha trabajado con él, se estará en el mejor camino para sacar el máximo provecho de sus servicios y para maximizar el dinero invertido en sus honorarios.

Adicionalmente, la clave está en la efectiva disposición del cliente a sacarle provecho al trabajo de consultoría. Si no lo quiere hacer, por falta de disposición, de voluntad o de ejecución, no habrá consultor que pueda ayudarlo... y todo quedará en tiempo, esfuerzo, dinero e ilusiones perdidas.

LA CONSULTORIA COMO VEHICULO DE TRANSFERENCIA TECNOLOGICA

No siempre los trabajos de consultoría convencional que hemos conocido producen una auténtica transferencia de tecnología hacia el cliente, bien por falta de auténtica disposición del consultor externo, o por falta de disposición o de capacidad de asimilación del cliente.

Los procesos descritos, correctamente realizados por ambas partes, pueden verse como un auténtico proceso de transferencia de tecnología, de transferencia de conocimiento y experiencia de una a otra empresa, especialmente porque las partes desean y buscan expresamente que así ocurra.

En todo caso, se produce un aprendizaje cruzado entre el consultor y el cliente, entre la organización que da y la que recibe (que a veces se confunden) que beneficia a ambos, y especialmente el aprendizaje de ambas partes.

REFERENCIAS

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