Espacios. Vol. Vol. 11 (1) 1990. Pág 6

Formación y transferencia de recursos humanos a la industria: El papel de los centros de investigación y desarrollo tecnológico

C. E. Machado-Allison, Elizabeth Chavez y Paul Esqueda


2. TRANSFERENCIA DE RECURSOS HUMANOS: ¿VIRTUDES TACTICAS DE UNA ESTRATEGIA EQUIVOCADA?

Si bien Catala y Fernandez de Lucio señalan con acierto la mayoría de las rutas posibles de transferencia tecnológica, es posible que su visión, desde el ángulo de las características de su propio entorno, hayan olvidado una, que desde el nuestro, parace ser muy importante. Nos referimos a un proceso que ha sido enfocado desde perspectivas diversas en nuestro país. En oportunidades ha recibido la designacion de "fuga de talento", pero creemos que tal término debe ser limitado a situaciones donde la movilización del conocimiento termina en otras latitudes y al servicio de intereses distintos a los del estado venezolano.

Mientras nuestra economía crecía, los precios eran estables y se cumplia el proceso inicial de institucionalización y profesionalización de la actividad científica y tecnológica, la estabilidad de profesionales y técnicos fue casi una norma. El traslado de recursos humanos de un centro de investigación al sector productivo fue visto con disgusto o preocupación. Aún cuando el modelo lineal, muy en boga en las décadas de 1960 y 1970, suponía una eventual alimentación de la actividad tecnológica a partir de la científica, fue generalmente poco apreciado el que un investigador tomara la decisión de abandonar el mundo académico y trasladarse a un escenario diferente.

Entre 1985 y 1987, años en los cuales el Instituto de Ingeniería sufrió un proceso de sedimentación y ajuste a sus objetivos, y además fue victima de la crísis economica del país, la rotación del personal alcanzó niveles muy elevados. La preocupación por este problema nos indujo a estudiar un poco más a fondo el problema en términos generales. Descartamos la premisa aprioristica de que esta rotación era una fuga de talento a intentamos aprehender la situación desde sus orígenes. Como el Instituto nació en el seno del IVIC, en particular entre investigadores vinculados a la electronica, decidimos mover nuestro análisis hacia el pasado inmediato. En efecto mal podiamos concebir que el traslado de personal calificado del IVIC al Instituto de Ingenieria fuese designado como fuga de talento, más bien parecia conveniente considerar que el IVIC había cumplido una acción de transferencia de tecnología en el marco del modelo lineal que suponía primero el desarrollo de núcleos de investigación básica, luego aplicada, más tarde desarrollo tecnológico y finalmente inserción en el aparato productivo. Entonces, acaso la creacion del Instituto, como en el caso del INTEVEP y de otros núcleos similares, no formaba parte de un proceso de algúin modo predecible y natural?

En las décadas de 1960 y 1970 Venezuela realizó un esfuerzo substantivo en materia de formación de recursos humanos a institucionalización de la ciencia y la tecnología. De la reestructuración del IVIC y la creación de la Facultad de Ciencias de la U. C. V. en 1958, pasando por la política de dedicación exclusiva y las becas de los Consejos de Desarrollo de las universidades, pronto llegamos a la creación del CONICIT y la Fundación Mariscal de Ayacucho. Varios miles de venezolanos tuvieron la oportunidad de realizar estudios de pre y post-grado en el exterior, de explorar nuevas latitudes y horizontes y de realizar una intensa labor de transferencia científica y cultural. Así, de las quince instituciones actualmente afiliadas a AVINTI, once fueron creadas entre 1970 y 1983, tres antes de este período y sólo una en años recientes. Por el contrario, la gran mayoría de los núcleos de investigación básica, institutos, centros, departamentos y laboratorios, surgieron entre 1958 y 1970. En éste lapso se desarrolla el IVIC y la Facultad de Ciencias de la U. C. V., la Escuela de Ciencias de la U. D. O., las Facultades de Ciencias de la U. L. A. y de la Universidad del Zulia; surgen institutos especializados como el de Zoología Tropical, el de Geoquímica, Zoología Agrícola, Suelos, Oceanografía, etc., de igual modo se amplian, desarrollan o son creados, diversos institutos en el campo biomdico y agronómico (Medicina Tropical, Fonaiap, Biomedicina, Anátomo-patológico, Geografia, Medicina Experimental) y luego en disciplinas de ingeniería, arquitectura y otras ciencias aplicadas.

Pero todo este desarrollo ocurre en el seno de lo que podemos llamar, con el mayor respeto, la academia. Las universidades, al margen de los profundos traumas y grandes criticas, cumplen su función de semillero de recursos a ideas y en la década de 1970 catalizan iniciativas institucionales y personales que llevan a la creación del INTEVEP, el CICASI, el CIEPE, el CITO, el CILARR, el Centro de Astronomía, el Instituto Internacional de Estudios Avanzados, el Instituto de Ingeniería, el Centro de Investigaciones de SIDOR, el Centro Tecnológico del IVIC y más recientemente FUNINDES en la Universidad Simón Bolívar, el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la U. C. V., el IDEC, el Laboratorio de Servicios de la Escuela de Química y otras formas de operación que gradualmente vinculan las actividades de investigación con el mundo exterior.

En el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) se desarrollo, entre 1967 y 1982, un importante núcleo de investigadores, profesionales adscritos a la investigación, estudiantes de postgrado y técnicos vinculados a la electrónica (sensu lato, desde superconductividad, hasta sistemas y desarrollo de software, pasando por otros campos como circuitos impresos, hfbridos, fibras ópticas, etc.). En total hemos ubicado a 30 personas bajo la influencia de este núcleo. De ellos 20 cuentan en la actualidad con el título de doctor, cinco de maestría y otros cinco con niveles diversos de especialización. La distribución actual de esas 30 personas se ilustra en la Tabla 2.

TABLA 2.
UBICACIÓN ACTUAL DE 30 PROFESIONALES VINCULADOS
AL CAMPO DE LA ELECTRÓNICA EN EL IVIC
(1967 - 1982)

Ubicación
%
Permanecen o han retornado al IVIC
3
10,0
Universidad Simón Bolívar
3
10,0
Universidad de Los Andes
2
6,7
Instituto de Ingeniería
2
6,7
INTEVEP, S.A.
1
3,3
Industrias Nacionales
9
30,0
Migraron a Otros Países
9
30,0
Realizando Estudios de Postgrado
1
3,3
Total
30
100,0

Como puede observarse la ubicación actual de estas personas, de acuerdo a la naturaleza de su actividad (Tabla 3), puede clasificarse del siguiente modo:

Tabla 3.
UBICACIÓN DE 30 PROFESIONALES VINCULADOS AL CAMPO
DE LA ELECTRÓNICA EN EL IVIC (1967 - 1982)
DE ACUERDO AL TIPO DE ACTIVIDAD

Ubicación
%
1. Investigación básica y Docencia
8
26,7
2. Investigación  aplicada y desarrollo tecnológico
3
10,0
3. Industria Nacional
9
30,0
4. Industria a Instituciones Académicas del Exterior
9
30,0
5. Realizando estudios de Postgrado en el Exterior
1
3,3
Total
30
100,0

Por otra parte, si pudiesemos complementar este cuadro con los antecedentes y ubicacion actual de otrosinvestigadores del IVIC y de la U. C. V. en campos como ciencias de los materiales, química y mecánica, quizás podríamos describir el tremendo efecto reproductivo que tuvo la transferencia de recursos humanos, primero en el desarrollo del INTEVEP y del Instituto de Ingeniería, y luego de numerosas industrias y firmas nacionales de consultoría.

Nuestro segundo caso de estudio corresponde a la rotación de personal profesional del Instituto de Ingeniería entre 1983 y 1988. En estos años se desincorporan 49 profesionales con un perfil más heterogeneo que en el caso antes referido (12 PhD, 5 MSc, 5 becarios que cuentan actualmente con PhD y que no retornaron al país y 27 profesionales con primer título universitario). El universo es también más heterogeneo en relación a su formación básica, e incluye diversas ingenierías, física, química, biología, geología, geografía, computación. Para los primeros meses de 1989 (Tabla 4) estos 49 profesionales se encuentran distribuidos del siguiente modo:

Tabla 4.
UBICACION ACTUAL DE 49 PROFESIONALES
QUE SE DESINCORPORARON DEL INSTITUTO DE INGENIERÍA
ENTRE 1983 y 1988

Ubicación
%
Retornaron o ingresaron al IVIC
4
8,2
Universidad de Los Andes
2
4,1
Universidad Simón Bolívar  
4
8,2
INTEVEP, S.A.
4
8,2
Nuevos Centros de I & D
1
2,0
Industria Nacional 
23
46,9
Realizando Estudios de Postgrado
4
8,2
Migraron a Otros Países 
10
20,4
Total
30
100,0

Aquí podemos observar que un cierto número de investigadores optó por retornar a la investigación básica (14,3 %), otros se trasladaron a otros centros de desarrollo tecnológico (10,2 %), pero la gran mayoría fue absorbido por la industria privada, firmas de consultoría o bien crearon operaciones propias vinculadas a la transferencia tecnológica (46,9 %). La verdadera fuga de talento, es decir la migración a otros países, resulta en este caso proporcionalmente menor (20,4 %) que en el estudio precedente.

En síntesis ha sido la industria nacional la principal beneficiaria de la transferencia de recursos humanos (30 y 46,9 % respectivamente), aunque debemos llamar la atención sobre el hecho de que 19 personas de alto nivel y con dominio sobre campos de importancia crítica para el país, prestan sus valiosos servicios en otras latitudes. Este proceso, de acuerdo a algunos autores no es dramatico desde el punto de vista estadistico (7), si lo es desde un punto de vista cualitativo. Las causas del mismo han sido recientemente senaladas por Piñango (8), que indica como causas al escaso desarrollo del mercado laboral interno, problemas burocráticos, inflexibilidad ó arbitrariedad en la aplicación de normas, pobre gerencia de personal, incertidumbre, inflación y hasta ingerencia político-partidista en las promociones y en las decisiones técnicas.

Los 32 profesionales que hemos ubicado ocupan actualmente cargos muy diversos. Oscilan sus ocupaciones desde la presidencia de empresas que ellos mismos han creado o contribuido a formar, pasando por gerencias técnicas y de control de calidad o a la dirección de proyectos y trabajos de consultoría. Pero como denominador común hay en todos los casos sembrada una semilla de innovación y tendida una interfase, o "vínculo orgánico" cuya ausencia en nuestros países ha sido identificada como uno de los eslabones más débiles en el flujo de las relaciones investigación-industria (8,9)

Ambos casos ilustran un papal poco reconocido dentro y fuera de los centros de investigación y desarrollo tecnológico: la transferencia de tecnología a través de recursos humanos. Positivo para el sector productivo, entraña un problema serio para los núcleos de investigación. En efecto, este proceso de transferencia debería ser continuo y para ello es menester qua los núcleos de investigación básica sean continuamente alimentados con nuevos recursos humanos. Esto lamentablemente no esta ocurriendo debido al debilitamiento de la gestión de los Consejos de Desarrollo Científico de las Universidades, dal CONICIT y de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, así como reducciones significativas en los programas de becas que en el pasado lograron sostener un buen número de instituciones con sus propios recursos.

Este problema es común a otros países de America Latina. Bastos Tigre (10), en Brasil señala qua " . . . el debilitamiento de la investigación universitaria amenaza al proyecto de mantener un relativo grado de autonomía tecnológica nacional, en la medida en que no se realizan investigaciones de vanguardia, en áreas de punta, que en último análisis abren el camino para el desarrollo industrial".

En síntesis, si bien la transferencia de recursos humanos hacia la industria paga dividendos apropiados, el mismo parece un evento táctico feliz que sólo puede ser conveniente a la luz de una estrategia general. De otro modo apenas disfrutaremos las virtudes temporales de una situación, que en conjunto, corresponde a una estrategia equivocada.

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