Espacios. Vol. 10 (1) 1989

Editorial

S
in duda alguna estamos siendo espectadores/actores de grandes transformaciones en la sociedad venezolana, cambios que generan conflictos, pero que también "ofrecen" oportunidades para un mejor porvenir.

Mucho énfasis le ha dado el Ejecutivo Nacional al reestablecimiento del equilibrio de las variables macroeconómicas fundamentales y a tal efecto se han diseñado y puesto en práctica un conjunto de políticas a saber: la política cambiaría, de precios, la de las tasas de interés y recientemente la política comercial/arancelaria. Según declaraciones del Ministro de Fomento, Dr. Moisés Naim; el objeto de la política comercial/arancelaria "es el fomento de la competencia interna en el país, aumentando. la competitividad de nuestra economía, para que sea capaz de rivalizar con éxito con empresas de otros países, tanto en lo que se importa como en lo que se pueda exportar. Y el Ejecutivo Nacional, –a través del Ministerio de Fomento– se ha comprometido a iniciar un programa de asistencia técnica y financiera, a través de los diversos organismos especializados, para apoyar a empresas que estén dispuestas a aumentar su productividad, a modernizar su tecnología y a mejorar la calidad de su producción con miras a expandir la exportación y estimular la competitividad frente a las importaciones". (Decreto No. 239 del 24-05-89).

Lo anterior implica un cambio sustantivo en lo tecnológico, financiero y organizacional, por parte del sector industrial venezolano para poder adaptarse y responder a un ambiente de competencia (casi inexistente hasta ahora), y donde para las empresas será necesario producir con calidad y a precios competitivos para que sea posible que el consumidor escoja un producto determinado, aún teniendo otras opciones.

Este proceso de adaptación y/o transformación del aparato industrial es lo que se ha venido llamando la "Reconversión Industrial". Tal reconversión podrá implicar desde mejoramientos tecnológicos, nuevos patrones de calidad, cambios en diseños de los productos o de líneas de producción en empresas existentes, hasta el abandono de éstas, o instalación de nuevas líneas de producción o industrias adaptadas y orientadas al mercado internacional y por supuesto, también la creación de nuevas empresas.

Como es de suponer, el factor tecnológico se convierte en una variable fundamental en los procesos de reconversión que se vislumbran y la infraestructura existente para la prestación de servicios, para Investigación y Desarrollo y formación de Recursos Humanos, requiere adaptarse a las exigencias que dicho proceso demandará.

En este sentido, observamos con beneplácito, el apoyo a la productividad y a la tecnología, implícito en el Decreto 239, ya referido y el acercamiento que ha tenido el Ciudadano Presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, hacia el sector de ciencia y tecnología.

La iniciativa del Ministerio de Fomento de llevar adelante un proceso de reconversión industrial apoyándose en la experiencia acumulada en nuestro país y otros países, en materia de desarrollo tecnológico, productividad, gerencia, finanzas y comercialización se complementa muy bien con las iniciativas del CONICIT, de institucionalizar aún más la investigación científica y tecnológica, con acciones como: , financiamiento a la investigación básica y aplicada, la política de formación de recursos humanos, la Ley de Carrera del Investigador, las acciones de concertación de centros de I & D e industrias, etc.

Evidentemente, esta complementariedad requiere de la tan nombrada "concertación" entre el Ministerio de Fomento y CONICIT.

El Comité Editor


Vol. 10 (1) 1989
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