Espacios. Vol. 10 (1) 1989. Pág 3

La producción y comercialización de tecnología. La experiencia del IDEC

Luis F. Marcano González


Reflexiones Finales

Terminar estas líneas sin detenemos a exponer algunas conclusiones parciales de esta experiencia, no sería justo para quienes nos han seguido hasta aquí. Pero aún así hemos estado tentados a dejarlas sin conclusión, invitando al lector, quizás más desprejuiciado, a sacar sus propias conclusiones. Sin embargo, la tentación de opinar al respecto es mucha y asomaremos solamente dos elementos a guisa de consideraciones parciales sobre el proceso arriba descrito.
En primer lugar, insistir en la comercialización de productos y servicios desarrollados con tecnología propia parece ser el camino más conveniente, a pesar de los obstáculos señalados. Por supuesto que ello implicaría la necesidad de transitar por la vía de esta gestión, desde los estudios de mercado, hasta la promoción de los productos y servicios obtenidos. Una dinámica comercial que nos permitirá en el contexto actual demostrar que somos capaces de hacerlo y de hacerlo hasta el final. Sin embargo, ello obliga a fortalecer los instrumentos disponibles para ello, en especial la Empresa TECNIDEC S. A., con las repercusiones en la estructura interna del IDEC.

En segundo lugar, fortalecer los programas de formación de personal tanto en el pregrado como en el postgrado. Y por otro lado, continuar con más intensidad el hasta ahora tímido proyecto de cursos de extensión profesional con el fin de transmitir nuestros puntos de vista sobre el desarrollo de tecnología y corregir, con su discusión, nuestra visión aún parcial de la realidad del mercado de la construcción venezolano.

Por último, terminamos con una reflexión sobre nuestra realidad como centro de I y D. La actividad de la construcción es significativa en el país (entre el 8 % y el 10 % del P.T.B.) nuestro tamaño como centro es todavía pequeño en términos relativos en comparación a lo producido anualmente por esta rama. Por lo tanto, nuestra misión de contribuir al desarrollo tecnológico de la construcción se encuentra todavía en la fase de creación de opinión pública. Sin embargo, la medida del éxito o fracaso estará en la posibilidad de expandir nuestros puntos de vista y muy pocos creerán en nosotros si no somos capaces de transformar nuestros conocimientos y productos en capital. Difundamos nuestras ideas haciéndonos fuertes en el mercado. Esa es nuestra tarea inmediata.

REFERENCIAS

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Vol. 10 (1) 1989
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