Espacios. Vol. 7 (1) 1986. Pág 11

El dominio tecnológico: clave para el desarrollo, conceptos e implicaciones técnicas, sociales y políticas.

José Manuel, Martínez (OCEI)


COMPONENTES TECNICOS Y SOCIALES DEL DOMINIO TECNOLOGICO

La relación del hombre con la materia -con una finalidad práctica, utilitaria, para satisfacer una cierta demanda o necesidad material o social- le conduce a la producción de “herramientas -con el fin de multiplicar su capacidad productiva, su poderío y sus habilidades- y de “procedimientos” para poder repetir los procesos técnicos y para transmitir a otros hombres los conocimientos necesarios para poder producir o utilizar las citadas herramientas. Este conjunto de “herramientas-procedimientos” es lo que corrientemente designamos con el nombre de “técnica”.

La creación de una técnica es el resultado de haber realizado actividades de concepción y de producción; el empleo de una técnica requiere la realización de otros tipos de actividades: comercialización, operación y mantenimiento. Tal como se esbozó anteriormente, como resultado de la creación de una técnica se obtienen dos componentes bien diferenciados, uno material: el producto, en el caso de los bienes de consumo, las máquinas o equipos en el caso de los bienes de capital, los componentes en el caso de los bienes intermedios (lo que en inglés se denomina “Hardware”), y otro intangible: los procedimientos y los conocimientos (lo que podemos corresponder con el término inglés de “Software).

El conjunto organizado de herramientas y conocimientos técnicos acumulados, necesarios para realizar un conjunto complejo de actividades técnicas es lo que se designa con el nombre de “tecnología”.

Poner en funcionamiento una tecnología -es decir, realizar todo el conjunto de actividades necesarias para concebirla, producirla y utilizarla- requiere la participación de trabajadores, intelectuales o manuales. Estos hombres, al entrar en contacto con la materia (en una relación “hombre-máquina”), para efectuar las actividades técnicas de transformación de las materias primas o componentes elementales en el producto técnico deseado, realizan un “proceso técnico”, cuyos componentes se identificarán más adelante. Estos hombres entran también en contacto con otros hombres (en una relación “hombres-hombre”), lo que produce un “proceso social” de actividades y de relaciones económicas, sociales y políticas, que tocan todas las etapas de la realización del proceso técnico de producción y todas las actividades de distribución, intercambio o comercialización, utilización de la tecnología y de los productos.

Para realizar todas las actividades del proceso técnico, los hombres que participan en la creación y puesta en funcionamiento de una tecnología o de sus productos deben estar dotados de conocimientos y capacidades técnicas particulares, deben tener un cierto grado de “dominio técnico”. Deben saber hacer funcionar las herramientas y máquinas, poner en práctica los procedimientos o modos operatorios, construir nuevas herramientas o máquinas, concebir y diseñar el producto deseado, utilizar los conocimientos técnicos disponibles, mantener en buen estado los equipos utilizados para la producción y los equipos diseñados durante toda su vida útil, mejorar los productos para el futuro, etc.

Siguiendo el enfoque de sistemas el dominio técnico significa dominar la realización de un proceso técnico que podríamos representar formado por las actividades siguientes:

-       Determinación de la necesidad social y de la demanda de una nueva tecnología o producto.

-       investigación exploratoria de las soluciones disponibles.

-       Estudios de mercado y de factibilidad.

-       Especificación y concepción general.

-       Ingeniería de Sistemas.

-       Ingeniería de Detalle.

-       Producción, adquisición e instalación de componentes, herramientas y maquinaria.

-       Producción preliminar y pruebas.

-       Instalación y pruebas.

-       Operación y mantenimiento.

-       Mercadeo y comercialización.

-       Formación de personal.

-       Producción y acceso a la información técnica.

-       Gerencia y administración de todo el proceso técnico.

-       Investigación tecnológica y científica.

-       Prestación y acceso a los servicios técnicos.

Es necesario indicar, sin embargo, que “dominar la técnica” no quiere decir que todas y cada una de las actividades deban ser necesariamente realizadas en una misma unidad de producción o empresa o inclusive en el mismo país, lo que si quiere decir es que se debe tener, en ese caso, la capacidad de negociación y la capacidad técnica para obtener los productos, técnicas o actividades que no se realicen, así como la capacidad gerencial para asegurar el buen desenvolvimiento de todo el proceso técnico.

Las deficiencias en el control del proceso técnico, la falta de recursos, estructuras materiales o humanas, o la falta de capacidades para asegurar la realización de cualquiera de las actividades que componen el proceso técnico, impedirían la realización completa de dicho proceso y pondrían en peligro la obtención de resultados: nuevas tecnologías o nuevos productos. Controlar el “dominio técnico” es entonces una fuente de poder para las empresas, desde el punto de vista de su competitividad, y para los países, desde el punto de vista económico y político.

La realización del conjunto de actividades del proceso técnico exige que haya una disponibilidad adecuada de los recursos apropiados para cada actividad: personal calificado para poder acceder y utilizar los conocimientos e informaciones necesarias, capacidad para asimilar la tecnología extranjera, información, financiamiento e infraestructura.

Pero, por otra parte, tal como se indicó anteriormente, es necesario comprender bien y valorizar la importancia que tiene saber establecer correctamente las relaciones “hombre-hombre”- sociales - necesarias entre todos los individuos e instituciones que participan en todo el conjunto de actividades, es decir hay también que tener un dominio apropiado del proceso social que rodea la tecnología (“dominio social”).

En un primer nivel los hombres entran en contacto directo en la unidad de producción o empresa, para la realización del “proceso técnico”. Esto hace necesario que, además de conocer perfectamente toda la secuencia de actividades que lo componen y dominar los conocimientos y habilidades necesarias para realizarlas, haya que desarrollar la capacidad y los conocimientos necesarios para reunir exitosamente a las variadas personas requeridas, que dispongan de las calificaciones necesarias para realizar todas las actividades técnicas, que sean capaces de relacionarse exitosamente entre si y con todos los otros recursos productivos: capital, materias primas y componentes, máquinas, información, poder político, etc. a fin de lograr una relación social y de trabajo coherente y eficaz.

A nivel nacional, alrededor de una tecnología o de un producto, se pueden identificar un variado conjunto de instituciones relacionadas con la unidad de producción o empresa, para realizar actividades de concepción de otros productos, de suministro de insumos o servicios, de organización del trabajo, de mantenimiento, de investigación, de financiamiento, de formación de personal, etc., además de las instituciones gubernamentales encargadas de regular el funcionamiento social. Por otra parte, los diferentes grupos sociales que forman la sociedad de una país valorizan las tecnologías o productos de acuerdo a su ideología e intereses, en muchos casos contradictorios u opuestos.

Es por eso que el “dominio social” de una tecnología se consigue cuando la sociedad obtiene la capacidad para poner en relación eficaz el conjunto de grupos sociales que intervienen en las diferentes actividades técnicas, socialmente dispersas, para desarrollar la organización social necesaria para traducir las necesidades sociales en demandas tecnológicas capaces de ser atendidas y asegurar la inserción y utilización de una cierta tecnología o producto en condiciones socialmente aceptables para el conjunto de grupos sociales que la componen.

Naturalmente no hay que olvidar que, a nivel nacional, la sociedad valoriza las tecnologías y controla las relaciones entre los grupos sociales de acuerdo a una ideología dominante, que está siempre en relación e interacción con las ideologías y poderes relativos de los otros grupos sociales; es así entonces que el “dominio social” de la tecnología es un aspecto más de la dinámica del sistema económico y político nacional y está sujeto a las mismas relaciones de conflicto, consenso y lucha social.

A nivel internacional esta problemática se extiende tomando modalidades especiales. Las sociedades de los diferentes países se distinguen por su cultura, recursos y poder y no tienen el mismo nivel de conocimientos y de “dominio técnico o social” sobre toda clase de tecnologías o productos. Se da de nuevo una separación social de las actividades necesarias para la concepción, la producción y la utilización de la metodología. Algunos países, como todo el mundo sabe, centraliza los conocimientos sobre un gran conjunto de procesos sociales y técnicos y otros pueden realizar solamente ciertas actividades. Esta diferencia de capacidades para el “dominio tecnológico” tiene una influencia determinante sobre el tipo de intercambios entre estos países o sociedades.

En especial, como en gran medida la tecnología está incorporada a los bienes de equipamiento y a la ingeniería -entendida ésta como conjunto de técnicas y actividades para la concepción y puesta en marcha de sistemas de producción- la diferencia de grado de dominio tecnológico entre países conduce a un desequilibrio importante en los intercambios de bienes de capital, productos y conocimientos, que lleva a relaciones de dependencia política, económica o tecnológica.

Dentro del mundo capitalista las firmas transnacionales centralizan los conocimientos tecnológicos y se aprovechan de las ventajas comparativas para realizar una división internacional del trabajo que les permita centralizar y mantener el control de los procesos técnicos y sociales, reduciendo costos de producción, ampliando mercados y reproduciendo el mismo sistema de relaciones económicas y sociales que permiten su funcionamiento a nivel del mundo entero.

CONCLUSION

Sigue siendo oportuno y conveniente redefinir los parámetros de referencia que se usan para medir el grado de desarrollo (o de felicidad) de un país. El desarrollo industrial, medido por el producto per cápita o por el producto industrial bruto, no expresa el nivel de desarrollo de un país y necesita ser complementado al menos por algún indicador que exprese el nivel de desarrollo tecnológico. El “dominio tecnológico” es un concepto que refleja más profundamente las capacidades de una sociedad y las variables tan complejas que deben tenerse en cuenta cuando se habla de desarrollo, valorizando más claramente las implicaciones sociales y políticas que rodean a la tecnología.

Las capacidades y posibilidades de dominar técnica y socialmente a la tecnología están particularmente condicionadas por la historia y cultura de cada país, sus estructuras y relaciones sociales internas, así como por las relaciones con otras sociedad o países.

Dominar la tecnología no significa autarquía, ni muchos menos, sino control de la realización de los procesos técnico y social. La existencia de tecnologías y productos listos para su uso en los países industrializados estimula a los países subdesarrollados a conseguirlos rápidamente para tratar de beneficiarse de las ventajas que ofrecen, pero también incita igualmente a los países industrializados a explotarlos para obtener beneficios que les ayuden a compensar los gastos hechos para su puesta a punto -actividad natural, desde luego- pero también para ejercer su poder económico o político sobre los países que no los tienen.

Observar cómo se establecen relaciones de interdependencia entre los países industrializados puede facilitar la puesta en práctica de soluciones al desarrollo industrial y tecnológico de los países no industrializados. Ahondar en este asunto puede ser tema interesante para otro artículo. La dilucidación que se ha tratado de ofrecer en éste intenta servir de ayuda para comprender mejor los difíciles aspectos no técnicos que intervienen en cualquier esfuerzo de desarrollo industrial y tecnológico autónomo y evitar que un enfoque puramente tecnicista lleve al fracaso los esfuerzos intensos y entusiasta que se realizan en diversos grupos e instituciones por adelantar rápidamente en el proceso de desarrollo del país enfatizando la necesidad de establecer capacidades tecnológicas propias.


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