Espacios. Vol. 37 (Nº 33) Año 2016. Pág. 17

El docente como gestor del capital relacional: una revisión

The teacher as manager of relational capital: a review

Ledy GÓMEZ-BAYONA 1; Gustavo MORENO-LÓPEZ 2; Miguel A. BECERRA 3; Erika LONDOÑO-MONTOYA 4

Recibido: 07/08/16 • Aprobado: 23/09/2016


Contenido

1. Introducción

2. Capital relacional en la gestión universitaria

3. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

El capital relacional es considerado como uno de los tres núcleos fundamentales del capital intelectual y como una ventaja competitiva para las organizaciones. El interés en esta área se ha incrementado teniendo como foco de aplicación la empresa. Sin embargo, los estudios sobre organizaciones de carácter educativo son limitados aún. Por lo anterior, al parecer existe una real necesidad para una revisión analítica de los recientes desarrollos en el dominio del capital relacional enfocado a organizaciones educativas. En este artículo se presenta una revisión sistemática de literatura sobre el docente como componente fundamental del capital relacional de las instituciones educativas y a su vez, la importancia de este capital en la gestión la misma. Además, se realiza una descripción de sus enfoques e importancia para la gestión educativa, enmarcados en un contexto mundial de cambios y nuevos retos para la educación, donde se destaca la gestión del docente como generador de aprendizaje relacional, como transformador social y el valor de la interacción con los estudiantes, lo que constituye un aporte significativo en la construcción de relacionamiento y reputación institucional. Adicionalmente, varias direcciones futuras de investigación en el área son resaltadas y descritas.
Palabras clave: Capital intelectual, capital relacional, docente, gestión educativa

ABSTRACT:

The relational capital is considered as one of the three fundamental cores of the intellectual capital, and also as a competitive advantage for the organizations. The interest in this area has been increasing with an application focus on the company. Nevertheless, studies on educational organizations are still limited. Because of this, there appears to be a real need of an analytical review of the recent developments in the relational capital domain focused on educational organizations. In this paper, a systematic review of literature on the teacher as fundamental component of the relational capital of the educational institutions is presented; and at the same time the relevance of this capital in its own management. Besides, a description of the approaches and the importance for the educational management is carried out. This description is framed in a worldwide context of changes and new challenges for the education, where the teacher management as generator of relational learning, social transformer, and students interactive channel is emphasized, providing a significant contribution to the construction of the educational relationships and reputation. In addition, several research future directions in this field are emphasized and described.
Keywords: Intellectual capital, relational capital, teacher, educational management

1. Introducción

Actualmente, un gran porcentaje de organizaciones de diferentes áreas, realizan identificación y planeación del capital humano, relacional y estructural, con el objetivo de generar valor organizacional y empezar desde allí a sumar en las acciones de mercadeo (Barney, 1991). E.g. el modelo de Skandia inició incorporando el  capital humano y el capital estructural como componentes del capital intelectual, y posteriormente incorporó al capital relacional (CR) (Sumedrea, 2013) el cual ha generado múltiples análisis en el campo mercadológico y comunicacional de los individuos, entendido como la perspectiva estratégica de la “cuenta y razón” de los intangibles de la organización (Garcia, Simo, & Sallan, 2006), donde se suman los "conocimientos y capacidades" de los activos humanos, y se genera aprendizaje relacional y ventaja competitiva en las organizaciones.

Las variables del CR se definen en externas i.e. clientes, proveedores,  alianzas y competencia (Navas & Ortiz, 2003),(Cegarra Navarro & Rodrigo Moya, 2003) e internas i.e. accionistas, directivos y trabajadores (Onge, 1996), que alimentan y potencializan aspectos que tienen que ver con el CR y por ende con la reputación corporativa, la cual es la encargada de generar fidelización y referenciación entre los diferentes grupos de interés, además de ser creada y fortalecida o destruida en el tiempo (Hormiga Pérez, Batista Canino, & Sánchez Medina, 2007).

El CR  utiliza a la reputación como medida de confianza de los consumidores o usuarios en la gestión de los intangibles (Losana, 2012) surgiendo múltiples interrogantes para la identificación de aspectos del CR de los docentes que influyen en la gestión académica en torno a la forma holística como se proyecta la reputación en una organización, teniendo en cuenta  que del relacionamiento y la comunicación asertiva en los diferentes stakeholder, depende la confianza y el compromiso que se proyecte en la sociedad (Kohtamäki, Vesalainen, Henneberg, Naudé, & Ventresca, 2012). Por lo anterior, la gestión del docente se considera como parte del CR de las instituciones educativas, siendo éste el encargado de construir y transformar reputación en la organización, lo cual se consolida como una estrategia de ventaja competitiva, integrando la identidad e imagen corporativa, percepciones, posicionamiento, good will, sentimientos y experiencias de los grupos de interés asociados a la organización (Ferguson, Ferguson, & Deephouse, 2000),(Carreras, Alloza, & Carreras, 2013), (Manuel & Carrasco, 2004). A pesar de la demostrada importancia del capital relacional, los estudios de esta en el marco de las instituciones educativas son limitados aún, por lo que al parecer existe una real necesidad para una revisión analítica de los recientes desarrollos en este dominio.

Este trabajo presenta una comprensiva revisión sistemática de literatura en torno al capital relacional en conjunto con sus enfoques y características, como herramienta estratégica del capital intelectual en el marco de la gestión del docente en las instituciones educativas, a partir de sus principales funciones académicas que impactan el capital relacional (Edvinsson, 1996)(Aisenberg, Ferenhof, Durst, Zaniboni, & Selig, 2015). La revisión de literatura fue llevada a cabo mediante la consulta “((Intellectual capital) AND (relational capital) AND (lecturer or teacher or profesor)AND (academic management))” en SCOPUS arrojando 237 resultados de los cuales fueron seleccionados 78 teniendo como criterios la inclusión de las temáticas de CR, gestión universitaria y reputación corporativa.

2. Capital relacional en la gestión universitaria

Diferentes autores han analizado dentro del capital intelectual las variables del CR (Bueno et al., 2011),(Bueno, Paz Salmador, & Merino, 2008a),(Cegarra Navarro & Rodrigo Moya, 2003),(Dumay, 2012),(Edvinsson, 1996),(Edvinsson & Kivikas, 2007),(Aisenberg, 2015),(Sumedrea, 2013),(Villafañe, 2005), (Roos & Roos, 1997),(Roos, 2001), demostrando una alta articulación del CR dentro del capital intelectual. En los enfoques del CR, se logra identificar la evolución del concepto y su dinámica adaptativa a las necesidades del individuo, de la organización y de la sociedad, en la comprensión de mejores alternativas que sean pertinentes y generen mayor impacto al desarrollo de temáticas como integralidad del individuo, innovación, emprendimiento, sostenibilidad, creatividad, entre otras. De esta manera se busca que los diferentes stakeholders actúen de manera holística a los principios y que produzcan rendimientos organizacionales incidiendo en el bienestar de los individuos. (Dopico, 2009).

Enfoques del capital relacional

El CR ha sido abordado en la literatura, desde cuatro diferentes enfoques. (Figura 1).  Un primer enfoque es la visualización como activo complementario desde la organización que hace alusión al relacionamiento, el cliente y la generación de valor, (Edvinsson, 1996), (Edvinsson & Kivikas, 2007). Seguidamente se identificó que el CR se podía clasificar en 1. Capital relacional de negocio y 2. Capital relacional social; el primero hace énfasis en el que tienen acomodo los flujos de información y conocimiento de carácter externo y que tienen relación con la naturaleza del negocio, como son: proveedores, clientes o usuarios y aliados. El segundo, que es el CR Social, guarda su enfoque al marco de relaciones fuera del ámbito del negocio y que corresponden al compromiso social, imagen pública, reputación, prestigio y acción social (Bueno, Paz, & Merino, 2008) (Aisenberg, 2015).

Figura 1. Enfoques del capital relacional.
Fuente: Construcción propia

Otra de las características encontradas como enfoque es la existencia de una conexión directa con la atención en los diferentes grupos de interés de clientes, proveedores y los demás grupos que la organización considera pertinentes, pero teniendo como eje central la estrategia, respaldada por el compromiso de los directivos y ejecutada adecuadamente por los demás integrantes de la organización (Roos & Roos, 1997)(Roos, 2001). Y por último, un enfoque reputacional, que analiza los diferentes grupos de interés dentro del CR con las temáticas de reputación corporativa (Villafañe, 2005) donde, adicional a las variables inmersas del CR, se tienen en cuenta la marca de la institución en el medio, el reconocimiento, la responsabilidad social, la imagen, la identidad corporativa, entre otras.

En el caso del relacionamiento estratégico en las instituciones de educación superior, los recursos que influyen directamente son la gestión del conocimiento y la reputación corporativa, ya que en la medida en que más se profundice en estas temáticas mejor será la apuesta educativa en la sociedad (Guerrero & Monroy, 2015).

Variables internas y externas del capital relacional

En la búsqueda del análisis e interpretación del CR, en este artículo se clasifican los diferentes aspectos en dos categorías denominadas internas y externas como se muestra en la Figura 2. La primera hace alusión a los grupos de interés que existen o se generan por dentro de la organización y que son el primer objeto de análisis en cualquiera de ellas para generar identidad y proyectar los valores misionales (Cegarra Navarro & Rodrigo Moya, 2003). La segunda hace referencia a los diferentes públicos externos que contribuyen al desarrollo y la permanencia de la empresa en el medio, siendo los encargados de generar una imagen que les permite mantenerse o no afiliados a una marca (Onge, 1996).

Figura 2. Enfoques del capital relacional.
Fuente: construcción propia

El reto de las organizaciones académicas es gestionar las actividades diarias propias de los diferentes procesos académicos y que esto sea percibido por los stakeholders en aspectos como la ética y el buen gobierno, la innovación, la calidad de productos y servicios, un buen entorno de trabajo, preocupación por la responsabilidad social corporativa, consecución de buenos resultados financieros y un fuerte liderazgo con visión de futuro (Hernández & Iglesias, 2011), en la medida en que se acrecientan los rendimientos financieros, en esa misma medida se genera ventaja competitiva y creación de valor para la organización (Rao, Agarwal, & Dahlhoff, 2004) logrando así consolidar la reputación interna desde la perspectiva de los altos directivos y empleados, generando construcción de procesos internos que potencializan las habilidades y destrezas de los integrantes de toda la organización.

El docente en el Capital Relacional

Las sensaciones y experiencias de los empleados al interior de una organización, son transferidas a los clientes o usuarios (Olmedo-Cifuentes, Martinez-Lein, & Davies, 2014), siendo los empleados las piezas clave que generan aprendizaje relacional (Onge, 1996). El nivel de satisfacción de los empleados al interior de la organización potencializa los resultados de innovación y de proyección en estrategias de desarrollo individual y de equipo (Griffin, Patterson, & West, 2001).

Las funciones que realiza un docente en las organizaciones de educación superior, generalmente están categorizadas en docencia, investigación, innovación y transferencia de conocimiento, de gobierno, dirección y gestión, aunque existen dos categorías a las que se les dedica el mayor tiempo: la docencia y la investigación.  La primera, que es la naturaleza de toda organización académica, es donde finalmente el docente demuestra las capacidades personales y profesionales. Sin embargo, debe tener claridades como lo expresa la OCDE en su texto La Educación en Colombia: “El reto principal es cómo modificar un sistema creado para preparar a una minoría de estudiantes para la universidad y transformarlo en un sistema de inclusión que responda a las diversas aspiraciones y capacidades de los estudiantes” (OCDE 2016, 233), La segunda, la investigación, aporta prestigio y relevancia académica en el medio y es la base para incursionar en proyectos de ciudad y de país en los diferentes sectores económicos. Adicionalmente, la investigación permite que las organizaciones académicas participen en los diferentes rankings a nivel mundial, como el Ranking de las Universidades del Mundo, cuya atención está inmersa en la investigación y tienen como criterio los artículos de investigación del Journal Citation Reports. (Pérez-Cárceles, Gómez-Gallego, Gómez-Gallego, & Gómez-García, 2013).

Existen diferentes estudios que han identificado por genero la productividad investigativa, concluyendo que en la mayoría de casos supera la contratación y producción de los hombres a las mujeres (Hafsa Akhri, 2008), las causas van desde la poca oportunidad de formación en las mujeres por compromisos familiares, ya que son quienes tiene la responsabilidad de educar y ofrecer un mayor acompañamiento a los hijos, otra causa es que en las universidades se tienen más en cuenta aspectos investigativos que docentes para contratar y la poca productividad investigativa en las mujeres ha hecho que este sea una dificultad (Sierra, Buela-Casal, Bermudez, & Santos-Iglesias, 2009).

La economía de la reputación, es un término empleado para motivar a las organizaciones a la innovación de la reputación corporativa y de la marca, ya que en la actualidad la innovación real es compleja de conseguir, es por esto que los intangibles representan una herramienta importante para competir con las empresas, las instituciones, las ciudades y los países (Alloza, n.d.) y (Martins & Pinto, 2008), lo cual se logra utilizando estrategias como las de employer branding que es la gestión que se realiza con el capital humano al interior de la organización (Hernández & Iglesias, 2011) y que pretende construir la propia marca corporativa y proyectar el éxito, que para el caso de los docentes universitarios será de gran utilidad en las acciones que las organizaciones planeen para lograr el equilibrio entre lo prioritario y lo urgente de las labores académicas y administrativas a las que debe responder y que se disminuyan los índices de estrés, agotamiento emocional y despersonalización en el trabajo (Guerrero Barona, 2003).

Si el docente se encuentra satisfecho y motivado al interior de la organización académica, esa conexión se transmite a los estudiantes y compañeros de trabajo, consolidándose como un buen talento que se convertirá en ventaja competitiva fortaleciendo la cultura organizacional, visibilizándose la organización como una alternativa donde muchos quisieran laborar (Hernández & Iglesias, 2011), situación que genera identidad e imagen de marca positiva.

Sin embargo, Colombia viene atravesando una situación de análisis de todo su sistema educativo, que permita dar un giro importante a la estructuración de políticas claras desde la intervención del docente en el aula permitiendo, como lo cita la OCDE, el abordaje de estrategias para la consolidación de mejores índices de relacionamiento entre las personas.  “Las encuestas a empleadores indican que las competencias más solicitadas en el área de trabajo colombiano son sólidas competencias básicas cognitivas junto con competencias no cognitivas (pensamiento crítico, resolución de problemas y comunicación) y competencias sociales y afectivas (perseverancia, autocontrol y la capacidad de entablar buenas relaciones con los demás)” (Cunningham y Villaseñor, 2014). (OCDE 2016, 236).

De la misma manera, en el CR se ahonda en temáticas que involucran un sentido holístico a la medición de las variables que hacen parte del componente relacional. Teniendo esto en cuenta, no solo se analiza desde el aspecto externo la mirada de clientes, proveedores o alianzas (Navas & Ortiz, 2003), sino que también se tiene en cuenta el personal al interior de la organización (Onge, 1996) para formular estrategias que resulten ser ventaja competitiva y validadoras de reputación corporativa.

En el recorrido investigativo y con el fin de identificar modelos de medición para los aspectos reputacionales, se encuentra el reconocido Rep Track Pulse (“El Foro de Reputación Corporativa una metodología : RepTrak TM,” 2002), una herramienta de medida que analiza las variables de oferta, innovación, trabajo, gobierno, ciudadanía, liderazgo y finanzas, teniendo como base cuatro componentes: estima, admiración, confianza e impresión, que facilita la comprensión de diferentes aspectos organizacionales como identidad e imagen de marca, reputación corporativa y demás, articulados al marketing corporativo (Balmer, 2006), considerados como base para la medición de la variable “docente”.

Aprendizaje relacional

Las nuevas dinámicas de las universidades, han hecho que los docentes modifiquen la metodología de enseñanza, el docente es el encargado de articular la teoría y la práctica en los diferentes espacios de aprendizaje y requiere de alternativas pedagógicas y metodológicas que conecten al estudiante de manera constructiva y propositiva a continuar investigando y profundizando en temáticas que le generen articulación de saberes, es por esto que la nueva mirada educativa, ha hecho que los docentes exploren nuevas maneras de comunicarse, encontrando en ellos mismos capacidades y competencias para participar activamente en la dinámica académico-organizativa de la institución, gestión que finalmente incita al docente a la generación de relacionamiento al interior del aula y de la organización, con el fin de motivar en la participación de comités, redes, agremiaciones y cualquier tipo de actividad con el objetivo de proyectar alternativas que generen imagen, reconocimiento y reputación corporativa (Torello, 2011).

En el desarrollo de la investigación surgen algunas inquietudes como ¿cuál será la mejor estrategia pedagógica? ¿Acaso el docente en su afán de realizar un trabajo académico se esfuerza por generar conocimiento? o se estará solo informando al estudiante. Quizá la respuesta dependerá de cada necesidad organizacional y del contexto donde se esté, lo verdaderamente interesante será pensar en la esencia del docente como transformador de la sociedad y en la búsqueda de la felicidad de sus estudiantes, enseñando en el aula “al negocio solo como un medio para conseguir el ocio” (Rul·lán, 1997). El docente será el que por medio de un conocimiento de calidad, articulado con la manera como lo transmita y los valores humanos con los que motive a sus estudiantes, conlleve a ser generador de alternativas para que se mantenga el equilibrio entre lo personal y profesional, con calidad, respeto, generosidad y responsabilidad.

En la actualidad las estrategias de los docentes, han hecho que la utilización de  herramientas tecnológicas o aplicaciones digitales se vuelvan más frecuentes en el desarrollo académico, cosa que resulta interesante y hasta un verdadero reto, lo que se sugiere es que no se pierda la mirada comunicacional, de trabajo en equipo, de valores y sentimientos, es adaptar las tendencias a las necesidades y no depender exclusivamente de ellas para ser felices (Gardner y Davis, 2014)

El docente como transformador social

Los indicadores representan en el diario vivir una respuesta importante a las inquietudes de los modelos académicos, es por esto que quizá el objetivo del docente  sea responder a ello para conservar un lugar de trabajo, quedar en primeras y reconocidas listas de ranking o hasta visibilizarse ante los sistemas de medición, pero en algunos casos se difumina la verdadera razón de ser de un docente en los claustros universitarios y en la sociedad, el docente no debe perder la esencia de ser aquel, que no solamente responde a indicadores, sino que educa en la vida y para la vida, aquel que es ejemplo de lucha, de tenacidad, de disciplina, de motivación, de sueños, de liderazgo, de inspiración, aquel que pone en escena la realidad empresarial con la fundamentación teórica e investigativa para hacer posible lo que en algunos momentos resulta imposible.

El docente, no solo será aquel que transmite un conocimiento específico, con una metodología moderna, en una contextualización actualizada, la función va más lejos en su doble misión pedagógica, orientando al individuo en la integralidad, llevándolos a que con esfuerzo,  respeto, tolerancia y compromiso, asuman en el menor tiempo posible hacer parte del desarrollo económico y social de una región, departamento y país, será el docente por medio de su capacidad de investigación, análisis y renovación constante, el encargado de motivar, cautivar y generar en el estudiante y en la organización universitaria el relacionamiento adecuado, crítico y reflexivo que permita evolucionar en aspectos de trabajo en equipo, sensibilidad social, inteligencia emocional, prospectiva e innovación (Emilio, Pescador, & Asimov, 2003).

En la transformación de los modelos académicos, el docente es el principal aliado en el cambio de paradigma enseñando la relación entre la inteligencia y el carácter del individuo con la felicidad (Aristóteles, 2001), en esa misma transformación los docentes requieren regresar a lo simple, a lo básico a lo natural, a la comunicación, al relacionamiento, al trabajo colaborativo, y con la única búsqueda de originar transformación en una sociedad cada día más llevada por el consumismo.

Interacción docente – estudiante en la generación de Capital Relacional

En la gestión universitaria la relación del estudiante con el docente y la institución, resulta ser tan importante como menciona (Oliver, 1999): que la lealtad es conductual y actitudinal, pero también influye en gran medida la emocionalidad por los aspectos psicológicos que se generan en la relación cliente-empresa o estudiante-institución y que conllevan a una relación duradera. Es por esta razón que las acciones encaminadas a la tendencia del marketing relacional, se consideran como una ventaja competitiva de aplicabilidad que difícilmente tiene imitación (Sandvika, 1998), y que es responsabilidad de la gestión que se realice en este aspecto desde los docentes, para involucrar de manera holística a los stakeholders de las universidades.

Al referirse a CR,  este se asocia a capital social, esto ocurre porque debe entenderse desde la perspectiva de un entorno evolutivo y cambiante, influenciado por elementos como la confianza, los valores éticos, la conciencia cívica, la asociatividad y la cohesión social (Saiz & Jiménez, 2008), aspectos que están asociados a lo que se comenta en la evolución del mercadeo, donde se requiere una articulación al contexto moderno, por ejemplo el modelo de las cuatro P resultó corto en la interpretación de nuevas alternativas comerciales, ya que no es aplicable en algunas situaciones de mercadeo (Grönroos, 1995).

Todo este engranaje de interacciones relacionales, debe permitir considerar las acciones cotidianas del cuerpo docente en la construcción de competencias para el adecuado relacionamiento de los diferentes seres humanos en las diferentes sociedades, como lo cita el MEN en el 2012, documento de política docente “La política de formación docente en Europa se fundamenta en la concepción de la educación como factor determinante del desarrollo humano y la calidad de vida. Se reconoce que el desarrollo del talento humano de niños, niñas y jóvenes recae esencialmente en los docentes, y por ello su formación académica, científica y técnica cobra una importancia capital para los distintos gobiernos nacionales y para la comunidad europea en su conjunto, como organización que proyecta la acción hacia el futuro” (MEN 2012, 14).

Esto permite prospectar lo que pudiese ocurrir en términos del impacto con el sector productivo, por lo que es necesaria una percepción diferente y hasta se vivencia un nuevo paradigma, cuando evolucionan las tendencias de los negocios a un nuevo enfoque, como es el mercadeo de servicios que en este caso el eje central es el servicio educativo y la relación con el cliente o estudiante; es por esto que se hace necesario un enfoque orientado a acciones de gestión y relacionamiento para articular el mercadeo en la estructura organizacional educativa.

3. Conclusiones

El capital relacional, concebido como el conjunto de relaciones que las organizaciones mantienen con su entorno y que deben fortalecerse, constituye un interés estratégico para la gestión educativa, pues ofrece una valoración externa o de mercado de su base de conocimientos actuales, además de brindar información acerca de las tendencias o intereses  que  muestran  los  agentes  de  su  entorno,  los  cuales  resultan  cruciales  para  detectar oportunidades  tecnológicas  o  de  mercado  que  guíen  sus  procesos  de generación, transferencia, difusión  y capitalización del conocimiento.

El docente como gestor dentro de las organizaciones académicas, ha pasado de ser un catedrático para involucrarse paulatinamente en procesos administrativos que le generan relacionamiento y visibilidad a los programas académicos y a la marca organizacional, es por esto, que es de gran importancia las acciones relacionales que se implementan en la categorización de las tres funciones principales del docente: cátedra en aula, investigación y extensión. Del compromiso, motivación y disciplina de los docentes, dependerá que los estudiantes se conecten con el proceso académico, pero sobre todo, con la proyección del plan de vida y el aporte a la sociedad, contribuyendo al crecimiento y desarrollo de propuestas en beneficio de todos los grupos de interés de una organización.

Basado en este análisis a partir de la revisión de la literatura, se propone como trabajo futuro el estudio del CR como potencial para la generación de innovación en las instituciones de educación superior en conjunto con la reputación corporativa como consecuencia de la gestión del CR.

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1. Grupo de investigación GIRE, Institución Universitaria Salazar y Herrera, Medellín, Colombia. Grupo de investigación CyGO, Universidad de Medellín, Medellín, Colombia. Email: ledygb@gmail.com
2. Grupo de investigación CyGO, Universidad de Medellín, Medellín, Colombia. Email: gamorlop@gmail.com
3. Grupo de investigación GEA, Institución Universitaria Salazar y Herrera, Medellín, Colombia. Email: migb2b@gmail.com

4. Grupo de investigación GIRE, Institución Universitaria Salazar y Herrera, Medellín, Colombia. Grupo de investigación CyGO, Universidad de Medellín, Medellín, Colombia. Email: Elondono77@gmail.com


Revista Espacios. ISSN 0798 1015
Vol. 37 (Nº 33) Año 2016

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