Espacios. Vol. 35 (Nº 13) Año 2014. Pág. 15

El papel de la integración Universidad-Empresa-Estado como estrategia en el fortalecimiento de los Sistemas Regionales de Innovación

The role of integration University-Industry-State as a strategy to strengthen the Regional Innovation Systems

Jonathan BERMÚDEZ Hernández 1; Mónica CASTAÑEDA Riascos 2; Jhoany Alejandro VALENCIA Arias 3

Recibido: 28/08/14 • Aprobado: 23/0914


Contenido

1. Introducción

2. Contexto: ¿Cómo se comprenden los Sistemas Regionales de Innovación?

3. Articulación de las universidades en los Sistemas Regionales de Innovación

4. El modelo de Triple Hélice como un camino viable para el desarrollo de los Sistemas Regionales de Innovación

5. Conclusiones

Bibliografía


RESUMEN:
Las universidades se han convertido en actores fundamentales en el surgimiento y fortalecimiento de los Sistemas Regionales de Innovación (SRI) que propician el desarrollo en los países que los conforman. A partir de 3 grandes elementos se abordarán los SRI, el protagonismo de las universidades en su gestión y el papel que tienen los gobiernos en su desarrollo. El primer elemento consiste en la generalidad de los SRI y el contexto de su evolución; el segundo corresponde al papel fundamental que tienen las universidades en el desarrollo de estos sistemas y cómo pueden influir en una exitosa implementación; y finalmente se hace referencia a la relación que existe entre universidad, estado y empresa, como generadores de sinergias en la configuración de un SRI. Se concluye que la consolidación de un SRI permite el desarrollo social, económico, industrial y tecnológico del área geográfica en la que se configuran, a través de mecanismos de capitalización del conocimiento mediante estrategias como las Spin Off, generadas en las universidades.
Palabras calves: Sistemas Regionales de Innovación, Spin Off, Triple Hélice

ABSTRACT:
Universities have become fundamental actors in the emergence and strengthening of Regional Innovation Systems (RIS), which promote the development in the countries that comprise them. SRI, the leading role of universities in their management and the role of governments in their development will be addressed from 3 main elements. The first involves the generality of the SRI and the context of their evolution. The second corresponds to the fundamental role of universities in the development of these systems and how they can influence in their successful implementation. Finally, it refers the university-state-enterprise relationship as synergies generator in the configuration of an SRI. It is concluded that the consolidation of a SRI allows the social, economic, industrial and technological development of the geographic area in which it is configured through mechanisms of knowledge capitalization with strategies such as Spin Off that are generated in universities.
Key words: Regional Innovation Systems, Spin Off, Triple Helix

1. Introducción

Los Sistemas Regionales de Innovación se han constituido como una alternativa viable para el desarrollo tecnológico, industrial y social de las regiones; en ese sentido, este artículo tendrá como objetivo describir el funcionamiento de estos SRI, desde la perspectiva de diversos autores y la importancia de las universidades dentro de la gestión de los mismos.

En el primer apartado el lector podrá encontrarse con una contextualización sobre la manera en que son comprendidos los SRI, reconociendo que aún hoy, no hay un concepto aceptado en su totalidad; en consecuencia, se tratará de dar algunas visiones que permitan tener una claridad general del concepto, presentando algunos elementos que permitan comprender la importancia de estos Sistemas Regionales de Innovación, además de las implicaciones de los mismos en el desarrollo regional e identificando, a aquellos actores considerados claves, dentro de su conformación.

El siguiente apartado estará dedicado al tema principal que corresponde a este artículo: la importancia de las universidades y cómo estas se articulan en la consolidación y gestión de los Sistemas Regionales de Innovación. Se exponen algunas formas en que las universidades producen y gestionan el conocimiento en función de permitir la innovación y el desarrollo tecnológico, así como el establecimiento del nuevo paradigma que constituyen estas instituciones: emprendedoras desde la conformación de organismos como las spin-off.

Posteriormente se ahonda sobre del modelo de Triple Hélice, desarrollado en 1997 por Etzkowitz y Leydesdorf, como un camino viable para fortalecer los sistemas de innovación, desde una visión académica; el modelo, permite estudiar la manera en que las instituciones (universidades, empresa y gobierno) interactúan, permitiendo la generación y aplicación de conocimiento para el desarrollo tecnológico, social e industrial.

Finalmente, se presentan las conclusiones producto de este artículo y algunas recomendaciones, orientadas al fortalecimiento y consolidación de los Sistemas Regionales de Innovación, además de la articulación de las universidades en estos procesos de innovación y desarrollo tecnológico a nivel regional.

2. Contexto: ¿Cómo se comprenden los Sistemas Regionales de Innovación?

Es importante resaltar que aún no existe consenso o definiciones generalmente aceptadas sobre el concepto de SRI; sin embargo, se harán algunas precisiones con el fin de que haya un margen de comprensión al respecto. Puede entenderse entonces un Sistema Regional de Innovación, como el conjunto de organizaciones institucionales y empresariales que actúan dentro de un área geográfica determinada, las cuales interactúan para disponer recursos orientados a la generación y difusión de conocimiento, lo que permite la emergencia de innovaciones, base del desarrollo económico, produciendo efectos generalizados y sistémicos que estimulan a las empresas dentro del área para desarrollar formas específicas de capital, que se derivan de las relaciones sociales, normas, valores e interacciones dentro de la comunidad con el fin de reforzar la capacidad innovadora y la competitividad regional (Doloreux, Parto, 2005).

Según Buesa et. al., (2006), el concepto fue desarrollado por primera vez en la obra de Freeman (1987) "Technology Policy and Economic Performance: Lessons from Japan", a partir de la cual ha sido complementado por diversos autores como Lundvall (1992), Nelson (1993) y Edquist (1993). De acuerdo con los desarrollos de Edquist (1997), las características más relevantes en el concepto de SRI las constituyen la innovación y el aprendizaje como núcleo de su enfoque, que es integral y de carácter interdisciplinario con características de interdependencia no lineal. En este enfoque de SRI, la innovación basada en el conocimiento es el buque insignia que mantendrá el conocimiento y la prosperidad (Power, Malmberg, 2008)

El concepto de SRI puede apuntar al conjunto de redes establecidas entre organizaciones públicas y privadas, presentes dentro de una misma región, quienes aprovechan sus diferentes enfoques, servicios, productos e infraestructuras para generar y extender el conocimiento y las innovaciones.  A través de estas redes, las instituciones que las conforman direccionan estrategias hacia la formación del capital humano, la transferencia de la información y el conocimiento de carácter colaborativo, así como las estructuras de producción generadas dentro de los SRI (Buesa et. al. 2006)

La definición propuesta por Doloreux, Parto (2005) está relacionada con un grupo de activos intangibles, que permite el desarrollo y la permanencia de estos sistemas; entre ellos, se cuentan los activos regionales socio-culturales y políticos, el flujo informacional de conocimientos, entre las diferentes partes que conforman estos sistemas regionales y la capacidad de estas regiones para mantener sus ventajas y competencias distintivas. En otras palabras, lo que los autores indican es que la condición para asegurar SRI dinámicos y perdurables, es el reconocimiento de la cultura y la estructura política en el nivel regional, así como la circulación del conocimiento generado para que haya un proceso de apropiación y finalmente, la importancia de mantener esos elementos diferenciadores y característicos de la región para hacer frente a la competencia.

Hasta ahora, se observa que según esta perspectiva en un SRI, la región como estructura social juega un papel relevante dentro del logro de los objetivos y los proyectos propuestos por las diferentes organizaciones del sistema, ya que según Doloreux, Parto (2005) esta es comprendida como pilar de organización económica y tecnológica que se convierte en el motor de funcionamiento de los sistemas de innovación. La región también constituye una organización que permite la generación de políticas y medidas a nivel nacional, útiles para el fortalecimiento de los mismos SRI.

De manera más precisa, los SRI pueden ser entendidos como el conjunto de tres actores principales interrelacionados: universidades, empresas e instituciones que promuevan la investigación, encaminadas hacia la generación, difusión y apropiación de la innovación tecnológica (Chung, 2002). Estos SRI están dados por una infraestructura que se soporta en la sinergia de la estructura industrial, las distribuciones geográficas, es decir, la región o el contexto en sí mismo y estructuras académicas presentes en las universidades. La sinergia también da paso a la fortificación y consolidación de los mismos SRI (Leydesdorff, Meyer, 2006).

Los actores descritos anteriormente, se refuerzan con lo expuesto por Doloreux (2002), explicitados en la Tabla 1 y considerados fundamentales en el desarrollo de un Sistema Regional de Innovación:

Tabla 1. Elementos básicos de un Sistemas Regional de Innovación

ELEMENTOS BÁSICOS DE UN SRI

Las empresas

Agentes económicos, consideradas organizaciones de aprendizaje, que interactúan y comparte su entorno, cuya responsabilidad es generar y difundir el conocimiento. Cada empresa vinculada al SRI puede desempeñar los papeles de: usuario, productor, colaborador o competidor.

Las instituciones

Son jugadores importantes que pueden influir en la creación, el desarrollo, la transferencia y utilización de tecnologías. Dentro de estas instituciones se pueden encontrar, aquellas dedicadas a la investigación industrial y al desarrollo, las universidades y las instituciones gubernamentales. Estas instituciones benefician al sistema de innovación propiciando desde su gestión un ambiente favorable para la innovación y el desarrollo de normativas que promuevan las interacciones sociales estables, necesarias dentro de un SRI.

Infraestructura del conocimiento

Para el desarrollo de los SRI, es posible destacar tres estructuras conformadas por organizaciones públicas o privadas que desempeñan diferentes papeles para producir, financiar, coordinar, supervisar y evaluar los esfuerzos de innovación. Una primera forma consiste en las estructuras de apoyo innovadoras que promueven la difusión de la tecnología, como por ejemplo, los parques científicos y los parques tecnológicos. Una segunda forma, centrada en la difusión del conocimiento, consiste en la transferencia tecnológica pública y agencias de innovación de asesoramiento, cuya función es brindar apoyo técnico e información a las empresas basadas en el conocimiento. La tercera estructura la conforman las universidades, institutos de investigación y laboratorios, quienes están involucrados con la producción, coordinación y educación en temas de conocimientos científicos y tecnológicos encaminados a la I+D (Investigación y Desarrollo).

La política de innovación

Las políticas definidas para los Sistemas Regionales de Innovación están destinadas a mejorar las interacciones entre las infraestructuras del conocimiento, las empresas y las instituciones. En otras palabras, la política de innovación es el eje que articula los diferentes actores involucrados en los SRI y desde su concepción deben responder, tanto a las necesidades individuales como colectivas en el tema de innovación. Las políticas de innovación también están dadas para monitorear el comportamiento global de la innovación y de esa manera poder actuar y aplicar mejoras al marco institucional que acoge al sistema regional, desde la formulación y aplicación de políticas. 

Fuente: Adaptación propia a partir de Doloreux (2002)

El proceso más importante para explicar la evolución y consolidación de un SRI es la interacción que se da entre las mismas organizaciones que hacen parte del sistema, y con el contexto o medio ambiente al cual pertenecen (Doloreux, 2002). Las interacciones están presentes en aspectos como los flujos de conocimientos e información, el flujo de las inversiones, la creación de redes y otras asociaciones. Este argumento defiende que el sistema de innovación no puede funcionar de manera aislada o depender exclusivamente de los recursos y la gestión interna que hace del mismo, ya que su valor está en su relación con el contexto y el beneficio mutuo que se genera; se refuerza la idea de que los aspectos de la región son aspectos relevantes en el éxito de un SRI.

A nivel regional hay otros elementos que afectan el funcionamiento de los sistemas de innovación (Buesa et al., 2006): la estructura productiva, el empleo y el intercambio comercial con mayor o menor contenido tecnológico, el acceso a otros mercados, el conocimiento acumulado y generado determinado por la calidad de las universidades, el tamaño del mercado regional, representado por el valor del PIB (Producto Interno Bruto) y los indicadores sociales de la población presente en esa región.

Los anteriores elementos pueden entenderse como indicadores que dan cuenta del funcionamiento de estos sistemas regionales, la calidad y el impacto de los mismos. Así pues, se reconoce que un SRI debe apostarle a la excelencia en la investigación científica, la excelencia en la innovación que es comercialmente factible, así como en la creación de valor en términos de crecimiento, prosperidad, empleo, y demás elementos necesarios para el desarrollo económico y social de una región (Power, Malmberg, 2008).

Algunos autores consideran que los SRI pueden ser vistos como un subconjunto de los Sistemas Nacionales de Innovación (SNI) y aunque en parte puede ser tomado como válido, aún no hay un consenso al respecto; sin embargo, es claro que los SRI tienen impacto e influyen dentro del funcionamiento de los SNI, ya sea desde asuntos de estructura y direccionamiento, o desde el establecimiento de políticas y normas orientadas al desarrollo y fortalecimiento de los sistemas regionales (Doloreux, 2002).

Siguiendo la idea del párrafo anterior, una de las principales razones para la conformación de un SRI es la generación de un Sistema Nacional de Innovación eficaz e integral, gracias a los diferentes sistemas de innovación que se conforman a nivel región. Acorde a eso, tanto SRI como empresas deben implementar estrategias orientadas a la creación de conocimiento y aprendizaje continuo, buscando que sus regiones, dada su importancia, se conviertan en regiones de aprendizaje (Chung, 2002).

3. Articulación de las universidades en los Sistemas Regionales de Innovación

El objetivo principal de este artículo es resaltar la importancia de las universidades en los Sistemas Regionales de Innovación. Durante las últimas décadas las universidades han adquirido algunas funciones además de la educación y la investigación, tales como los aportes en el mejoramiento de la competitividad de un país, la superación de la injusticia y problemática social, desde programas de extensión y el aporte al desarrollo económico regional. Pero existen diferencias en la vinculación de la universidad al SRI que se evidencian de un país a otro; así como diferencias en la importancia de esta institución, si se está hablando de un SRI o un SNI (Chen, Kenney, 2007) debido a las diferencias culturales del espacio geográfico que cubren.

En primera instancia, las universidades son consideradas relevantes dentro de estos sistemas de innovación por la visión global que tienen, la formación de sus docentes  y las relaciones que establecen con las áreas del conocimiento a nivel mundial; se convierten entonces, en exportadores e importadores de conocimiento (Power, Malmberg, 2008).

La idea de la contribución de las universidades a los SRI se basa en dos postulados fundamentales (Power, Malmberg, 2008):

  1. La producción de conocimiento que hacen las universidades y los resultados científicos de investigaciones se pueden convertir en patentes, productos y servicios de aplicabilidad para la región y los sectores económicos. Esta producción es valiosa solo si la universidad es capaz de transferir el conocimiento a la industria; para ello, puede establecer redes de colaboración con empresas o centros de transferencia tecnológica para comercializar el conocimiento generado (Goddard et. al. 2012).
  2. El involucramiento de las universidades con los SRI permite la transferencia y el intercambio de conocimiento con las empresas y el gobierno. Los intereses comunes entre empresa y universidad, dan como fruto negocios encaminados al intercambio y generación de conocimientos y tecnologías que pueden aportar al fortalecimiento de la gestión de ambos actores involucrados (Ramos et. al., 2010) posibilitando así la vinculación de las universidades dentro de los procesos desarrollados por los SRI.

La Comisión Europea establece que las regiones son fundamentales para las universidades, los centros de investigación, instituciones de enseñanza y las PYME (Pequeñas y Medianas Empresas), ya que estas son su principal socio institucional, claves para el proceso de innovación (Goddard et al., 2012); pero en ocasiones, las relaciones que las universidades han tenido con las regiones tienden a ser problemática, porque estas llegan en una postura dominante, dispuestas a trabajar en sus propios términos y sin darse la oportunidad de establecer una relación interdependiente con los demás actores involucrados.

Para la relevancia de la región en los SRI, la situación anterior se torna compleja; sin embargo, según Allison, Eversole (2008) las universidades deben desempeñarse como catalizadores de desarrollo regional, al ser instituciones que crean y difunden conocimiento. Adicionalmente, Lenger (2008) expone que las universidades generan efectos indirectos sobre las regiones, diferentes a los efectos directos de su gestión desde los centros investigación y sus unidades académicas; también, han empezado a crear una cultura menos conservadora, más abierta a nuevos hábitos, normas y lo más importante, mucho más tolerante con el cambio y las nuevas ideas. La contribución que hacen las universidades en aspectos culturales es importante, porque permite  que la difusión y apropiación de un sistema de innovación sea más eficiente.

A pesar de lo anterior, autores como Charles (2006) y Power, Malmberg (2008), indican que se hace necesario establecer discusiones y reflexiones más profundas que indaguen sobre el papel de las universidades en los sistemas de innovación, así como el impacto que estas ejercen sobre las regiones.

Charles (2006) recomienda examinar las diferentes formas de conocimiento y la manera cómo ha sido transferido para contribuir al desarrollo tecnológico y la mercantilización del capital humano y social, además de observar el funcionamiento de los sistemas nacionales de educación superior, los programas nacionales y regionales de innovación y la forma en que estos interactúan en regiones específicas. Todo esto para determinar de manera clara el impacto de las universidades en las SRI.

Como se indicó al principio de la sección, las universidades y su vinculación con los sistemas de innovación pueden variar de una región a otra. Es posible que la región sea poco desarrollada, lo que puede llevar a la inexistencia de la capacidad industrial para asimilar el conocimiento proveniente de las universidades; lo anterior, sumado con una gestión débil de recursos por parte de los entes gubernamentales para apoyar la innovación de las universidades en la región (Charles, 2006), significará el fracaso del SRI. Las universidades deben entonces buscar oportunidades de comercialización de conocimiento con empresas nacionales o internacionales (Goddard et al., 2012), pues la restricción presupuestaria de la gobernanza regional limitará el aporte de la institución a un SRI.

Para Charles (2006) los recursos escasos para incentivar la innovación en las instituciones universitarias se fundamenta en la estructura de gobierno: Alemania, Holanda y Australia, quienes poseen una estructura descentralizada, tienen una distribución de recursos para investigación e innovación tecnológica más equilibrada que otros gobiernos más centralizados, en dónde se evidencia una manera más desigual del desarrollo regional de la producción de conocimiento, produciendo las variaciones en el papel de las universidades en sus Sistemas Regionales de Innovación.

Cómo estrategia para fortalecer el papel de la universidad en el SRI están las TIC o Centros de Tecnología e Innovación, que actúan como intermediarios externos entre las universidades y la industria (Goddard et al., 2012), también se están desarrollando los Spin-Off universitarios; empresas basadas en el conocimiento científico y tecnológico desarrollado por docentes e investigadores, que son consideradas como un importante instrumento para la transferencia de la investigación a la sociedad, por ser innovadoras, altamente competitivas y de gran aceptación en el mercado (ANCES, 2003 citado por Monge et. al., 2011). Esta figura está motivada por la vinculación de la universidad en SRI y SIN, respondiendo a la política de fomento al espíritu empresarial, cada vez más frecuente en el mundo universitario (Chen, Kenney, 2007).

La estrategia de Spin-Off es reconocida como importante contribuyente al desarrollo económico (Shane, 2004 citado en Greco, M., et. al, 2013), siendo considerada como uno de los principales motores del cambio económico (Bercovitz, Feldman, 2006 citado en Greco, M., et. al, 2013).

Pueden existir otras maneras y estrategias de desarrollo de innovación conjunta, pero las anteriores pueden ser las más relevantes dentro de la consolidación de los Sistemas Regionales de Innovación. Así pues, el hecho de que la creación de SRI cuente  con la participación de las universidades e institutos de I+D, se convierte en una oportunidad para establecer agencias de transferencia tecnológica que le permita al sistema industrial y demás actores involucrados, acceder a conocimientos y competencias que fortalezcan tanto su gestión interna, como el trabajo realizado dentro de estos SRI (Asheim, Coenen, 2005).

Según Power, Malmberg (2008) la universidad puede ir más allá de aportar desarrollo a la región al intervenir en un SRI y generar de alguna manera sostenibilidad económica a su gestión, lo cual ha sido discutido por ciertos sectores. Colaborar con el SRI también resulta competitivo para mejorar en los rankings sobre investigación a nivel internacional, además de formar alianzas con actores regionales  para obtener recursos adicionales; en algunos casos, estas relaciones para obtención de recursos, se traducen en nuevos centros de investigación, fondos para traer expertos del mundo académico para la actualización de conocimientos, o también, para obtener infraestructura que sea de utilidad para el desarrollo de investigaciones en las universidades y para los mismos sistemas industriales (Charles, 2006).

En ese orden de ideas, Gunasekara (2006) evidencia algunos elementos que reflejan contribución de las universidades al desarrollo de los SRI, entre ellos los relacionados con agrupación regional, formación de capital humano, gobernanza asociativa y cultura de la región. Estos elementos aportan no solo a la generación sino al desarrollo de los Sistemas Regionales de Innovación, en tanto que se crean espacios de integración de las actividades de educación y de capitalización del conocimiento, desarrollo de programas de formación genéricos y avanzados para apoyar la creación de empresas y formación de redes regionales que generan capacidad institucional.

Complementando lo propuesto en el párrafo anterior, Fernández et. al., (2010) muestran los resultados de un estudio sobre las interacciones empresa-universidad útiles al SRI: El 27% de las empresas establecen convenios para la formación de postgraduados y realización de pasantías, esto evita los procesos de selección de personal y es apoyado por el gobierno; entre el 15 y 25% de las empresas usan la universidad para consultoría y entre un 5 y 15% hace investigación por contrato, es decir, contrata las instalaciones universitarias así como personal para I+D; también, 5% de los spin-off's, start-up's, licencia o venta de patentes de las empresas son de manera conjunta con universidades, pero sólo 2% de las empresas realiza seminarios, difusiones y publicaciones.

En conclusión, las universidades son actores claves dentro de la dinámica de los SRI, teniendo en cuenta su gestión y actualización del conocimiento, considerado materia prima de los procesos encaminados a generar innovación; sin embargo, el ingreso de las mismas a un SRI debe planificarse, definiendo claramente cómo será la participación de la universidad en la generación de innovación.

4. El modelo de Triple Hélice como un camino viable para el desarrollo de los Sistemas Regionales de Innovación

Con el fin de aportar al establecimiento y fortalecimiento de los Sistemas Regionales de Innovación, se presenta el modelo de triple hélice, considerado de relevancia dentro del tema desarrollado en este artículo. Este modelo se presenta como una respuesta al cambio tecnológico, la necesidad de cooperación y el establecimiento de alianzas entre las empresas, universidades y  gobiernos, necesarias para el desarrollo de los mercados, la economía y las regiones (Chang, 2010).

El modelo de Triple Hélice (TH) tiene como objetivo identificar los mecanismos específicos y las relaciones institucionales a través de las cuales se generan las condiciones para el desarrollo tecnológico y el crecimiento económico (Chang, 2010). Este objetivo responde directamente con lo propuesto por un SRI, donde se establecen relaciones que incorporan las funciones de I+D de las universidades, institutos de investigación públicos y privados, así como empresas, para propiciar la generación y difusión del conocimiento en pro de la innovación y el desarrollo tecnológico (Asheim, Coenen, 2005).

El modelo permite estudiar cómo se genera el conocimiento que surge de las relaciones entre quienes actúan dentro de un sistema de innovación compuesto por el capital intelectual de las universidades, la creación de riquezas de las industrias y el gobierno democrático de la sociedad civil. La interacción entre estos actores es la que permite que el conocimiento emerja y que pueda ser explotado en función del desarrollo tecnológico del SRI. Esta interacción puede ser comprendida como sistemas de información y comunicación, donde el conocimiento es el elemento integrador de los mismos (Leydesdorff, Deakin, 2011); es ahí donde el modelo de TH estudia estas relaciones e interacciones y la manera cómo estas generan conocimiento, desencadenando la innovación y el desarrollo de la tecnología.  

El modelo se caracteriza por ser un proceso intelectual orientado a visualizar la evolución de las relaciones universidad-sociedad y la manera cómo las universidades, han empezado a intervenir en los procesos económicos y sociales. Según Chang (2010) este modelo ha sido especialmente introducido en el mundo occidental, sobre todo en aquellas zonas donde es necesario fomentar la innovación y el crecimiento de las regiones, que por lo general, obedece a las economías emergentes de, por ejemplo, el sur de África, Asia, y América Latina.

Desde el modelo de TH, se plantea un nuevo paradigma que presenta una misión emprendedora para las universidades, lo que se evidencia en el desarrollo socio-económico, las patentes, licencias e institucionalización de las spin-off, siendo producto del establecimiento de relaciones con las empresas y los entes gubernamentales, como ya se explicó, aportando a la consolidación de los SRI sostenibles (Chang, 2010).

Adicionalmente, según lo indica González de la Fe (2009), el modelo de triple hélice, luego de una década de ser introducido dentro de los SRI ha demostrado ser útil, no solo como impulsor de las innovaciones relacionadas con el desarrollo del mercado, sino también para contrarrestar problemas sociales. Este modelo no solo se convierte en un medio para explotar el capital intelectual en función del mercado, sino también como una estrategia para aportar al desarrollo de la cultura  y de sistemas de innovación en ciudades o regiones emergentes (Leydesdorff, Deakin, 2011).

Según los estudios de Etzkowitz Y Leydesdorff (2000, citados en Chang, 2010), el modelo de Triple Hélice puede ser desarrollado desde tres diferentes aspectos:

I. El estado acoge al mundo académico y a la industria y regula las relaciones que se establecen entre estos. Algunos ejemplos de este modo de operar son la Antigua Unión Soviética y países que funcionan bajo la perspectiva del socialismo. En algunos países de Europa y América Latina fueron implementadas políticas débiles relacionadas con este modelo.

Figura 1. Modelo Triple Hélice: Universidad, Empresa y Relaciones
Gubernamentales. Adaptación Etzkowitz Y Leydesdorff (2000).

II. El segundo modelo de Triple Hélice es el que hace una fuerte separación entre las instituciones con fronteras delimitadas y relaciones claramente establecidas. Este modelo es considerado como el "Laissez-Faire" o dejar hacer.

Figura 2. Modelo Triple Hélice "Laissez-Faire" de la Universidad, Empresa,
Gobierno. Adaptación Etzkowitz, Leydesdorff (2000).

III. Un tercer modelo de Triple Hélice, es el que permite la generación de una infraestructura de conocimiento a partir de las relaciones entre el mundo académico, el gobierno y la industria, en donde la superposición de estas esferas institucionales permite la emergencia de organizaciones híbridas. Este puede ser visto como el modelo más común dentro del contexto tratado en el desarrollo de este artículo.  


Figura 3. Modelo de Triple Hélice entre Universidad, Empresa y Gobierno. Adaptación Etzkowitz, Leydesdorff (2000).

Lo anterior, resume el modelo de Triple Hélice propuesto por Etzkowitz Y Leydesdorff y la manera cómo estos se integran a los Sistemas Regionales de Innovación. A continuación, se presentan algunas características generales del modelo de TH, producto de estudios recientes de Leydesdorff, Deakin (2011):

  1. Este modelo presenta una visión neo-evolucionista de una economía basada en el conocimiento, producto de las relaciones entre universidad-industria-gobierno.
  2. El modelo propone como producto de esta economía basada en el conocimiento: la producción de conocimiento organizado, la creación de riqueza económica y el control reflexivo desde el conocimiento generado.
  3. La reflexividad que se produce en estas instituciones vinculadas, sirve como un mecanismo para coordinar los sistemas de comunicación que se producen en determinadas configuraciones culturales.

De acuerdo con Power, Malmberg (2008) a la hora de articular el modelo de Triple Hélice dentro del desarrollo de los Sistemas Regionales de innovación, es importante considerar las siguiente tres ideas:

  1. La generación de conocimiento se logra a partir del desarrollo de excelentes investigaciones, producto del conocimiento colectivo y no de redes dispersas de trabajo o genios aislados.
  2. La comercialización de la innovación y el desarrollo tecnológico es producto de la interacción directa entre las instituciones, teniendo en cuenta que estas sean coherentes con las necesidades y la dinámica de las regiones.
  3. La creación de valor de los Sistemas Regionales de Innovación, será producto del desarrollo de nuevas empresas, puestos de trabajo, crecimiento económico y prosperidad, como resultado de la innovación y la comercialización.

Estas tres ideas le apuestan a la conformación de sistemas interactivos que permitan significativas sinergias entre las universidades, las industria y el gobierno, favoreciendo el desarrollo regional (Power, Malmberg, 2008), en donde sin duda, el modelo de Triple Hélice se acople como una alternativa viable que permita identificar las estrategias y las formas de relacionamiento entre las instituciones, con el fin de propiciar condiciones para el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico y social.

5. Conclusiones

Un Sistema Regional de Innovación es la interacción entre instituciones que comparten una misma área geográfica. Este grupo de instituciones está compuesto por diferentes actores: universidades, industria y gobierno, conjugados para la generación y difusión del conocimiento con fines prácticos, a partir de la innovación, produciendo avances tecnológicos, sociales e industriales. En otras palabras, estos SRI son figuras que establecen relaciones de interés para actores públicos y privados, permitiendo la emergencia de la innovación, a partir del trabajo articulado y colaborativo, motivando el desarrollo económico y competitivo de la región.

El éxito de estos sistemas de innovación depende en gran medida de la gobernanza y su disposición para ofrecer recursos para el desarrollo de la innovación, de otra manera, los actores pueden optar por otros mecanismos para llevar a cabo sus procesos innovadores; también la región en sí misma es un elemento clave en la facilidad que tenga un SRI de lograr sus objetivos y es ahí donde la universidad es clave dentro del sistema de innovación, transformando la región.

Las universidades pueden vincularse a los SRI a partir de la producción de conocimiento y de resultados científicos de investigaciones, que se pueden convertir en patentes, productos y servicios de aplicabilidad para la región y los sectores económicos. Además de esto, las universidades por su mismo carácter misional, son las encargadas de transferir e intercambiar el conocimiento a las empresas y los gobiernos.

Un beneficio para las universidades es optar por la capitalización del conocimiento, desde la conformación de estrategias como los spin-off, los cuales adquieren un gran valor al transferir el conocimiento y la investigación científica al mundo empresarial, permitiendo en algunos casos su aplicación directa en procesos productivos y poder alcanzar su comercialización. De esta manera, las universidades desde la gestión que hacen del conocimiento, están aportando a la generación de una política de fomento al espíritu empresarial y se observa su orientación hacia un paradigma más empresarial, producto de su relación con el desarrollo local, regional y nacional, y sobre todo, de su vinculación con los SRI y los SNI.

Para estudiar la generación del conocimiento que surge de las relaciones entre quienes actúan dentro de un sistema de innovación, el modelo de Triple Hélice actúa desde los sistemas de información y comunicación, para analizar la innovación y el desarrollo de la tecnología producto de un sistema de innovación. Dicho modelo, en sus diferentes formas, permite un desarrollo cultural de la región que solo se da si el sistema de innovación presenta una adecuada articulación y es regulado por políticas públicas.

Finalmente, se observa cómo la consolidación de un Sistema Regional de Innovación permite el desarrollo social, económico, industrial y tecnológico del área geográfica dentro de la cual se configuran las relaciones e interacciones de sus actores; en función de la consolidación de los Sistemas Nacionales de Innovación, se motiva la generación de conocimiento para la innovación. De alguna manera, la constitución de estos SRI, se convierte en una alternativa viable para la capitalización del conocimiento nuevo generado y aplicable en cada uno de los sectores sociales y económicos presentes en una región.

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1. Instituto Tecnológico Metropolitano Departamento de Ciencias Administrativas E-mail del autor: jonathanbermudez@itm.edu.co

2. Instituto Tecnológico Metropolitano Departamento de Ciencias Administrativas E-mail del autor: monicacastaneda@itm.edu.co

3. Instituto Tecnológico Metropolitano Departamento de Ciencias Administrativas E-mail del autor: jhoanyvalencia@itm.edu.co

Vol. 35 (Nº 13) Año 2014
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