Espacios. Vol. 32 (2) 2011. Pág. 1


El proceso de Gestión Tecnológica de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Caso Instituto de la Uva

The process of Technology Management at the University Lisandro Alvarado. Case Grape's Institute

Concetta Esposito de D.* y Dánae Rondón C.**

Recibido: 11-08-2010 - Aprobado: 25-11-2010


Contenido

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RESUMEN:
En Venezuela se experimenta incertidumbre e incredulidad sobre los aportes realizados por las universidades nacionales en un entorno que les exige una mayor vinculación con la sociedad. En este sentido, el presente estudio expone la experiencia de gestión tecnológica del Instituto de la Uva de la Universidad Lisandro Alvarado con el objetivo de estudiar la forma cómo se ha gestionado la tecnología del caso referido. La población del estudio está formada por expertos técnicos y académicos y la información fue recabada a través de aplicación de entrevistas estructuradas. Como resultado, se describe la interfaz desarrollada en la relación con el sector productivo en sus contextos urbanos y rurales, indicando logros de diferentes alcances, con debilidades centradas en la planificación estratégica y en el marketing relacional. Se identifican elementos de Gestión Tecnológica y herramientas que podrían aplicarse para obtener una apropiada transferencia de conocimientos, fundamentados en el enfoque Triple Hélix como base para interpretar la vinculación los distintos sectores que conforman el trípode del desarrollo científico tecnológico: gobierno-universidad-entorno productivo.
Palabras Clave:
Gestión Tecnológica, Triple Hélix, Relación Universidad-Empresa
 

ABSTRACT:
In Venezuela one experiences uncertainty and incredulity on the contributions made by the national universities in surroundings that demand a greater entailment to them with the society. In this sense, the present study exposes the experience of technological management of the Institute of the Grape of the University Lisandro Alvarado with the objective of to study the form how the technology of the referred case has been managed. The population of the study is formed by technical and academic experts and the information was successfully obtained through application of structured interviews. Like result, the interface developed in the relation with the productive sector in its urban and rural contexts is described , indicating profits of different reaches, with weaknesses centered in the strategic planning and relational marketing. Elements are identified of Technological management and tools that could be applied to obtain an appropriate transference of knowledge, based on the approach Triple Hélix as it bases to interpret the entailment the different sectors that conform the tripod of the technological scientific development: productive government-university-surroundings.
Keywords:
Technological management, Triple Helix, University-Company Relation

1. Introducción

El estudio de la utilidad social del conocimiento científico y tecnológico constituye una de las dimensiones más relevantes para la comprensión su impacto sobre las sociedades modernas desde la actuación de sus diversos actores.

En este sentido, las universidades pueden verse como las instituciones con mayor concentración de recursos avanzados, en términos del capital humano que forman y del cual disponen, para cumplir con el propósito de generar conocimiento útil y válido.

Sin embargo, sólo recientemente se ha comenzado a utilizar con fines comerciales la capacidad de la universidad para formar profesionales y para investigar y desarrollar productos con valor mercantil, lo cual ha implicado esfuerzos por transformar este tipo de instituciones de un estadio de organización intensiva en conocimientos a uno que corresponda con el perfil de  organización que aprende.

En este sentido, Martín (2005), establece como elemento fundamental de esta discusión, la consideración de lo que se ha dado en llamar “dirección del conocimiento” como el instrumento a través del cual se puede lograr este propósito, razón por la cual,  la universidad viene así a convertirse en un elemento clave del Sistema de Innovación (SI), en tanto es proveedora de capital humano y promotora de nuevas empresas y tecnologías, constituyéndose, por lo tanto, en el fundamento del crecimiento económico de las sociedades más avanzadas por cuanto este se relaciona directamente con las actividades de I+D+I (Innovación, Desarrollo, Innovación).

En consecuencia, la universidad que desee desempeñar un papel activo en su entorno debe poseer las características de lo que se ha dado en llamar “universidades emprendedoras”, de las cuales hay múltiples ejemplos en diversas regiones europeas y americanas.

 Una universidad “emprendedora” utiliza el conocimiento como un potencial al servicio de los objetivos de su entorno, y quienes lo han logrado,  ya se están desarrollando como centros de conocimiento que reúnen lo más creativo del capital intelectual de la sociedad al servicio de las ideas innovadoras de los agentes sociales.

Este tipo de universidad emprendedora ha sido analizada por Burton J. Clark (1998), estableciendo que las mismas prestan atención a la investigación aplicada y a una participación más activa en el aprendizaje regional, implicándose de una manera más activa en la resolución de los problemas tecnológicos que tienen planteados sus zonas de influencia e incluso favorecer la creación de empresas en áreas tecnológicas de interés para la región.

Siguiendo a Clark (1998), este alcance puede lograrse desde el fomento de la cooperación con socios diversos (regionales, nacionales o extranjeros) que aporten recursos o enfoques complementarios, sin menoscabo de su acción en la innovación educativa y en la adecuación de la enseñanza a las necesidades y demandas de la sociedad.

En este sentido, la enseñanza debe aumentar sus contenidos prácticos e introducir nuevas materias relacionadas con la experiencia empresarial y administrativa, así como prácticas, proyectos fin de carrera y tesis doctorales en empresas o en entidades relacionadas con su actividad y en instituciones de I+D.

De allí que el presente artículo establezca como propósito, realizar un estudio de caso para generar una discusión sobre las modalidades en torno a las cuales se ha gestionado la tecnología en la Universidad Lisandro Alvarado del estado Lara, Venezuela, tomando como base las definiciones de Gaynor (1999)  y de Escorsa y Valls (1997);  y los fundamentos teóricos que caracterizan el enfoque Triple Hélix de transferencia tecnológica.

El desarrollo de la discusión se centra en tres ejes de reflexión: el primero dedicado a establecer una perspectiva teórica que contextualice el desempeño de las universidades como generadoras de conocimiento desde un abordaje fundamentado en la gestión tecnológica. El segundo presenta el caso del Instituto de la Uva, el cual se describe y analiza en cuanto a sus potencialidades y debilidades, a fin de establecer lecciones de aprendizaje. Por último, se definen algunos lineamientos de desempeño organizacional de las universidades en una óptica de estrategia para la gerencia de tecnología.

2. El rol de las universidades como generadoras y difusoras de conocimientos y tecnologías

Para Martín (2005) el rol de las universidades como instituciones promotoras y potenciadoras del capital humano en una sociedad, debe hundir sus raíces en la aplicación de los principios de gestión de la calidad total a todos los  servicios internos de la universidad y a su producción de enseñanza e investigación, pudiendo utilizar, para ello, los desarrollados y aplicados a empresas de servicios.

Abordar esta tarea implica un cambio cultural en la organización, la adopción de nuevos procedimientos y el trabajo en equipo, con el fin de lograr la máxima satisfacción de los "clientes", tanto internos (los profesores, alumnos, empleados) como externos (empresas, administraciones, organizaciones gubernamentales, etc.), lo cual plantea a su vez, la necesidad de asumir, junto a la docencia y la investigación, una misión emprendedora.

En el proceso de construcción de una organización que aprende desde su gestión en investigación y desarrollo, la universidad encuentra los mismos riesgos y limitaciones que otras instituciones, ya que los outputs del proceso (avances científicos y técnicos) están sometidos a externalidades que  impiden que la eficiencia sea evaluada a través del mercado, tal como indican Escorsa y Valls (1997).

Si adicionalmente, la organización funciona en un marco de mínima protección legal o de vulnerabilidad muy alta, como suele suceder en los países en vías de desarrollo, el productor de nuevos conocimientos enfrentará problemas por apropiar su rentabilidad a través de la venta en el mercado, razón por la cual deberá ser creativa en términos del diseño de estrategias.

Según Escorsa y Valls (1997), estos argumentos explican en cierta forma, el desempeño de este tipo de instituciones y  más allá de la teoría, ha dejado como resultado una amplia dependencia tecnológica, efecto que además incide en las dinámicas tecno económicas de esas naciones. Al respecto, Pirela (2003), señala que los estudios de caso apuntan hacia obstáculos para la coordinación, desconfianza en los subordinados y otras instancias internas, y reserva frente a otras instituciones.

 Por otro lado, se ha determinado la persistencia de otros elementos perturbadores dentro de la gerencia de estas empresas: “afán de protagonismo, tendencia a la autarquía, duplicación, atomización y anarquía de los programas, desconocimiento y rechazo a todo lo hecho anteriormente…” (p. 4). De lo referido, el autor concluye que la respuesta a cómo ser efectivos, perdurables en el tiempo y eficientes reside más en “procurar éxitos tempranos” que permitan llegar a un destinatario escaso y esquivo, que pueda estar altamente motivado ante la posibilidad de  tener en la innovación una herramienta de competitividad.

Debido a que cada vez más, las organizaciones deben asimilar el hecho de pertenecer a un mundo globalizado marcado por la competencia y el hecho de orientar sus acciones hacia la competitividad, se hace necesario implicar las herramientas que permitan colocar este elemento en la centralidad de las directrices organizacionales.

En este contexto, las organizaciones que son generadoras de tecnología, juegan un papel fundamental, pues en ellas se genera, sistematiza y formaliza la creación de nuevos productos que deben responder a las necesidades de otras empresas, de otros clientes. Este proceso de innovación y desarrollo se realiza con base en la rápida utilización de tecnología, pero para ello, es preciso que dicha tecnología responda a una estrategia global, y en consecuencia, responda también a los requerimientos del mercado.

En el cumplimiento de los objetivos y propósitos de generación de nuevos productos, las universidades deben desarrollar una red de relaciones con otras instituciones dentro de su entorno. Entre estas instituciones destacan: los organismos de Estado responsables por la política industrial y tecnológica, las empresas en su carácter de puntos focales del proceso de innovación y de desarrollo tecnológico, las organizaciones de cooperación internacional y las instituciones financieras responsables por la creación de las diferentes opciones dentro del mercado de capitales necesarias para financiar los programas y proyectos de comprobado carácter innovador.

Es la recíproca interacción entre estas instituciones quien conducirá los programas concertados para la generación y aplicación del conocimiento hacia el desafío de los retos asociados al desarrollo tecnológico, económico y social.

Poner en práctica las acciones necesarias que aseguren avances en la dirección indicada por la misión, obliga a las universidades a analizar con mayor rigor, tanto el significado real de la contribución al desarrollo tecnológico, como la naturaleza de la estructura organizacional que debe construirse para cumplir efectivamente, con las actividades requeridas para apoyar los procesos que conduzcan al incremento de la competitividad empresarial.

Sin duda alguna, todas estas funciones y aplicaciones pueden ser sistematizadas y holísticamente concebidas desde y a partir de la Gestión Tecnológica. Por lo tanto, esta disciplina viene a jugar un papel fundamental, porque permite confluir las visiones de la investigación a largo plazo con las mejoras continuas a corto plazo en los productos y procesos, permitiendo establecer las necesidades actuales y futuras de la empresa, a través del desarrollo de capacidades para reconocer y adoptar nuevas tecnologías, teniendo en cuenta los desarrollos del entorno que son importantes para la competitividad.

Sin embargo, es necesario establecer que aunque el rol de la Gestión Tecnológica es fundamental, incluso clave para las organizaciones dedicadas a estos fines, no es suficiente la consideración simplista de un aspecto aislado del problema.

Es preciso entender la complejidad del asunto y la necesidad de una vocación de flexibilidad desde la perspectiva de un cambio de foco que se dirija hacia la atención de temas como las actitudes, la conducta de los empresarios ante la innovación y el hecho tecnológico, así como a la cultura organizacional.(Paredes y Polo, 1995)

Este es pues, un proceso complejo que se da en diversos contextos (macroeconómico, macro político y macro social), pero que no disminuye la importancia de considerar la gestión de la empresa en general, y de la Gestión Tecnológica en particular, como elementos claves del éxito en el desempeño, ya que garantizan una adecuada concentración del esfuerzo tecnológico, la selección adecuada de destinos y clientes y la formación de redes de cooperación para construir ventajas competitivas en la red empresarial del país.

Llevar adelante este proceso implica: a) identificar necesidades tecnológicas a corto, mediano y largo plazo; b) seleccionar las tecnologías y mantener un monitoreo de debilidades y fortalezas; c) establecer cuáles tecnologías deben desarrollarse o adquirirse en el mediano y largo plazo; d)   seguimiento y control de incorporación y mantenimiento de tecnologías, y por último; e) evaluación de resultados.

2.1. Evolución del papel de la universidad

La investigación que se realiza en universidades cambia en respuesta a los incentivos económicos que se originan a partir tanto del sector empresarial privado, como del gobierno. Según Callejón (2003), las capacidades de las universidades en materia de investigación cubren actualmente varias facetas:

Para Etzkowitz et al (2000), a lo largo del último siglo las universidades han seguido una ruta expansiva que las ha llevado a ir asumiendo tareas cada vez más comprometidas con la sociedad, hasta convertirse, desde finales del siglo XX, en entidades que vinculan la enseñanza, investigación e iniciativas empresariales.

En esta línea de pensamiento, el referido autor plantea una ruta evolutiva por parte de las universidades, que las ha trasladado desde ser instituciones depositarias de los saberes científicos y aislados de los avatares de la sociedad, hasta una nueva ubicación dentro del entramado social donde actúan como agentes del desarrollo económico nacional y regional.

En este sentido, las universidades acaban asumiendo una triple misión, y todo ello ha ocurrido en respuesta a la demanda de la sociedad. Es la propia sociedad la que detecta la importancia de los recursos avanzados que detenta la universidad y le solicita que oriente su capacidad hacia el apoyo del crecimiento económico.

El vínculo entre la universidad y el crecimiento económico se encuentra de hecho implícito en los actuales modelos de crecimiento endógeno (Romer, 1990; Lucas, 1988, citados por Callejón, 2003), donde se establece que las actividades de investigación y desarrollo presentan rendimientos crecientes en la función de producción agregada. De  igual forma se establece que la acumulación de capital humano mejora la productividad, puesto que los conocimientos no solamente se incorporan en el capital físico sino también en las personas.

La universidad es la maquinaria institucional que produce ambos factores productivos: I+D y capital humano. Por lo tanto no es sorprendente que la sociedad mire hacia la universidad y espere que los recursos públicos que absorbe sean factores productivos que contribuyan al crecimiento económico.

2.2. El enfoque Triple Hélice

El final del siglo XX ha visto cómo se acorta el camino que transcurre entre la adquisición de un nuevo conocimiento científico y su transformación en innovación comercial. Las empresas de alta tecnología buscan la colaboración con el personal de las universidades, con el objeto de complementar y reforzar sus propios equipos de investigación. Así pueden enfrentarse mejor a la rigidez de oferta a corto plazo de personal investigador, cuya formación toma varios años, y a flexibilizar el tamaño de su departamento de I+D.

De ese modo se llega, según Etzkowitz et al (2000), al modelo de la Triple Hélice donde tanto la universidad como el gobierno, sometidos a restricciones presupuestarias cada día más severas, presentan una disponibilidad creciente a interaccionar con la industria, y a comercializar sus recursos y su capacidad generadora de innovación.

La tesis de la Triple Hélice propone que la red de relaciones entre universidad, industria y gobierno es la clave del desarrollo económico basado en el conocimiento en la mayoría de países capitalistas (Leydesdorff y Etzkowitz, 2001). En este sentido, la universidad ha de tener mayor protagonismo en la innovación en las economías basadas en el conocimiento.

La tesis de la Triple Hélice también afirma que se están produciendo una serie de procesos importantes que van a afectar  la forma como se produce, intercambia y usa el conocimiento. En concordancia con lo antes dicho, Etzkowitz et al. (2000), establecen que la formación de la Triple Hélice implica cambios y adaptaciones en los tres tipos de agentes sociales que la configuran:

  1. Las empresas deben adquirir las competencias que les permitan colaborar con la universidad, lo que implica mejorar su propia eficiencia investigadora, ya que la capacidad de absorber conocimientos generados externamente no es independiente de la propia capacidad de generarlos
  2. Las universidades deben reorientar sus líneas de investigación para producir conocimientos útiles a la industria. También la enseñanza superior se reorienta para proporcionar capital humano al sistema productivo. Las universidades se preocupan cada vez más por ofrecer programas de profesionalización (masters, postgrados) y por desarrollar programas que incluyan algún tipo de prácticas en empresas.
  3. Los gobiernos están adaptando las normas de propiedad intelectual de forma que los departamentos y equipos de investigación adquieran derechos que les incentiven a patentar sus resultados. Incluso a crear empresas innovadoras (spin-offs), para explotarlos directamente.

Las tres esferas, universidad-industria–gobierno, son autónomas pero generan una zona de intersección con relaciones cada vez más complejas donde se forman una nueva capa de organizaciones intermediarias que gestionan las relaciones y canalizan los intereses. Con frecuencia son organizaciones sin fines de lucro, pero cada vez hay mayor espacio para el mercado. En este sentido, y según los aportes de Martín (2005), la universidad deberá realizar mayores esfuerzos por orientar su investigación a la aplicación del conocimiento científico-técnico, en colaboración con las empresas y las administraciones públicas.

El resultado de estos cambios e interrelaciones entre las instituciones lleva a esta corriente de pensamiento a proponer que la universidad ha de tener una visión más empresarial de su actividad. La universidad, para mantener su papel preponderante en la generación de conocimiento, habrá de alinear sus actividades de docencia e investigación al desarrollo económico de la región, para lo que deberá adoptar una cultura de interacción con las empresas y otras organizaciones.

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* Universidad Lisandro Alvarado. E-mail: concettaesposito@gmail.com
** Universidad Lisandro Alvarado. E-mail: danaerondon@gmail.com

Vol. 32 (2) 2011
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