Espacios. Vol. 25 (2) 2004

Indicadores del impacto de la ciencia y la tecnología (CT) en la sociedad: reflexiones y avances

Indicators of impact of the science and technology on the society: reflection and advances

Leonor Rondón León


¿Cómo se mide el impacto de la ciencia?

En Venezuela, la mayoría de las acciones en CT no han tenido un impacto directo en la sociedad por lo que se hace necesario incorporar de una manera mas directa, el conocimiento, la Tecnología y la Innovación que sean favorecidos de ser producidos gracias a las acciones de instituciones públicas y privadas, bajo la rectoría central del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT). Como se ha reflexionado en secciones previas, la inversión en CT en países latinoamericanos no es fiel expresión de desarrollo y mejores niveles de vida para todos los pobladores. Pero debe existir una manera diferente de relacionar ambas aspectos, Ciencia y Desarrollo.

El desarrollo social y la calidad de vida se describen mediante otros tipos de indicadores, muy diferentes a los indicadores de CT, que expresan características sociales, físicas, ambientales, políticas y de acceso a servicios de las poblaciones (PNUD,2001). Se ha advertido con anterioridad que existen debilidades respecto a la generación de indicadores que realmente midan el impacto que tiene la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo de las sociedades latinoamericanas.

Calidad de vida se cualifica y cuantifica mediante indicadores como por ejemplo: En Salud, % de natalidad, esperanza de vida, numero de camas/1000 habitantes y muchos otros; En Educación, % de población alfabetizada, % de prosecución de estudios y logros en comprensión lectora, capacidad analítica, etc. En Venezuela, entes vinculados a la gestión de la CT no son los encargados de atender estos servicios e infraestructuras necesarias de manera directa, es decir, no son ejecutores en gran escala. Si acaso es posible, entes las instituciones públicas rectoras de la CT, podrían participar en la organización y planificación de la distribución y gestión de recursos destinados a satisfacer mejoras para la sociedad, contribuyendo además con una función asesora a nivel de favorecer el uso de tecnologías y materiales autóctonos., mas no así en la ejecución; es decir, los científicos pueden patentar un nuevo tipo de recubrimiento para las calles, los entes encargados de la gestión en CT pueden hacer todo lo posible por orientar este invento hasta su producción comercial, pero ellos no son los que van a construir mas o menos carreteras que acorten las distancias y faciliten la comunicación entre los pueblos. Es de esperarse que la distribución y entrega de recursos de CT para fortalecer la investigación en sus diferentes modalidades desde la investigación básica hasta la investigación aplicada, incluyendo la investigación-acción y los proyectos de desarrollo social en los que podamos participar, repercuta en un futuro mediano y a largo plazo sobre los valores de variables que describen la calidad de vida de la nación, como por ejemplo, mayor movimiento económico entre comunidades, disminución de enfermedades endémicas o incremento de la tasa de longevidad. Cambios sociales como éstos tendrían fruto, si dado el seguimiento realizado a los productos de las investigaciones, se lograran concertaciones, compromisos e implementaciones de medidas y/o productos que han probado ser exitosos, implementados a rango de laboratorio o a escala local/regional. En función de satisfacer las necesidades que consideramos más básicas, los aportes en CT, en el sentido de avances y descubrimientos en las ciencias básicas, no han estado relacionados de manera directa con la necesidad de suplir las infraestructuras, bienes y servicios que la sociedad necesita para toda la población,. Por ejemplo, en Venezuela, el incremento del número de camas por habitante no está relacionado con las actividades de las instituciones que gestionan CT, ni con los fondos que se suministren a la investigación en el campo de la mejora de las camas de hospitales. Se hace necesario en este respecto un incremento en los aportes del Estado para suplir renglones como el mencionado, es decir, disponer de mayor presupuesto para incorporar y mantener un mayor número de camas en buen estado en los hospitales. Podemos decir en cambio, que la Ciencia y la Tecnología han estado dirigidas hasta el presente hacia otros derroteros que también podemos calificar de importantes. La direccionalidad de las acciones en CT están dando un giro hacia el apoyo de redes de acción, incorporando al terreno una gama mas amplia de actores, contando entre ellos industriales, profesionales, científicos y comerciantes, de manera que con la ejecución de iniciativas que vinculen la CT con las comunidades, se esperan evidencias más tempranas de impacto en las localidades. Otro aspecto importante es el sentido político, la forma en que se invierte en CT está afectada por intereses de lograr permanencia política y hacer de la inversión un punto de apoyo que atraiga opiniones positivas sobre la acción del Estado, de manera que, no sólo la estructuración de indicadores es por sí complicada. Las posibilidades que las inversiones, en campos que tengan mayor factibilidad de producir cambios en lo social se produzcan, es un aspecto a debatir y que en realidad debería formar parte de una amplia consulta nacional y gubernamental, basada en información científica sobre las necesidades reales de la población, en las que la CT pueda intervenir.

Retomando para ilustrar el ejemplo de la dotación de camas en los hospitales, una manera en que podrían unificarse ambos aspectos, es decir, necesidades de la población y utilidad de la CT, podría ser que se constituyese una alianza entre empresarios, gobierno y universidades para diseñar variedades de camas hospitalarias que incorporen tecnología y piezas construidas todas en el país, así como un estudio de cuantas se necesitan por estado, en cuanto tiempo pueden ser ensambladas y distribuidas, diseño de un manual para su mantenimiento técnico, y ajustar un presupuesto manejable por el Estado en el mediano plazo para dotar a uno o a varios estados con camas adecuadas en sus hospitales, hasta totalizar el abastecimiento nacional. El éxito de un empeño como este, significaría además de una satisfacción en la dimensión de infraestructura hospitalaria, la concreción del diseño de una forma de aplicar, es decir, transferir conocimientos desarrollados en el país. Por lo que podemos afirmar, la CT en Latinoamérica pueden tener impacto en la sociedad si obtenemos interacción y participación activa de otros sectores de la sociedad en la tarea de adelantar aplicaciones que son producto de proyectos científicos y tecnológicos.

Los valores de los indicadores de desarrollo de Venezuela, hasta la fecha, son referencia de la necesidad de impulsar cambios. De acuerdo con la función asesora que pueda ser asumida por instituciones rectoras de la CT, como lo es en Venezuela el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), cambios en los programas y políticas del Estado, deben haberse originado como parte de un proceso de reflexión y análisis que incluya una base científica. La acción de los gobiernos se realiza mediante programas, la razón misma de ser de tales programas y la forma en que se ejecuten, debe venir dada en gran medida por el conocimiento estadístico y sociológico de la realidad del país. Tal conocimiento viene proporcionado por la CT. Esto significa que la investigación específicamente destinada a atender, caracterizar y comprender las necesidades fundamentales de la población es una prioridad nacional, tal como lo reflexiona la UNESCO-ORCYT (2002). Detectamos entonces, que la CT tiene efectos indirectos que pueden ser de alta relevancia, dado que el conocimiento producto de los proyectos e investigaciones puede ser un factor clave y decisivo en la orientación de las acciones públicas. Esto significa que el impacto real de la CT, puede ser amplio, aunque difuso en el sentido, que es difícil la definición y caracterización de cambios en políticas, y a su vez, puede ser de tal magnitud, que afecte el diseño mismo de políticas y programas sociales o económicos. También es posible la aparición de factores no esperados, como el surgimiento de nuevas prioridades nacionales., por ejemplo, prioridades que serían detectadas mediante estudios y caracterizaciones científicas, ya sean éstas financiadas por el Estado o por otros tipos de instituciones. Esta reflexión añade un detalle importante, el diseño de políticas y programas adecuados es afectado por los conocimientos generados por los estudios e investigaciones. He aquí entonces un campo importante sobre cómo la CT afectan a la sociedad. Nuevas reorientaciones políticas y pautas de gestión mejoradas, pueden a la larga, generar beneficios al ciudadano. Hace falta también, un monitoreo bien extensivo que permita obtener una visión ajustada a los hechos, sobre las características de la oferta (qué conocimientos y productos y servicios ofrecen los que hacen CT, a las personas) y la demanda (qué tipo de productos y servicios necesitan las comunidades) de CT. Esto permitiría verificar que la CT que se realiza es la mas ajustada o no. Ese es el sentido de ser de los Observatorios de CT que forman parte de las instituciones rectoras de la CT en países latinoamericanos; sin embargo hasta el momento se trabaja mas en cuantificar qué producimos en CT, siendo mínimos los esfuerzos por ofertar de manera contundente y convincente la variedad de conocimiento, servicios y tecnologías producidos por la inversión en CT.

Estas reflexiones incrementan el énfasis sobre una conclusión que se adelanta desde los inicios de este artículo, como es que, el detectar hasta qué punto los efectos sobre la población y su desarrollo, son impactos de la CT, no es una tarea sencilla de relación directa. Los resultados de las acciones que lleva a cabo las instituciones públicas de CT pueden tener una ingerencia no directa en el desarrollo y la en la calidad de vida. Resultados de las investigaciones científicas financiadas, difundidos mediante compendios, disertaciones y ensayos pueden ser fuentes primarias de información para el diseño de otros productos científicos, así como pueden ser de apoyo fundamental para otras investigaciones. Cuando tales productos, son de utilidad de tal manera que, afecten la calidad de vida de la población de alguna forma que pueda ser detectada y cuantificada, estamos en presencia de impactos de la CT, los cuales a su vez, serían impactos originados por la acción de los entes rectores de la CT, a pesar que la inversión inicial no origine un impacto de manera directa sobre la calidad de vida de la población. Tales impactos deberán ser identificados y cuantificados, para tener bien definido la magnitud del aporte financiero, a cuantas instituciones se le dio, cuantos científicos están relacionados con estos productos, cuántas publicaciones reportan resultados de la investigación financiada, cuántas publicaciones divulgativas se hicieron y cuántas veces se utilizó este conocimiento para generar ideas o sustentos para políticas y/ó programas. En esta forma estaría demostrada la importancia de la función de apoyar la investigación, y denotaría también que la CT en si mismas generan beneficios de manera indirecta. No está demás, hacer énfasis que ello significa, la exigente tarea de llevar registros bien estrictos y continuos, que incluirán desde los primeros financiamientos y la descripción de los resultados iniciales de los ensayos, así como del sucesivo escalamiento y puesta a prueba que se realicen, hasta culminar con la aplicación en un sector de la comunidad y su extensión a nivel nacional.

Otra manera de detectar cual es el impacto de la CT en la Sociedad, recomendada por (Itzcovityz et. al., 2002) es contactando a las entidades sociales que estén implementado o utilizando conocimiento científico, como son por ejemplo, en el caso de Venezuela las asociaciones ONG vinculadas con proyectos que lleven a cabo universidades, empresas privadas o instituciones del Estado. El contacto con los usuarios ya sea de proyectos locales/municipales, experiencias piloto o Programas Sociales Nacionales puede permitir la obtención de información que resulte valiosa en la caracterización del impacto de la CT. De manera que la construcción de indicadores de impacto de la CT, en el campo tan específico de la investigación científica, debe incluir el estudio profundo de los resultados de todos aquellos proyectos en los cuales, la comunidad es un participante activo. Aquí surge a su vez otro elemento importante que debe estar reflejado en los indicadores de impacto. Esto es, cuántos miembros de la comunidad se ven involucrados en el proyecto (en sus diferentes niveles de ejecución ) y cuantos reciben o son partícipes de sus efectos.

Recapitulando sobre la finalidad del presente articulo se pretende con el mismo obtener reflexiones de interés para contestar interrogantes como: ¿Cuál es el aporte de la CT al desarrollo económico y social?, ¿Cuál es su contribución al mejoramiento de la calidad de vida?, ¿Cuánto puede la CT proveer para la satisfacción de las necesidades básicas?. Es conveniente reiterar que el fundamento o concepto de ciencia que soporta las reflexiones del presente artículo, entiende al mismo como dinámica en la que tecnología y sociedad están unidos de manera compleja, en la cual se construye una inteligencia colectiva y en el que la comunidad se apropia del conocimiento y articula su acción y crecimiento, desechando la visión anterior en la que la tecnología determinan el cambio social o la contrario a en que el cambio tecnológico tiene un fin social (Mendizábal, Gómez, Moñux, 2003).

Intentos recientes para definir cómo obtener indicadores de impacto han sido presentados en el II Taller de Indicadores de Impacto Social de la C T en Uruguay en el 2001, a partir de esta fecha, son varios los autores que están motivados a la búsqueda de respuestas al respecto. Podemos destacar la propuesta de Estebañez (2001) para incluir el estudio de casos en la construcción de algunos de estos indicadores. Esta propuesta también es incluida por Itzcovits et. al., (2001),..””Debería proponerse entonces, la realización de estudios de casos específicos para medir e impacto de las políticas sociales, evaluar su grado de éxito y determinar el «quantum» de conocimiento C y T en ellas involucrado”. Estos autores afirman que es posible combinar los indicadores de C y T con los indicadores de desarrollo, mostrando proposiciones iniciales que lleva a cabo Argentina para organizar esta idea, ...”Una de las primeras tareas a realizar debería ser entonces, la definición de los indicadores y la posible combinación a realizar entre ellos para construir un índice adecuado que sintetice toda la información disponible a utilizar para relacionar los resultados de la C y T con las necesidades sociales de la población” (Itzcovits, et al, 2001). Entre las tareas iniciales del MCT se está considerando monitorear todo el universo de instituciones que hacen Ciencia en el país. Inicialmente, es posible plantear dos acciones a realizar que se interrelacionan entre sí, como son, restringir los rangos de levantamiento de información, y continuar obteniendo insumos para el diseño de la base conceptual y metodológica que se necesita para estimar el impacto de la CT, insumos que pueden ser aprovechados a su vez, por otros países latinoamericanos.

La elaboración de indicadores de impacto en CT implica el uso de varias metodologías diferentes y no existen definiciones absolutas o definitivas de los tipos de mediciones que puedan realizarse. Al respecto, se ha publicado una excelente síntesis relativa a que tipos de estudios se pueden implementar para determinar los efectos de la CT, síntesis que merecería para beneficio de todos los técnicos y estudiosos de CT una descripción metodológica más detallada (Itzcovits, et al, 2001). Recientemente, una propuesta con aspectos específicos interesantes, reflejados en una guía para evaluar impacto social de proyectos de I&D, presenta disertaciones que intentan soslayar el hecho que los efectos de la ciencia en la Sociedad pueden no ser cuantificables. Los autores se abocan a una cartera de proyectos en ejecución de la comunidad europea en el campo de la I&D y presentan una matriz de valoración que incluye los campos de la dimensión social que pueden o no ser afectados por los proyectos (Mendizábal et al, 2003). Esta guía puede ser una orientación muy apropiada, en la cual se contempla la necesidad de incluir tres momentos de evaluación, un antes, un durante y un después, respecto a la implementación del proyecto en la comunidad y sus efectos.

Los especialistas estudiosos de los indicadores de CT coinciden en el sentido que relacionar de manera directa inversión y producción en CT con los indicadores de desarrollo no permite detectar si la CT esta ejerciendo un impacto en la sociedad. La producción de nuevas semillas, nuevos softwares, vacunas, novedades, nuevos inventos, mejoras tecnológicas, nuevos programas educativos basados en aplicaciones derivadas de nuevos aportes alas teoría educativas y una mayor profundización de la preparación académica de los científicos, no significa que estamos impactando el desarrollo del país y mucho menos su desarrollo social .Hasta tanto todos estos resultados no sean aprehendidos por la comunidad e incorporados a su sistema de vida, no se produce un impacto real por parte de la ciencia. De manera que haría falta detectar en que dimensiones de la sociedad, los resultados aplicables de la investigación científica, se están utilizando. Esto implica un trabajo de filigrana, en el sentido que será necesario conocer que iniciativas que adelanta el Estado están vinculadas con resultados de proyectos científicos y detectar al mismos tiempo cuáles son las variables vinculadas al desarrollo que se verán afectadas. Aquí se advierte entonces que la función rectora del MCT implica a su vez una función de asesoría y consejo y hasta de negociación, en el sentido que el Ministerio debe ofrecer a otras instituciones la gama de aplicaciones que han obtenido resultados que puedan ser aprovechados por la población.

Es interesante no perder de vista que los cálculos y cuentas seguramente podrán ser mas engorrosos, dado que se hace necesario incorporar la presencia de muchos factores, por ello es recomendable tomar en cuenta recomendaciones –Taller de Indicadores de CT, en Chile, 1997- que detallan algunas características de mediciones e indicadores a ser desarrollados:

“a) Medidas e índices compuestos en oposición a medidas simples univariadas.
b) Medidas que cubran y combinen diferentes esferas económicas, sociales, culturales y políticas en contraste con los sistemas de indicadores sesgados hacia una sola disciplina.
c) Sistema de medidas que contemplen a la vez factores considerados como de outputs e inputs en la dinámica social y no sólo referido a uno de ambos tipos de indicadores.
d) Sistema de medidas que incorpore conceptos relevantes sobre los mecanismos de cambio del sistema social de CyT.
e) Indicadores que no se limiten a medidas estadísticas simples, de tendencia central, per cápita, tasa, porcentaje, sino que incluyan operacionalizaciones a partir de construcciones estadísticas y parámetros de dispersión, concentración, distribución, correlacionales y medidas de acuerdo.
f) Indicadores que puedan caracterizar una multiplicidad de unidades y subunidades de la unidad global (país), en oposición a medidas que agreguen solamente unidades individuales”(Argenti,1997).

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