Espacios. Vol. 25 (1) 2004

Uso y difusión de nuevas tecnologías de información y comunicación en empresas industriales de Córdoba, Argentina

Use and diffusion of new technological information and communication in industrial enterprises from Córdoba, Argentina

Andrea Pujol, Constanza Dall’Asta y Javier Navarra


4. Inversiones directas y vinculadas a la incorporación de TICS

Las inversiones totales en productos y sistemas para el área de gestión y de producción entre los años 1999 y 2001 equivale a un monto promedio por firma de $64.543. Puede observarse además que el origen de capital de las firmas no tiene incidencia significativa ni en el monto de las inversiones ni en su orientación a las áreas de gestión o productivas.

En este período, el 91% de las firmas realizó inversiones en equipamiento y sistemas informáticos y de comunicación en el área de gestión, en un monto promedio de $54.152, y sólo el 35% de las firmas invirtió en productos y sistemas para el área de producción, en un monto promedio de $14.059 (ver cuadro 1).

En el caso de las empresas que invirtieron tanto en TICs para el área de gestión como para el área de producción, la inversión se distribuyó en un 73,6% para el área de gestión y el 26,4% restante para el área de producción.

Durante el año 2001 las inversiones en sistemas de comunicación y gestión alcanzaron, en promedio, alrededor de pesos 13.400- (al momento en que la paridad era $1 = u$s1) por empresa. Los montos involucrados en estas inversiones alcanzaron al 0.20% de las ventas anuales durante el período.

En lo que respecta a las inversiones asociadas a la incorporación de TICs el 48% de las firmas no realizaron desembolsos en ningún concepto asociado a las incorporaciones; mientras que el promedio de inversión de las que sí lo hicieron fue de $10.318.-. Las inversiones asociadas implicaron un promedio de $5470.- en actividades de capacitación (considerando que alrededor del 50% de las empresas no hicieron este tipo de inversión) y un promedio de $5630.- en la puesta en marcha de los productos y sistemas.

Es importante señalar también que en relación a las actividades de capacitación no necesariamente asociadas a la incorporación de TICs, el 74% de las empresas han realizado actividades de capacitación en diversas temáticas durante el 2001, con un promedio de 37 personas afectadas a dichas actividades tomando la totalidad de las empresas que capacitaron.

La incorporación de TICs exige esfuerzo concretos tendientes a dotar al personal de las habilidades y conocimientos requeridos para operar y aprovechar debidamente las posibilidades proporcionadas por las TICs lo que impulsa procesos de aprendizaje y capacitación en las firmas (Lugones et. al. 2003); y en términos generales, las actividades de formación están más ligadas al uso que al aprovechamiento y son más intensivas en el momento de la implementación que posteriormente.

En cuanto a la modalidad de incorporación, el desarrollo de entrevistas posibilitó apreciar que estos procesos respondieron más a presiones o exigencias coyunturales –entre las cuales tienen un lugar importante los procesos de fusión, adquisición o cambio de firma- que a la concreción sistemática de un plan de desarrollo tecnológico; por lo que se desplegaron a través de la incorporación de prácticas diversas, más o menos significativas en términos de la gestión de la información y la comunicación y en ocasiones también eficaces en lo relativo a la gestión productiva. En lo que respecta a la percepción del impacto de la incorporación de TICs en la estructura de personal, al menos el 65% señala que la incorporación de los nuevos sistemas de información y comunicación no produjo reducciones de personal.

En relación a las actividades de capacitación asociadas a la integración de TICs, algunos entrevistados señalaron al proceso de desarrollo de habilidades y capacidades en el uso y aprovechamiento de las TICs como un proceso que se llevó acabo informalmente, en donde quienes habían estado más directamente en contacto con la implementación difundían saberes adquiridos –también informalmente- al resto de los compañeros.

En lo que respecta a los gastos de mantenimiento de equipos y de software informático y de comunicaciones las firmas gastaron en promedio por mes durante el 2001 alrededor de $1100.- . La percepción que tienen las empresas respecto de la inversión y gastos en TICs, se refleja en un 30% que opina que los nuevos sistemas de información y comunicación aumentan los costos de la empresa, mientras que el 52% no observa relevante estos costos.

En esta línea, resulta interesante considerar que la creciente participación de TICs -en términos de inversiones- en los sistemas de gestión y muy en menor medida en los sistemas productivos, ha derivado en la necesidad de las firmas de generar algún esquema para el manejo específico de estas tecnologías, en términos de estructura organizativa.

En este aspecto, puede observarse que en el 39% de los casos se ha formalizado la existencia de un área responsable de informática que se conforma con personal perteneciente a la empresa (solo en un caso se incorpora personal externo contratado). La estructura delineada para estas funciones es pequeña, con no más de dos empleados que en general son profesionales calificados. En las empresas restantes, que no disponen de un área específica es posible al menos identificar personas de la misma empresa responsables de que se realicen las actividades (36%) o externos contratados (64%). Cuando se incorpora personal externo en el 50% de los casos se trata de personas individuales. Resulta interesante destacar que un porcentaje importante de las empresas (20%) no complementa el área con personal externo y tampoco capacita al personal de que dispone.

En lo que respecta a la integración del personal del área informática (externo e interno) con el resto del personal (usuarios internos) un 82% de las empresas implementa alguna modalidad de interacción del personal con los responsables del mantenimiento del software. Estas interacciones, admiten distintas modalidades, tanto para con el personal de administración como para con el personal de producción u otras áreas.

Las inversiones realizadas se reflejan en la infraestructura de soporte a las TICs, ya que la mayoría de las firmas posee tanto infraestructura suficiente como una relevante presencia de equipos y sistemas incorporados en los últimos años. El 96% de las firmas posee redes, en la mayoría de los casos (83%) locales -LAN- mientras que el 57% posee líneas telefónicas ISDN y/o ASDL que les permiten una mayor velocidad y capacidad de comunicación (ver cuadro 2).

En el área de gestión, el 78% de las firmas tiene servidores y en el 39% de los casos cuentan con motor de base de datos (la muestra señala en promedio un servidor cada 38 ocupados). La antigüedad promedio de los servidores, como de las PC de las empresas del panel, es cercana a los tres años. Estos equipos permiten el uso compartido -on line- de un conjunto de periféricos (impresoras -87%-, scanners -43%- y plotters -22%-) y, fundamentalmente, de espacios en discos (70% de las firmas) (cuadro 2).

En una valoración general, el 70% de las empresas consideran que necesitan actualización en materia de hardware y el 56% expresa necesidades de actualización, capacidad y velocidad en el software que poseen. En lo relativo a redes, en cambio, el 87% de las empresas está conforme con el actual equipamiento.

En el desarrollo de la mayoría de las organizaciones productivas, es posible observar dos soportes: la innovación tecnológica (en sentido estricto entendida como incorporación de equipamiento) y la innovación organizativa, más ligada a la transformación de las estructuras y a la incorporación de dispositivos sociales que transforman información en conocimiento. En los casos estudiados, si bien no se ha pretendido discriminar y medir con exactitud estos dos tipos de procesos innovativos, se observa que la dinámica de incorporación de equipamientos constituye un proceso bastante más frecuente y sostenido que la innovación organizacional, siendo la innovación en materia de organización del trabajo la menos frecuente.

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