Espacios. Vol. 21 (2) 2.000


Radiografía del milagro exportador mexicano: hacia una estrategia articulada con la capacidad productiva y la realidad social 2/5

An x-ray of the mexican export miracle: Towards a strategy consonant with the productive capacity and the social reality.

José Luis Solleiro y Humberto Simoneen A.


2. Los rasgos mas sobresalientes de la política comercial y del comercio exterior entre 1950-1999

México es un país que a lo largo de las últimas cinco décadas ha sido orientado y organizado, en sus actividades productivas y de comercio exterior, alrededor de tres sistemas o conjuntos de políticas en el campo económico: a) de 1950 a 1972, la economía mantuvo un sistema que podríamos denominar de “industrialización vía la sustitución de importaciones”; b) de 1972 a 1981 el sistema de políticas, sin cambiar radicalmente las de la etapa anterior, tuvo como característica preponderante “ el gran empuje mediante una intensa participación del Estado en la economía”; y c) de 1982 a la fecha, el sistema o conjunto de políticas se ha enfocado a la “liberación comercial y económica orientada a la inserción de México a la economía mundial”.

Industrialización vía la Sustitución de Importaciones

Este primer periodo se caracterizó por un elevado crecimiento del PIB (6.7% en el periodo) además de haber mantenido una inflación de 3.1% (Cuadro 1 y Tabla 1), considerada la más baja registrada en la historia de México. El tipo de cambio a partir de 1954 permaneció estable en un nivel de $12.50 pesos por dólar; se mantuvo una política fiscal austera y de reducido endeudamiento. Tal pareciera que la economía hace casi cincuenta años podría satisfacer con amplitud las exigencias de la política económica actual.

Cuadro 1
Comportamiento de la economía mexicana
(variables macroeconómicas)

Variable 1955/1972 1973/1976 1977/1981 1982/1998
PIB 6.7 6.1 8.4 1.6
PIB per capita 2.5 3.0 1.3 -1.4
Inflación 3.1 16.7 23.8 47.2
Déficit publico 2.5 8.0 10.2 4.1

Tabla 1
Caracteristicas generales del desenvolvimiento económico de México 1955-1998

Desarrollo Estabilizador
(1955-1972)
Altas tasas de crecimiento
Tipo de cambio estable
Estabilidad de precios
Progreso nacional constante pero lento
Intensa Intervención Estatal en la Economía (1973-1981) Política fiscal expansionista (big push)
Déficit fiscal (2.5 10% del PIB)
Crea la protección
Hace crisis sustitución de importaciones
Prestamos del exterior
Crece inflación
Tipo de cambio flotante
Recesión mundial
Hacia el final, crecimiento en base al petróleo
Liberación Comercial y Económica

Caída precios del petróleo
Alza en tasas de interés limite al endeudamiento
Inestabilidad de mercados financieros
Liberación comercial-Gatt y acuerdos comerciales
Competitividad, eficacia y cambio estructural
Privatización
Los salarios cargan cortes de ajustes
Embates especulativos contra el pero tendencia al déficit comercial y en cuenta corriente

La política comercial era restrictiva; se ofrecían subsidios y apoyos diversos a la industrialización, que si bien en los inicios sientan las bases de la diversificación productiva, con el paso del tiempo el costo y complejidad técnicos del proceso, junto con la falta de decisión para desmantelar gradualmente el esquema de apoyo para aquellas empresas que se iban robusteciendo, rezagó su competitividad. De hecho, una característica esencial de este proceso de industrialización es su precariedad en cuanto al desarrollo de dos variables muy importantes para la competitividad: el desarrollo tecnológico y la producción de bienes de capital. Así, la sustitución de importaciones va acompañada de la dependencia tecnológica creciente.

Como el proceso no se proponía deliberadamente exportar, la industria naciente era ineficiente y las importaciones para el proceso de sustitución eran paradójicamente cada vez más caras, la constante en la balanza comercial era el déficit. A pesar de ello, se logró un crecimiento de las exportaciones de 125.6% durante este periodo.Estado Interventor (1972-1981)

Este periodo se caracterizó por una intensa intervención del Estado en la economía a través de lo que en su tiempo se denominó la política del “big push” (Tabla 1). Parte de la consideración de que la inversión interna es insuficiente, la externa se sobrereglamenta y, por lo tanto, los recursos financieros, que para los efectos se requieren en grandes cantidades “por única vez” deben provenir del Gobierno. Su característica principal fue, por consecuencia, una política fiscal expansionista. A ello se suma un retraimiento de la actividad del sector privado; poca disposición de las empresas extranjeras a invertir en el país; una política salarial muy positiva y condiciones crecientemente difíciles en el entorno externo así como crisis petrolera en los últimos años. Todo ello generó desestabilización económica, inflación fuera de control en algunos momentos, la que llega a representar el 19.8% del PIB, aumento desmedido de la deuda pública y su servicio, y una serie de devaluaciones del tipo de cambio, mismas que desde 1954 no se presentaban.

El comercio exterior mexicano atravesó por una crisis, a pesar de la política prevaleciente de sustitución de importaciones, ya que las importaciones rebasaron por mucho a las exportaciones durante casi 9 años, en algunos de los cuales llegaban a duplicar a las ventas al exterior.

Cuadro 2
Comercio exterior
(millones de dolares)

Año Importaciones Exportaciones Saldo
1972 2.963,7 1.666,4 -1.297,3
1981 23.929,6 19.419,6 -4.510,0

A pesar de continuar con una alta protección comercial, el intercambio creció sustancialmente, como se observa en el cuadro anterior. El Estado impulsó diversos programas para promover la integración nacional en la producción, el desarrollo de tecnologías propias y la asimilación de las tecnologías importadas, pero dichos programas tuvieron un enfoque “ofertista” que no recibió la respuesta esperada por parte de las empresas, con lo que se conservaron los rasgos de dependencia tecnológica e ineficiencia productiva de la etapa anterior.

Liberación comercial y económica orientada a la inserción de México a la economía mundial

El tercer periodo (1982-1999) se ha caracterizado por el alza en las tasas de interés; la búsqueda de fórmulas que pongan limite al endeudamiento, por el comienzo de una grave inestabilidad de los mercados financieros; la errática desregulación y apertura económica; y las privatizaciones, así como la apertura comercial como herramienta para buscar competitividad, eficacia y un cambio estructural al comercio exterior del país. México se convierte en un fiel seguidor de los preceptos del Consenso de Washington para la determinación de su política económica, lo cual ha tenido resultados contradictorios.

Tabla 2
Los diez elementos del consenso de Washington

Disciplina fiscal
Reforma del gasto público
Reforma fiscal
Liberación financiera
Reforma en la tasa de cambio
Liberación comercial
Inversión extranjera directa
Privatización
Desregulación
Derechos de propiedad

Efectivamente, los indicadores macroeconómicos muestran en el lapso de referencia un Producto Interno Bruto con las tasas de crecimiento más bajas alcanzadas (1.6%), en comparación con los dos periodos que le anteceden. Además, se presenta un empobrecimiento agudo de la población (el crecimiento del PIB per capita fue de -1.4%) con una aguda polarización social; la inflación promedio anual registra 47.2%. Este conjunto de circunstancias se refleja en el retiro de la inversión a la producción y en la reducción del ahorro de la población.

En cuanto a la política de comercio exterior, para 1986, México había realizado un gran esfuerzo de eliminación de barreras comerciales y reducción arancelaria de manera unilateral y sin recibir ninguna compensación de sus contrapartes. Para consolidar su disciplina de la apertura, México compromete ante el GATT, hoy OMC, su liberación comercial con niveles muy superiores a los requeridos. Esto era insuficiente para las metas de apertura que se trazaron, por lo que muy pronto se da inicio a la firma de acuerdos y tratados comerciales con algunos de los países y regiones con los que el intercambio era más intenso (Cuadro 3). Aunado a ello, aunque no como parte explícita de esa estrategia, México se ve en la necesidad de incurrir en devaluaciones que mejoraran la competitividad de las ventas al exterior. Nuestra balanza comercial alcanzó a recuperarse, en varios momentos, obteniendo un superávit acorde con las expectativas esperadas al inicio de la apertura comercial (Tabla 1).

Algunos ejemplos de los resultados comerciales obtenidos los tenemos en el hecho de que el intercambio comercial dentro del TLCAN se inaugura, para el caso de Estados Unidos, con un saldo favorable de nuestro comercio (10. 0 miles de millones de dólares -mmdd-), mientras que con Canadá nuestro comercio total fue de 3.8 mmdd, lo que refleja un aumento sensible de nuestras compras y ventas con este país. Es importante destacar que, a la fecha, aunque los resultados se atribuyen a los propios acuerdos comerciales, se ha desestimado la influencia que en los mismos pudieran tener factores tales como variaciones en el tipo de cambio, la inflación comparada, tasas de interés, nivel general de salarios y otros factores igualmente valiosos para impulsar temporalmente la competitividad de nuestros productos en el exterior y que tendrían que ser considerados para realizar un diagnóstico completo y confiable.

De manera igual y casi simultánea, el Gobierno firmó acuerdos comerciales con países latinoamericanos (Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y Venezuela) con los que actualmente mantenemos un saldo a favor en nuestra balanza comercial, como podemos observar en el Cuadro 5. A pesar de formar un porcentaje reducido dentro de nuestro comercio total, el intercambio con estos países ha crecido en un 142.2% de 1993 a 1998. Es importante destacar que México obtiene saldos favorables en el intercambio con los países con los que ha firmado acuerdos comerciales, y déficits con los que no lo ha hecho.

Actualmente, México ha terminado exitosamente la negociación de un acuerdo de libre comercio con los países que integran la Unión Europea. Debe resaltarse que previo al establecimiento formal de éste, nuestro comercio ha crecido un 50%, aproximadamente, lo que da un indicio de lo que puede incrementar nuestro comercio de darse la firma del acuerdo. Ello no debe hacernos olvidar que existen sectores en nuestra economía que son sensibles al intercambio, por lo que se deben tomar las debidas precauciones al momento de negociar.

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