Espacios. Vol. 21 (2) 2.000


Elementos para una renovación explicativa-normativa de las políticas de innovación latinoamericanas 2/5

Elements for an Explicative-normative Renovation of Latin American Policies of Innovation.

Renato Dagnino y Hernán Thomas


4. Profundizando la crítica a los modelos institucionales

La línea de trabajo que desarrollamos a lo largo de los últimos años retoma la crítica del modelo institucional iniciada por PLACTS. A medida que avanzábamos en el análisis, la configuración del concepto transducción fue haciéndose cada vez más clara. Paralelamente, se agudizaba la percepción del alcance de los fenómenos de transducción en la conformación de la PCT latinoamericana.

Esto nos permitió, por una parte, profundizar la crítica al ofertismo lineal, al reinterpretarlo como un modelo institucional, el modelo institucional ofertista lineal-MIOL (Dagnino, Thomas y Davyt, 1996, Dagnino y Thomas, 1997 y 1998a). Por otra, nos llevó a percibir que las derivaciones de la transducción alcanzaban también a los conceptos adoptados en la descripción, la explicación y el análisis de la PCT regional. Como los modelos institucionales, los conceptos (vinculación universidad-sector productivo, calidad académica, sistema nacional de innovación, por ejemplo) también sufren fenómenos de transducción.

Comenzamos a reflexionar, entonces, sobre fenómenos –aún de superestructura, siguiendo en este sentido la vía construida por PLACTS- que caracterizamos como ‘neovinculacionismo’ (Dagnino, Thomas y Davyt, 1997; Thomas, Dagnino, Gomes y Davyt, 1997; Thomas y Dagnino, 1999a y b) y ‘enfoque gerencial de la PCT’ (como forma degradada de uso del concepto de SNI como instrumento normativo). Y abordamos la contradicción aparente entre ‘calidad’ y ‘relevancia’ como un problema de transducción (Dagnino y Thomas, 1997; 1998a; 1999c y d). A continuación, se sintetizan algunos resultados de estos análisis.

4.1. Neo-vinculacionismo

El neo-vinculacionismo es un elemento de la política de C&T latinoamericana actual que plantea un cambio normativo en la relación Universidad-Empresa. Constituye un particular fenómeno de transducción local de hechos estilizados y teorizaciones realizadas sobre experiencias de vinculación Universidad-Empresa en países desarrollados (Dagnino et al, 1996; Thomas et al, 1997).

Durante las décadas del ´60 y el ´70, las políticas orientadas a fomentar la vinculación entre instituciones de I&D y el sector productivo se llevaron a la práctica mediante la generación de grandes unidades de desarrollo y difusión de tecnologías. En gran medida, entonces, la iniciativa recaía en el Estado y sus unidades dependientes. La combinación ofertismo-vinculacionismo constituyó el núcleo de un planteo -lineal en su concepción- que consideraba a la producción científica y de prototipos tecnológicos como condición, no sólo necesaria, sino suficiente, para generar procesos de innovación. Estos procesos de innovación estarían asegurados dado que el mecanismo vinculacionista garantizaría que los desarrollos en C&T llegaran a los potenciales usuarios.

Hacia fines de los ´80, es posible percibir un cambio en la orientación de las políticas de vinculación en América Latina. Las iniciativas neo-vinculacionistas promueven la creación de instituciones de escala y funcionamiento diferente de las tentativas vinculacionistas (grandes institutos tecnológicos, iniciativa y apoyo estatal), vigentes desde inicios de los ’60 hasta mediados de los ‘80.8 En el planteo normativo neo-vinculacionista, las universidades son las principales instituciones de la política neo-vinculacionista, o, más correctamente, las principales instituciones del entorno de las firmas, las cuales son, a su vez, los principales actores dinámicos de los procesos innovativos. Polos y parques tecnológicos, incubadoras de empresas de base tecnológica, oficinas universitarias de transferencia de tecnología y patentes, son ahora las instituciones neo-vinculacionistas más usuales. En muchos casos, tanto la iniciativa como la financiación inicial de estos emprendimientos queda a cargo de las instituciones universitarias. En teoría, las firmas -con fines de lucro- se comprometerán con estas iniciativas, facilitando su viabilidad financiera posterior.

Normalmente, estos planteos traen aparejadas propuestas para un redireccionamiento (en algunos casos planteado como «revolucionario») de la actividad universitaria. Desde esta perspectiva, la estructuración vigente (llamada «tradicional») de las unidades académicas se juzga inadecuada para responder a los desafíos de la nueva dinámica innovativa.

El neo-vinculacionismo no cuenta, en principio, con la iniciativa estatal de los grandes institutos para la realización de estos cambios. El mercado reemplazaría a las directivas gubernamentales en la orientación de la investigación.

Parece posible distinguir -de forma estilizada- dos posicionamientos neo-vinculacionistas, uno ‘pragmático’ y otro ‘estratégico’. El neo-vinculacionismo pragmático responde a tres principios dominantes: a) emulación: generación de mecanismos de interfase que intentan ‘imitar’ experiencias exitosas de países desarrollados; b) nihilismo: desprecio por una acumulación previa cuyo contenido inercial sólo representa un inconveniente para el cambio; c) a-historicismo: ruptura con un pasado negativo, erróneo, o no significativo, que, por tanto, debe ser ignorado. En el plano conceptual, la relación Universidad-Sociedad es reemplazada por la relación Universidad-Empresa. Las instituciones y mecanismos son implementados sin estudios previos, en una tentativa de copia de una institución exitosa.

El neo-vinculacionismo estratégico responde, en cambio, a una trayectoria teórica compleja. Lejos de proponerse como una experiencia aislada, se integra en un campo de relaciones causales sistémicas, y se orienta hacia objetivos de desarrollo socioeconómico. El neo-vinculacionismo estratégico aparece, en el plano de la concepción de políticas, como una tentativa de traducción de las estilizaciones originadas a partir de las experiencias exitosas de generación de relaciones sinérgicas entre unidades de investigación y de producción de algunos países desarrollados.

El recorrido de la transducción neo-vinculacionista estratégica se inicia asumiendo la teoría elaborada en los países centrales como «universal»; se asimila luego la propuesta normativa extra-regional como definición estratégica local. Las descripciones de los estudios de caso, entonces, aparecen como los ejemplos modélicos de ingeniería institucional. Se buscan (y normalmente no se encuentran) casos exitosos locales que presenten un alto grado de adecuación a la teoría. Se plantea, entonces, cierta comparabilidad que permita asimilar la institución local receptora de la iniciativa neo-vinculacionista a alguna experiencia virtuosa (en una ecuación lineal: a similares instituciones, similares posibilidades de éxito).

En el plano de la evaluación, las dificultades, disfuncionalidades o fracasos de los polos y parques tecnológicos e incubadoras de empresas ‘transducidos’ son normalmente atribuidos a «problemas coyunturales de implementación», o al escaso tiempo transcurrido desde el inicio de la experiencia o, aún, a la falta de una cultura emprendedora local.9

Así, lo que en la literatura de referencia es descrito como un fenómeno sistémico complejo, resultante de iniciativas e intereses de múltiples, aparece transducido en la PCT local como una iniciativa normativa unilateral de las universidades.

4.2. El uso normativo del concepto ‘Sistema Nacional de Innovación’ y el enfoque gerencial

Al examinar las tendencias y caraterísticas actuales de la PCT latino-americana - incluidas en los objetivos de integración competitiva, y contextualizadas por la globalización y el discurso neoliberal- es posible percibir que ha comenzado a ser implementada una nueva forma de orientar la PCT. El enfoque gerencial en la PCT latinoamericana podría definirse como una forma de canalizar políticas e instrumentos hacia el objetivo explícito de estimular procesos de innovación tecnológica mediante la difusión de métodos gerenciales tanto en las empresas como en las instituciones de I&D10.A partir de los ’90, han aparecido innumerables trabajos sobre vías para alcanzar competitividad y factores que influyen en la misma. En esta literatura, la ventaja competitiva es vinculada a la capacidad de innovación de las empresas (software, gerenciamiento, etc.). Las instituciones de I&D deberían participar de forma integrada con la estrategia de la empresa. La gestión tecnológica de las instituciones de I&D es reinterpretada como una función gerencial dedicada a optimizar el nexo con el mercado.

Al incorporarse al proceso de policy making de C&T y proyectarse en términos de instrumentos, este enfoque adquiere características particulares:

a) el enfoque gerencial tiene como vector de orientación, básicamente, el mercado externo. En consecuencia, promueve estímulos al aumento de la eficiencia de agentes microeconómicos y a la refuncionalización de las instituciones de I&D. En este sentido, aparece contrapuesto al modelo ofertista lineal y al modelo de la Industrialización Sustutitiva de Importaciones (ISI), que orientaban la PCT y la política económica bajo la dirección y el amparo del Estado. Se inserta así en el movimiento –generalizado a escala latinoamericana- de reforma neoliberal del Estado;

b) el enfoque gerencial plantea la necesidad de tornar competitivas a las empresas; sólo que lo hace en forma diferente respecto de los países centrales. La competitividad es procurada a través de la importación de tecnologías incorporadas y de la mera introducción de métodos de gestión, en general presciendiendo de la incorporación de hardware y sin que la autonomía tecnológica sea percibida como base para enfrentar la competencia;

c) en virtud de lo anterior, se estimula el proceso de desregulación del Estado en relación a los flujos tecnológicos externos. La liberalización de estos flujos es presentada como la vía más práctica para conseguir incrementos en exportaciones de alto contenido tecnológico y viabilizar el aumento de competitividad;

d) el enfoque gerencial propone colocar la universidad al servicio de la empresa. Delante de la carencia de I&D internalizada en las empresas de América Latina, la naturaleza del nexo universidad-empresa podría calificarse de baja calidad (trouble shooting), en la medida en que la frontera de conocimiento es incorporada desde otros escenarios socio-técnicos, y no a partir de la I&D local.

En el plano de la reflexión sobre la PCT, y a partir del énfasis el la cuestión de la competitividad, se ha incorporado la idea de que la política de C&T debe transformarse en una política de innovación y que los Sistemas de Ciencia y Tecnología –creados bajo la vigencia de MIOL- evolucionen hacia Sistemas de Innovación. Este planteo ya ha alcanzado a constituirse en principio rector explícito de procesos de policy making regionales (por ejemplo, en Venezuela o Argentina). La empresa pasa a ser concebida no sólo como locus de la innovación, sino también como centro del nuevo esquema de organización emergente. El mercado es adoptado como criterio básico para la definición de necesidades y prioridades. Así, en algunos planteamientos –por ejemplo, en el caso chileno- el modelo ofertista science push es sustituido por el modelo –también lineal- demand pull.

En términos institucionales, el accionar del Estado de los países centrales continuó orientándose al estímulo de actividades públicas de I&D y protegiendo las empresas (que, de acuerdo con el interés nacional, fue considerado conveniente continuar subvencionando). En América Latina, el nuevo arreglo institucional -derivado de la aplicación del enfoque gerencial- propone minimizar aún más el papel normativo y racional del Estado en C&T.

4.3. Tejido de relaciones, campos de relevancia y criterios de calidad

Al analizar los procesos de elaboración de PCT, se percibe la existencia de lo que podría denominarse como un ‘tejido de relaciones’11 en el que se vinculan actores tales como el Estado, la sociedad y la comunidad de investigación. Tal ‘tejido de relaciones’ estimula el cambio institucional, operando y conformándolo de un modo continuo, incremental e implícito, o, en otros términos, de forma auto-organizada. De hecho, la influencia de este ‘tejido de relaciones’ pasa muchas veces desapercibida para la mayoría de los actores involucrados (científicos, policy makers y, aún, analistas de PCT), que, por lo tanto, lo consideran inexistente. Otros actores, en tanto, perciben ese ‘tejido’ como un ambiente difuso, externo al «mundo de la ciencia».

En el interior de este ‘tejido’, tiene lugar un proceso de influencias recíprocas entre diferentes actores. Se genera un «caldo de cultivo», en el que se difunden valores al tiempo que se establecen prioridades de investigación. Mediante este proceso, se determinan los ‘campos de relevancia’ -los conjuntos de áreas-problema que constituyen el objeto del trabajo de los investigadores. En el complejo accionar de este ‘tejido de relaciones’ se van entretejiendo las medidas políticas y la asignación de los recursos que promueven la exploración de estos ‘campos de relevancia’. Las tendencias de investigación, el peso y la dinámica relativos de las áreas de conocimiento, las normas y sesgos de la asignación de recursos y los criterios de ‘calidad’ en instancias de evaluación por peer review (o por agencias) son un resultado retroalimentado de este proceso.

En este ‘tejido de relaciones’ están representados los intereses económicos y políticos de los actores sociales involucrados en actividades científicas y tecnológicas -en una sociedad dada y en un momento dado- productores, consumidores, agencias de financiamiento o, simplemente, aquellos que sufren las consecuencias (directas o indirectas) de la realización de tales actividades. La manera en que opera este tejido subraya el carácter históricamente determinado y socialmente construido de sus resultados.

Es de notar que los ‘campos de relevancia’ y los criterios de evaluación de la ‘calidad’ no son normalmente percibidos de esta forma, sino que tienden a ser entendidos como el resultado «natural», «lógico» y «científicamente producido» de la actividad científica (Chubin y Hackett, 1990).

El ‘tejido de relaciones’ tiene consecuencias directas sobre la conducta de la comunidad de investigación, dado que contribuye a definir dos características del criterio de ‘calidad’ formulado en los países desarrollados para evaluación de los resultados de la PCT. Por un lado, en el plano de los valores y criterios, incorporando prioridades aunque de bajo grado de definición- generadas socialmente, que son adoptadas por los investigadores en su trabajo de manera difusa e inconsciente. Por otro lado, en el plano de la dinámica de exploración de la frontera C&T -donde las demandas por nuevo conocimiento emergen continua y endógenamente- haciendo que el potencial local se oriente a la resolución de problemas planteados por grupos sociales relevantes (Pinch y Bijker, 1990; Bijker, 1995). El ‘tejido de relaciones’ es responsable por el proceso de constitución y puesta en práctica de los criterios de relevancia socio-económica, que traducen los intereses políticos y económicos de los actores sociales dominantes. Es de notar que, desde esta perspectiva, estos criterios de relevancia ocupan un papel más básico y primario que los de ‘calidad’.12

Diversos actores -las empresas innovadoras, la burocracia (o el Estado), la comunidad científica, etc.- demandan conocimiento e impulsan la utilización de los resultados de la actividad de investigación. La factibilidad y eficiencia de la utilización de tales resultados parece viabilizada (y garantizada) por un mecanismo de disociación basado en dos aspectos. Dado que la utilidad y la aplicabilidad de los resultados está «asegurada» por el propio funcionamiento del ‘tejido de relaciones’, que constituye y pone en práctica los criterios de relevancia, la cuestión del «control de calidad» deviene asunto exclusivo -y preocupación excluyente- de la comunidad de investigación. Como consecuencia de este primer aspecto del mecanismo de disociación, la ‘calidad’ aparece planteada como condición necesaria y suficiente para la difusión de conocimiento hacia el sector productivo y para la extensión de los beneficios al conjunto de la sociedad. Por lo tanto, existe una condición necesaria (aunque no suficiente), que tiende a pasar desapercibida por causa del segundo aspecto del mecanismo de disociación. Para que una actividad de investigación sea considerada aceptable e impulsable (elegible, financiable, publicable, etc.) por la PCT engendrada en el marco del ‘tejido de relaciones’, debe encuadrarse dentro del ‘campo de relevancia’ definido por una sociedad particular dada.

En los países desarrollados, este mecanismo complejo viabiliza la obtención de beneficios (percibidos como) sociales y posibilita que la dimensión social esté incluida -desde la concepción inicial- dentro del conjunto de consideraciones que orientan la definición de las agendas de investigación y la definición de criterios de calidad a ser adoptados.

El proceso de desarrollo socio-económico que tuvo lugar en los países latinoamericanos parece haber inhibido el establecimiento y “adensamiento” del ‘tejido de relaciones’ local. La escasa contribución social puede ser explicada por la inadecuada relación entre la comunidad de investigación, el Estado y la sociedad en general en el ámbito del tejido de relaciones. La mayor distancia relativa de la comunidad de investigación latinoamericana respecto de las demandas socio-económicas (en comparación con los países desarrollados) parece haber impedido que las señales sustantivas y endógenas de relevancia pudieran llegar al ambiente de la investigación. El mecanismo de peer review «internacional», los incentivos para su extensión y adopción local, así como otros mecanismos comúnmente encuadrados bajo la denominación de procesos de «colonización cultural», impulsaron la adopción de un criterio de ‘calidad’ adjetivo y exógeno (aunque localmente percibido como sustantivo y universal), cuyo peso en la orientación de la investigación parece, cuanto menos, desproporcionado.

Desde esta perspectiva, la precariedad del ‘tejido de relaciones’ aparece como la principal causa de la debilidad de las señales que llegan a la comunidad de investigación como definición de ‘campos de relevancia’.

Dada la virtual ausencia de otros actores en el proceso de decision making los representantes de la comunidad de investigación alcanzaron una posición hegemónica en la PCT. El grado de densidad y de integración del ‘tejido de relaciones’, así como el nivel de representación de distintos actores sociales en el decision making de C&T, son sumamente diferentes en comparación con los países desarrollados. Consecuentemente, resulta más dificultoso contrabalancear la tendencia ofertista de la comunidad de investigación local en la concepción y la implementacion de la PCT y la conformación de sus instituciones.13

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8 En rigor, la vigencia de algunas tentativas vinculacionistas se prolonga hasta la actualidad, tanto porque algunas de estas iniciativas no se han discontinuado como porque la racionalidad ofertista-vinculacionista pervive en algunos policy makers y científicos locales.

9 Este último argumento es particularmente notable desde la perspectiva de la transducción. En una estrategia que apunta a generar una dinámica sustentada de innovación -que reconoce un punto de partida de baja intensidad- se plantea como argumento explicativo de su fracaso la “falta de una cultura innovativa local” que sólo podría aparecer como resultado exitoso de la implementación de esa estrategia (!!!)

10 El concepto, dado su especial pertinencia para el análisis de la política de C&T en Cuba, há sido objeto de trabajo de dos alumnos cubanos del DPCT-UNICAMP en sus tesis de maestría, Rosendo Díaz Rodríguez , y doctorado, Luís Félix Montalvo Ariete. Para una formulación más elaborada del concepto ver Díaz (1997) y Montalvo (1998).

11 El término ‘tejido de relaciones’ guarda cierta correspondencia con conceptos utilizados en explicaciones de procesos de cambio tecnológico que intentar contener la complejidad socio-técnica, tales como ‘sistema nacional de innovación’ (Lundvall 1985, 1988, 1992; Nelson 1988, 1993; Nelson y Rosenberg, 1993; Niosi et alli, 1993) o ‘redes tecno-económicas’ (Callon, 1992). En particular, los conceptos ‘sociotechnical ensembles’ (Bijker, 1995) y ‘sociotechnical constituencies’ (Molina, 1989) son los que parecen guardar el mayor grado de afinidad con el de ‘tejido de relaciones’.

12 Desde esta perspectiva se entiende mejor la forma en que usualmente se definen los criterios de evaluación «internacionales», al tiempo que queda evidenciado cómo en América Latina se opera a través de un ingenuo y confuso mecanismo de traducción, en el que se combinan criterios de calidad y relevancia.

13 Acerca del carácter ofertista de la PCT latinoamericana, ver, por ejemplo Albornoz (1990); Dagnino, Thomas y Davyt (1996).

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