Espacios. Vol. 21 (1) 2.000


Estudio de la implantación de criterios ambientales en la gestión empresarial de una PYME del sector Químico.2/3

Study of implementation environmental aspects in chemical sector SME.

Evelyn Barrios , Dulce Loreto , Alexis Mercado.


Perfil I

Perfil II

Perfil III

Perfil IV

Perfil V

Segunda Fase

En 1.998 se constituyó un equipo interdisciplinario de economistas, estadísticos, geógrafos, ingenieros y químicos de diferentes Escuelas e Institutos de la Universidad Central de Venezuela para llevar a cabo una segunda fase de la investigación que se ha venido desarrollando, bajo el proyecto “APRENDIZAJE TECNOLÓGICO Y DESARROLLO SUSTENTABLE: La experiencia de la Industria Química y Petroquímica”. El objetivo general del mismo fue la determinación del nivel de conocimiento e implantación de principios de gestión ambiental por parte de las empresas del sector estudiado, además de analizar la vinculación de estas prácticas de gestión ambiental con las actividades de aprendizaje tecnológico (Mercado,2000). La muestra estuvo conformada por 124 empresas afiliadas a ASOQUIM. Las variables a estudiar se encuentran en dos grandes áreas de desempeño: tecno-productivo y tecno-ambiental. Dentro del desempeño tecno-productivo se tienen: segmento productivo donde se ubica la empresa, tipo de procesos y capacidad de producción, experiencia de aprendizaje tecnológico e infraestructura de investigación y desarrollo. En el área tecno-ambiental se consideran: infraestructura de gestión en la organización, conocimiento e implantación de normativas ambientales y manejo de desechos, perfil de consumo energético e incorporación de tecnologías para incrementar la eficiencia ecológica. En el estudio se generó una taxonomía basada en estas dos áreas conformada por cinco perfiles, los cuales son descritos a continuación.

Perfil I

Perfil II

Perfil III

Perfil IV

Perfil V

Perfil VI

Integración de los estudios

Producto del análisis de los resultados obtenidos durante las dos fases ya señaladas se ha puesto en evidencia el papel fundamental que desempeña la cultura tecnológica de las empresas en el desarrollo de la actividad innovativa y las influencias que ejerce el ambiente externo a ellas (gubernamental, social y económico), en la orientación y el desarrollo del aprendizaje tecnológico. Paralelamente, es posible percibir cómo este aprendizaje está relacionado con la problemática ambiental presente en este tipo de industria. Es importante hacer notar que el panorama global del desarrollo de prácticas de gestión ambiental en nuestro país se sitúa a niveles muy incipientes y comprende principalmente la implantación de prácticas y técnicas de mitigación y remediación. Las prácticas tecno-ambientales vinculadas al diseño de procesos, las cuales se orienten a la prevención de la contaminación y al desarrollo de productos limpios, están muy poco extendidas en este sector; a pesar de ser uno de las más avanzados desde el punto de vista tecnológico en la estructura industrial venezolana.

El programa de Responsabilidad Integral comienza a difundirse en Venezuela en el año de 1993, bajo el patrocinio de ASOQUIM. Intentando acompañar las tendencias internacionales, se comienza a promocionar entre las empresas asociadas los primeros documentos técnicos. En ese año, se decide crear la Comisión de Ambiente, la cual pasara a ser la comisión de Responsabilidad Integral en el año de 1996.

Se puede identificar dos etapas en el desarrollo del programa. La primera considerada como etapa de introducción y adopción, la cual se extiende desde inicios de 1993 hasta finales de 1996, y se caracteriza por un entusiasmo por parte de las empresas afiliadas en conocer acerca del programa, lo cual se tradujo en la firma de los términos de adhesión por parte de un importante grupo de empresas (cerca del 40 % para el año de 1995). La segunda etapa, que podría llamarse de implantación, va desde 1997 hasta la actualidad. Ella se ha caracterizado por una pérdida de dinamismo en el proceso de difusión y adopción de los principios por parte del resto de las empresas, y una gran lentitud en la implantación de los programas en las firmas que adhirieron inicialmente los principios. De hecho, a pesar de los esfuerzos adelantados por ASOQUIM, la mayoría de las empresas no avanza lo que se esperaba en la implantación de la normativa y la comisión tiende a perder influencia como mecanismo de sensibilización ante el problema del impacto de la actividad industrial.

Sin duda, la severa crisis económica experimentada desde 1998 agrava en gran medida esta situación. La drástica caída del consumo ha determinado severos recortes de inversión por parte de las empresas, muchas de ellas han paralizado la producción o sencillamente han cerrado 1 . La experiencia recogida en proyectos anteriores (Pirela, 1996; Mercado, Antunes, 1999) demuestra que en estas circunstancias los recortes presupuestarios comienzan por las actividades no relacionadas estrictamente con la actividad productiva (específicamente de I&D) y, como hemos podido verificar en algunos estudios de caso en este proyecto, ha afectado también a las pocas actividades relacionadas con la protección ambiental

Ante esta situación, es necesario preservar los espacios institucionales desarrollados para la difusión de criterios de gestión ambiental en la industria. En ese sentido, los resultados de este estudio pueden constituir un elemento de gran utilidad para la instrumentación de políticas en las áreas tecnológica, industrial y ambiental, y la definición de precisas estrategias empresariales.

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